Una catedrática de Literatura Española asegura conocer el autor del Lazarillo de Tormes
Rosa Navarro Durán sostiene también que el libro no es una novela picaresca.
Después de intentar identificar el origen de Cristobal Colón, otro de los grandes misterios de la historia de España, el nombre del autor del Lazarillo de Tormes, podría dejar de serlo. Porque para la catedrática de Literatura Española en la Universidad de Barcelona, Rosa Navarro, la cuestión está más que clara: el libro que se considera como la primera novela picaresca lo escribió Alfonso de Valdés, escritor y político humanista que nació en 1490 en Cuenca que ejerció como secretario de cartas latinas para el emperador Carlos V.
Según explica Rosa Navarro en una entrevista que se ha publicado en La Voz de Galicia, los indicios que apuntan a Alfonso de Valdés como autor del Lazarillo aparecieron casi por casualidad en 2002, cuando advirtió que el último párrafo del prólogo no introducía la historia, sino que ya daba voz al propio Lázaro. Esta estructura poco convencional la llevó a estudiar más profundamente el texto y a concluir que el libro critica directamente a la Iglesia, lo cual, en tiempos de la Inquisición, habría hecho imprescindible que circulara de forma anónima. Por lo que concluye que el libro no es una novela picaresca, sino una sátira erasmista, crítica y llena de humor contra la Iglesia.
En el análisis de Navarro, todos los amos de Lázaro, excepto el escudero, son religiosos, una elección que, según ella, revela la intención de ridiculizar y criticar los abusos y la hipocresía de la Iglesia. La catedrática también señala una clara alusión a los abusos sexuales dentro del clero. En el breve y contundente episodio con el fraile de La Merced, Lázaro menciona que este “me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida; pero no me duraron ocho días ni yo pude con su trote aguantar más”. Para Navarro, estas líneas sugieren claramente que el fraile abusó de Lázaro. “Si leyéramos Lazarillo bajo esta teoría, lo veríamos como un testimonio de un vicio horrible que ya corrompía a la Iglesia en el siglo XVI”, explica.
Navarro afirma que Valdés ocultó su nombre en el título de la obra. Observó que, en un facsímil de la Junta de Extremadura, las letras “LAV” estaban destacadas al inicio del título “La vida de Lázaro y de sus fortunas y adversidades”. Según ella, el juego de letras “LAV” alude a “Valdés” y se lee como un guiño cifrado que enlaza su identidad con la obra. Además, apunta que las referencias al pasado judío en el texto también se relacionan con los orígenes conversos de Valdés, visibles en detalles como que el escudero salía el último de misa para asegurarse de ser visto, o en la exigencia de treinta maravedíes, el mismo número de monedas que Judas recibió por traicionar a Jesús.
Respecto a la autoría del Lazarillo de Tormes, existen otras teorías. Algunos críticos sostienen que el Lazarillo podría haber sido escrito por Juan de Valdés, hermano gemelo de Alfonso, quien guardaba los manuscritos tras la muerte de este. También se ha sugerido como posible autor a Diego Hurtado de Mendoza, cronista que firmó la segunda parte de la obra, así como al fraile Juan de Ortega y al poeta Sebastián de Horozco. Para Navarro, ninguna de estas opciones es convincente: “Es imposible que un inquisidor haya escrito una obra tan crítica con la Iglesia, y Diego Hurtado de Mendoza era un noble alejado de la realidad de los más pobres”, opina.