Un descubrimiento arqueológico rescata de las sombras una civilización antigua que afloró en España
Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos tartésicos más importantes.
La arqueología nos permite descubrir pruebas tangibles que nos ayudan a reconstruir la historia de la humanidad. Esta vez, ha sido en Casas del Turuñuelo, Badajoz, donde gracias a las recientes excavaciones arqueológicas se ha hallado una losa de esquisto del siglo VI a.C. grabado con escenas de guerreros. Este yacimiento tartésico proporciona una valiosa información sobre una antigua civilización que surgió en el suroeste de la Península Ibérica.
El descubrimiento, ha sido liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura. Este hallazgo ofrece nuevas perspectivas sobre las prácticas y rituales artesanales de este período, mejorando la comprensión de la sociedad tartésica.
El descubrmiento de la placa de esquisto encontrada forma parte de la sexta campaña de excavación del edificio. La pieza mide aproximadamente 20 centímetros y está grabada en ambos lados. Por un lado presenta motivos geométricos y rostros repetidos. El otro lado ilustra una escena de combate en la que participan cuatro guerreros. Es un gran hallazgo pues los rostros humanos es un rasgo que nunca antes se había observado en la cultura tartésica, tradicionalmente considerada anicónica.
El desarrollo de la investigación arqueológica
El yacimiento de Casas del Turuñuelo es uno de los yacimientos arqueológicos tartésicos más importantes. Se encuentra en la comarca de las Vegas Altas del Guadiana, cerca de la desembocadura del río Búrdalo. Su buen estado de conservación permite documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas de la época en Iberia.
En 2015 se iniciaron las excavaciones y no fue hasta 2023 que los arqueólogos descubrieron la ubicación de la puerta este del edificio principal. Estaba escondida en el centro de una fachada monumental de más de tres metros de altura. Dicha entrada da acceso a la sala de gradas.
Se trata de un edificio que se encontró intacto, fue sellado por sus habitantes antes de su abandono. Ofrece un viaje en el tiempo, como si fuera una 'fotografía' de la vida cotidiana en Tartessos. Todavía se pueden apreciar sus dos plantas constructivas. Cuenta con un gran patio pavimentado con pizarra, frente al cual hay un pasillo que separa el cuerpo principal del edificio de un conjunto de estancias donde se han recuperado numerosos materiales.
Otro de los descubrimientos en este yacimiento más importantes es una matanza ritual de animales. Se encontraron esqueletos de 52 caballos, cuatro vacas, cuatro cerdos y un perro. Se trata del mayor sacrificio de animales documentado en el Mediterráneo occidental.