Del 'oit points' al garrafal error de 1998: las anécdotas más divertidas de los portavoces españoles en Eurovisión

Del 'oit points' al garrafal error de 1998: las anécdotas más divertidas de los portavoces españoles en Eurovisión 

Acaparan por unos segundos la atención de casi doscientos millones de espectadores, pero la mayoría caen en el olvido. Repasamos (y homenajeamos) el papel de los casi treinta portavoces que ha tenido España en el festival.

Algunos de los portavoces que ha tenido España en Eurovisión

Es un minuto de conexión en directo. En muchas ocasiones, incluso menos. 180 millones de espectadores pendientes de unas pocas palabras, del 'doce' que hará rugir en aplausos y vítores a un país. Algunos han estado durante semanas ensayando el momento, perfeccionando su inglés y practicando la mirada y su sonrisa ante la cámara. Si se equivocan, pueden convertirse en carne de 'meme' en las redes sociales. Si lo hacen bien, probablemente caerán en el olvido.

A la hora de hablar de Eurovisión, todo el mundo se acuerda de los cantantes que se suben al escenario. En el caso español, de Rosa, Sergio Dalma, Pastora Soler o Chanel. Sin embargo, pocos recuerdan al otro gran protagonista de la noche: el portavoz que da los puntos de España en el bloque de votaciones del festival. 

Desde que RTVE debutara en 1961 en el famoso festival europeo, con Conchita Bautista y su mítico Estando contigo, casi una treintena de personas han sido los responsables de anunciar a todo el continente el veredicto del jurado y/o el televoto español. El momento de conocer los puntos en Eurovisión es, tradicionalmente, el segmento televisivo de mayor consumo cada año. Supera, incluso, la audiencia de las actuaciones. El año pasado, la final de Eurovisión 2023 fue seguida en La 1 por un total de 4.839.000 espectadores y una cuota de pantalla media del 39,7%. Las votaciones fueron vistas, sin embargo, por 5.134.000 espectadores (47,6% de share). El minuto de oro, con casi seis millones de espectadores, se registró a las 00.21h, en plena catarsis de puntos. 

En dicho bloque de votaciones se decide quién gana el festival y en qué puesto queda España. Actualmente, un portavoz de cada país anuncia en una breve conexión a qué representante le ha otorgado el jurado nacional el '12', la puntuación máxima de la noche. Después, son los presentadores de la gala los encargados de desvelar el televoto, que supone el otro 50% de la decisión final. 

En los primeros años de concurso, la dinámica era muy diferente. En la Europa del blanco y negro, un portavoz se encargaba de anunciar vía telefónica los puntos de cada jurado nacional. El periodista Diego Ramírez Pastor, con un francés justito, fue el primero en convertirse en la voz del 'pueblo' español durante las votaciones de Eurovisión 1961. Después de él llegaron otros, la mayoría presentadores o periodistas vinculados a RTVE. Fue el caso, por ejemplo, de José María Íñigo, que triunfaba en la década de los 70 con el programa Directísimo; o de Matías Prats, actual presentador de los informativos de Antena 3, que ejerció de portavoz en Eurovisión sólo tres años después de entrar como becario a la corporación pública. 

A diferencia de los comentaristas del festival, donde nombres como Federico Gallo, Miguel de los Santos, Beatriz Pécker o José Luis Uribarri han permanecido tras el micrófono durante varios años, la designación de portavoces ha tenido un carácter más rotatorio. De hecho, pocos han tenido la oportunidad de ejercer esta tarea más de tres o cuatro veces a lo largo de su carrera.

En 1994, por primera vez, el teléfono dio paso a la conexión vía satélite. Es decir, ya era posible ver a los portavoces en pantalla en riguroso directo. María Ángeles Balañac, que ya había dado los puntos de España los tres años anteriores, fue la primera encargada de aparecer con la Puerta de Alcalá de Madrid de fondo.

Desde aquella primera conexión, los lugares seleccionados para aparecer a la espalda de los portavoces son elegidos meticulosamente. El Palacio Real de Madrid se ha llevado la palma al aparecer hasta en en 13 ocasiones diferentes. También, como representación de la capital, han aparecido, la Puerta de Alcalá, Torrespaña y el monumento a Cervantes.

En 2017, por primera vez, se decidió 'trasladar' el fondo a Barcelona con la Sagrada Familia, y en 2019 se hizo lo mismo con La Alhambra de Granada. Desde la creación del Benidorm Fest, en 2022, la turística ciudad alicantina ha sido escenario de la votación española con una conexión real desde la playa de Poniente. Previsiblemente, este año también se hará desde Benidorm con Soraya Arnelas como portavoz. 

Elegir a exrepresentantes es una nueva tendencia dentro de RTVE, ya que hasta ahora se había mantenido la tradición de optar por personalidades vinculadas con la corporación pública. Y la mayoría, mujeres. Nieves Álvarez ha sido la portavoz de referencia para España en estos últimos años, al ejercer esta responsabilidad desde 2017 a 2022. Antes, también asumieron el encargo Ainhoa Urbizu (cinco ocasiones), Anne Igartiburu (tres) o Elena S. Sánchez (dos). El último portavoz hombre fue Jota Abril, hace ya ocho años. 

Debido al poco protagonismo que se le da a quienes ejercen la labor de portavoces en Eurovisión, el periodista Jaume Borja ha entrevistado a algunos de ellos en una serial de vídeos que están disponibles en su canal de Youtube. Y gracias a dichas conversaciones se han descubierto detalles de este trabajo o falsedades que, a día de hoy, siguen dándose por ciertas entre los expertos del festival.

Por ejemplo: quien tiene el "récord de Wikipedia" de ser la portavoz española más repetidora es Matilde Jarrín, que habría sido la encargada de dar los puntos entre 1984 y 1990. Sin embargo, en su charla con Jaume Borja, la realizadora lo desmentía tajantemente. “Los puntos se daban por teléfono y se contrataba a un profesional externo por el tema del idioma. Mi inglés es pésimo", aseguraba. La función real de Matilde era recabar los votos y cerciorarse de que todo el proceso de votación se realizaba correctamente, pero no de dar los puntos en directo, tarea derivada a un traductor. Lo que sí tiene Matilde en su casa es un trofeo con forma de Pirulí que RTVE regalaba como obsequio a quienes ejercían como portavoces. Algo que, con el paso del tiempo, se ha ido perdiendo.

"El portavoz es una figura desapercibida y no se le da el papel que se le merece pese a que sale en uno de los momentos más emocionantes y de mayor audiencia de la televisión cada año", señala Jaume en conversación con El HuffPost. De hecho, él sueña algún día con poder dar los puntos de España. "Es una conexión súper fugaz y a la gente que le gusta el directo le tiene que poner súper cachondo", señala. 

Pero esa labor también tiene un lado "oscuro", ya que muchos de los entrevistados por Jaume coinciden en hablar sobre las duras condiciones en las que tenían que dar los votos. “Me llevaron a los platós de TVE. era de noche, hacía mucho frío y había muy poca gente. Me dejaron en una sala en donde no veía a nadie. He de reconocerte que tuve miedo”, cuenta Jimmy Castro, quien fue el primer portavoz de España en Eurovisión Junior cuando tenía sólo 16 años. Pero su sensación es compartida con otros que sí dieron los puntos en el sénior. “Te encuentras solo en una habitación del Pirulí”, rememora Jota Abril. “Yo estaba en un zul. Todo muy oscuro, muy pequeño”, subraya por su parte Iñaki del Moral, encargado de dar los puntos en 2009.

Pese al frío o la oscuridad, el principal miedo de todo portavoz es equivocarse en un momento en el que una audiencia millonaria te está viendo. Y ha habido casos. En 2003, Anne Igartiburu dio nueve puntos a Rumanía, puntuación que no existe en Eurovisión al saltar del ocho al diez. La presentadora del festival tuvo que corregirla en pleno directo. En 2014, Carolina Casado, cometió un error al decir "oit points" en lugar de "eight points", un fallo con el inglés que corrió como la espuma en redes sociales. 

Pero también ha habido fatalidades más graves. En 1996, Belén Fernández de Henestrosa votó a Holland (Holanda) y no corrigió a la presentadora cuando dijo Poland (Polonia). Además, en 1998 quiso decirle en inglés a la presentadora "ha sido una noche estupenda", pero realmente dijo "hace una noche estupenda", lo que provocó las risas del público y la presentadora. "No sé en España, pero aquí en Birmingham hace muchas noches que no salgo". Belén contestó: "Yo tampoco". Lo peor de todo es que España le dio el '12' aquella noche por error a la israelí Dana International por un fallo del notario, que obvió el resultado del televoto para Alemania. La votación española tuvo que ser corregida tras el festival, aunque afortunadamente no alteró el resultado y la cantante trans se convirtió en una de las ganadoras más icónicas del célebre concurso. 

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es