Este rey de España adoraba los bizcochos de la pastelería más antigua del país
Un rico postre que conquistó los paladares reales.
Las pastelerías ocupan un lugar esencial en el sector de la restauración y la gastronomía, combinando tradición y creatividad para ofrecer experiencias únicas a los comensales. Estos espacios no solo preservan recetas y técnicas artesanales, sino que también innovan constantemente, adaptándose a las tendencias modernas. Más allá de ser lugares donde se adquieren postres, las pastelerías son guardianas del patrimonio cultural.
En el corazón de Calatayud, en la provincia de Zaragoza, se esconde la que hoy está considerada la pastelería más antigua de España. Se trata de Micheto, un local con más de un siglo de historia que se ha consolidado como un emblema de la repostería nacional. Este pequeño obrador zaragozano abrió sus puertas en 1770, en el número 10 de la calle Luis Guedea, y adoptó como nombre el apellido de su fundador, Ramón Micheto.
Este negocio por el que han pasado recetas de hasta diez generaciones de maestros chocolateros es célebre por sus merengues, milhojas y su fruta confitada bañada en los mejores chocolates. Aunque hubo una época en la que Micheto ganó popularidad gracias a sus bizcochos, que conquistaron nada menos que al rey Alfonso XIII, quien los consideraba uno de sus dulces favoritos. Desde entonces, el obrador no solo ha mantenido viva la tradición, sino que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos.
De burla a referente
En agosto de 1808, Manuel Micheto, el dueño de la tienda para entonces, sirvió unos pequeños bizcochos para conmemorar la victoria del ejército español contra Napoleón. Estos dulces, inicialmente modestos de tamaño, fueron ofrecidos en una recepción en palacio durante el reinado de Alfonso XIII, pero fueron objeto de burlas en la corte. En respuesta, Manuel prometió que los próximos serían tan grandes “como suelas de alpargatas”.
Su innovación tuvo un éxito inmediato y no pasó mucho tiempo antes de que estos dulces se convirtieran en los favoritos de Alfonso XIII, quien se detenía en Calatayud durante sus viajes en tres para comprarlos. En 1926, Micheto recibió el prestigioso nombramiento de proveedor oficial de la Casa Real, consolidando su lugar en la historia de la repostería española.
Hoy en día, los bizcochos o ‘suelas’ de Micheto siguen siendo un referente, preparados con ingredientes de primera calidad y siguiendo técnicas tradicionales. Estos dulces, con una textura esponjosa y un suave sabor a yema, están elaborados artesanalmente con tan solo tres ingredientes: huevos, azúcar y harina. Su legado no solo honra la tradición, sino que continúa siendo uno de los grandes demandados, deleitando así paladares de toda España.