Un profesor jurídico revela cómo el aeropuerto de Gibraltar surgió gracias a "un momento de debilidad" de España
En menos de ocho años se construyó la infraestructura.
La guerra Civil Española no solo causó tragedias y destrucción, sino que también debilitó gravemente su posición internacional, dejando al país vulnerable ante las acciones oportunistas de otros. Uno de los casos más evidentes de esta situación es la construcción del aeropuerto de Gibraltar, una infraestructura clave que aprovechó el desconcierto español durante la Guerra Civil.
Según el historiador José Manuel Algarbani, en 1935, tan solo un año antes de que estallara el conflicto, Reino Unido inició las obras para construir una pista de aterrizaje sobre el istmo de Gibraltar, un territorio que no había sido cedido en el Tratado de Utrecht.
Aprovechando la frágil situación política y militar de España, que estaba más preocupada por los combates en las trincheras que por las amenazas a su soberanía aérea, las obras avanzaron rápidamente.
Para 1938, en pleno conflicto civil, Gran Bretaña ya había extendido la pista hacia la Bahía de Algeciras, lo que permitió que, en menos de ocho años, se completara la infraestructura que hoy conocemos como el aeropuerto de Gibraltar.
la precariedad de España, la oportunidad de otros
Según Algarbani, la construcción de la pista en el llamado "territorio neutral" violaba las aguas que, en realidad, eran españolas. No obstante, Gran Bretaña, consciente de la precariedad de España en ese momento, avanzó con el proyecto bajo la promesa de que la instalación solo sería utilizada para fines de emergencia por la Royal Air Force y la Royal Navy.
Mientras que España intentaba, sin éxito, organizar su defensa aérea en el sur del país, Gran Bretaña consolidaba su control en Gibraltar con una instalación que no solo serviría para la aviación militar durante la Segunda Guerra Mundial, sino que, tras el conflicto, se se convertiría en un aeropuerto permanente.
En 1950, el Gobierno español, que quería recuperar relaciones, acabó reconociendo el aeropuerto de Gibraltar en un acuerdo que permitió a Gran Bretaña consolidar su presencia en la región.