Encuentra un pergamino de más de 300 años en un sofá de segunda mano
"Cuando las cosas se caen detrás del sofá, la gente no mira y es el lugar más fácil en el que encontrarlas", señala la propietaria del histórico documento.
Cheryl Banks, una vecina de un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, no sabía que el sofá de segunda mano en el que se sentaba su padre era un cofre del tesoro. Ahora, después de una vida junto a él, esta neozelandesa de 69 años quiere devolver a su lugar de origen un pergamino de más de 300 años del que no se sabía nada desde, al menos, otros 200.
El hallazgo del pergamino, cuenta el portal Stuff, se produjo a finales de 1940 cuando el padre de Cheryl, descubrió el documento en el respaldo del viejo sofá que tenían en su residencia familiar de la localidad de Masterton. Según relata, el pergamino pasó toda su infancia guardado en un escritorio, con la prohibición de abrirlo. Algo que todavía cumple, a pesar de que sus padres ya están muertos y ha heredado de ellos el antiguo papel.
Aunque se reticente a abrir el pergamino, Cheryl desea devolverlo a su lugar de origen, presumiblemente en Inglaterra. Sin embargo, el desafío es encontrar la forma de hacerlo. El documento de 1735, firmado por Matthew East y James Tillyar, parece ser un contrato de arrendamiento, según explica Peter Whitehead, conservador de la Biblioteca Nacional.
Según relata al citado medio, el pergamino era un material popular para la elaboración de documentos legales debido a su estructura robusta. La piel de oveja, además, permitía identificar cualquier manipulación que se hubiese hecho, lo que lo convertía en el material preferido para fabricarlos.
El pergamino de Cheryl está parece estar en buenas condiciones, por lo que antes de lanzarse a buscar la conexión con Reino Unido, Whitehead le aconseja que investigue cualquier vinculación del contenido del documento con los residentes de Wairarapa, una región del sureste de la Isla Norte de Nueva Zelanda.
En cuanto al sofá en el que se escondía el pergamino, se cambió por uno más moderno en 1970. "Cuando las cosas se caen detrás del sofá, la gente no mira y es el lugar más fácil en el que encontrarlas", señala la propietaria del histórico documento.