Ésta es la razón detrás del silbido del viento
Emite diferentes sonidos, según los objetos que se encuentra a su paso.
Para contestarte tú mismo a la pregunta sobre de dónde viene el sonido del viento, piensa en los instrumentos de viento. Cuando soplamos un clarinete o una flauta travesera, lanzamos aire dentro de una cavidad con agujeros, que abrimos o cerramos para provocar diferentes sonidos. También importa el material del que esté hecho el instrumento.
Pues el sonido del viento es como un gran instrumento de la naturaleza en el que las partículas de aire se desplazan a diferentes velocidades. Nuevamente, al igual que cuando tocas un instrumento de viento, no es lo mismo soplar fuerte que despacio o desplazar el sonido hacia arriba o hacia abajo, a través de la boquilla, por ejemplo, de una flauta travesera. Igual ocurre con el viento.
Éste circula libre por el aire y emite silbidos o también otros sonidos diversos dependiendo de varios factores, en ellos, el mencionado de la velocidad del aire. Otro son precisamente los objetos que se encuentra a su paso, como los árboles, incluso los agujeros en sus troncos o las rendijas entre las ramas. Éstos harán que, si el viento es los suficientemente fuerte, penetre al pasar a través de esos objetos y, según el tamaño y forma de los elementos que atraviesa, se produzcan vibraciones que ofrecen diferentes sonidos.
Como decíamos con los instrumentos, no es lo mismo que el viento atraviese a través de una rendija de un objeto de metal, como los agujeros de una farola o los pequeños espacios en la estructura de un moderno edificio, que a través del bosque. Su silbido será completamente distinto.
O, ¿quién no ha escuchado el sonido del viento cuando sopla muy fuerte y pasa a través de un estrecho callejón o de una puerta entreabierta? Si sus paredes son rugosas no sonará igual ni tan fuerte a si son planas, por ejemplo, o si los objetos que atraviesa son finos o afilados, el silbido puede ser más agudo. Aunque quizás para algunos oídos percibirlo sea más complicado que para otros, a menudo por la sutil diferencia que puede haber en cada caso.
Así que nada como el placer de escuchar el sonido del viento observando por dónde pasa e intentando adivinar de dónde vienen los matices de sus silbidos.