Toñi Salazar: "Rosalía, que yo la amo y me encanta, está cantando e imitando como hacemos los gitanos de toda la vida"
Azúcar Moreno ha empezado la temporada de verano con un concierto sorpresa en el Mad Cool.
Solo se vive una vez, Devórame otra vez, Bandido... Azúcar Moreno son un incombustible de fiestas populares, verbenas, bodas y cualquier tipo de celebración que abarquen desde el abuelo al pequeño de la casa. Este jueves, las hermanas Encarna y Toñi Salazar, han dado un paso más a un público más alternativo con su actuación sorpresa este jueves en el escenario Vibra Mahou del Mad Cool.
Aunque han dado varios giro a su carrera e incluso un parón de casi 10 años por el distanciamiento entre ambas, admiten que los éxitos siguen siendo los que remolcan su carrera. Sin embargo, su reciente presencia en el Benidorm Fest les ha aportado además de nuevas canciones como Postureo, una versión del tema de Rigoberta Bandini, Ay, mamá.
Antes de su actuación en Madrid, Toñi Salazar atiende a El HuffPost en una llamada en la que habla del triunfo del flamenco a nivel mundial, pese a Eurovisión, de Rosalía y del machismo en la música urbana y el reguetón.
Tocasteis este jueves en el Mad Cool como parte del escenario sorpresa de Vibra Mahou de temática de tómbola. ¿Sois más de festivales o de fiestas populares?
Nosotras somos de todo. Todo lo que sea música, lo que sea cantar, nosotras cantamos en una verbena, en un festival, donde sea porque creo que el artista es un poco de todos lados. Nosotras encantadas de estar allí.
Además vuestras canciones son intergeneracionales, llegan desde los más jóvenes a los mayores.
Ahora que estamos con las galas del verano y todo esto nos hemos dado cuenta que tenemos mucho público joven, que hay muchos niños jóvenes que están como descubriendo nuestras canciones. Nuestra música es para todo el mundo, para el pueblo, vaya.
¿Os da vértigo vivir de los éxitos o veis que la gente se sabe también las canciones nuevas?
Hay canciones que son para toda la vida como Bandido, Solo se vive una vez, Devórame otra vez... Son canciones que van a vivir con nosotras siempre. Bandido lleva 30 años en el repertorio, ¿y te puedes creer que no la podemos quitar porque la gente la pide? Es imposible. No nos molesta, creo que vivir de lo que tú has sido en la música es algo bonito. Postureo que es una canción de hace poco, la gente se la sabe igual. Pero sí que es verdad que tiran más las canciones de toda la vida porque es lo que el público conoce. Eso también se entiende.
¿Sois enemigas o amigas del autotune?
Ni enemigas ni amigas, no me gusta a mí el autotune este. Es verdad que nosotras somos artistas de toda la vida, que nos gusta lo natural. La gente que canta en directo, puedes desafinar o que se te vaya un poco una letra, pero a mí me gusta lo real. A mí una tia que canta una letra y la pasa por autotune, es como artificial, no me parece real. La música tiene que ser verdadera, el aquí y ahora, lo que está ocurriendo.
No me gusta la música esta que se hace. El otro día veníamos Encarna y yo escuchando las canciones de ahora, pero hay canciones que digo ‘yo no sé cómo esto puede ser un éxito’ porque solo dicen tacos, palabras feas, palabras malsonantes, groserías hacia la mujer, totalmente machistas. Esta canción que no sé si está bien decirlo, pero la de A mí me gustan mayores. Tanto que estamos defendiendo los derechos de la mujer, los derechos de respetar a la mujer, el machismo... Ahora viene una tía diciendo que le gustan los mayores... No comprendo ese mundo, no lo llego a entender. ¿Eso es música? Para mí, no lo es. Sé que a la juventud le gusta esa música, pero creo que lo que está haciendo esa música es perjudicar a la juventud.
Además, vosotras que en los 90, dos mujeres os hicisteis hueco en la música, imagino que habréis vivido el machismo en primera persona...
Lo hemos vivido y lo seguimos viviendo. Porque fuera de las canciones decimos que queremos que la mujer tenga los mismos derechos que el hombre, que se nos respete... Pero luego viene una tía como Karol G y dice “bebita, mamasota, este te pone mirando a la pared”, una serie de cosas... A la mujer en el mundo de la música nos ven como un objeto, es así. Pero es que ahora mismo somos los propios artistas los que están generando todo esto. Te lo juro que no lo entiendo. A lo mejor es que yo lo interpreto así, pero es que no me gustaría que mi nieta escuchara estas canciones, te lo digo de verdad. Porque quiero que mi nieta se críe en una sociedad con respeto, con sus derechos, y no que escuche esa cantidad de tonterías que dicen muchos y muchas, que me parece fatal.
¿Cómo surgió esa versión de Ay, mamá de Rigoberta Bandini que ha dejado a todo el mundo con la boca abierta?
Nosotras conocimos a Rigoberta en el festival y la canción nos pareció tan bonita, que la compañía nuestra nos dijo que si queríamos hacer una versión. Nos sentimos tan identificadas con esa canción, que lo dije desde el minuto uno que la escuché en el festival, que esa canción me identifico con ella porque siempre hemos sido unas grandes defensoras de la mujer y de la libertad de la mujer. Nos dijeron de hacer una versión y surgió así como de algo que nos apetecía hacer. Es un gran tema, una gran canción.
¿Este año seguisteis la representación de Blanca Paloma en Eurovisión?
La vimos, no en directo porque estábamos de concierto, pero me pareció injusto, que ni siquiera se acordaron de ella. La pobre tuvo una mala experiencia, pero lo defendió, salió ahí con un par y lo hizo estupendo como una buena artista. Creo que lo hizo maravilloso, pero Eurovisión ya sabes lo que pasa, que España no existe.
Se habló mucho de vosotras y vuestra actuación en 1990 y de cómo siempre cuesta llevar flamenco a Eurovisión...
Se dice que el flamenco no funciona, pero va Azúcar Moreno en el 1990 con Bandido y las castañuelas y el mundo se queda parado. Luego viene Rosalía, que yo la amo y me encanta, pero está cantando e imitando como hacemos los gitanos de toda la vida. Ese gesto que hace con las manos viene de las bodas gitanas, hay una parte de una canción que es de mi tío y la canta Rosalía, y ahora resulta que en el mundo funciona el flamenco, pero en Eurovisión no. Y cuando dicen flamenquito no me gusta nada. No es flamenquito, es flamenco y el flamenco es España. Lo conoce todo el mundo y no hay que avergonzarse de ello. Hay gente que lo ve como despectivo, ¿cómo vas a llevar flamenco a Eurovisión? Pues perdóname, si es la imagen que hay de España.
Después de presentaros en 2022 al Benidorm Fest, ¿volveríais a repetir la experiencia?
No tengo miedo a esas cosas, soy una cantante y si me dicen que vaya a Eurovisión a defender a mi país, lo defendería con uñas y dientes y le diría al mundo lo que es España. En España hay mucho arte, hay muy buenos artistas, hay muchísima calidad. Yo volvería, entiendo que es más difícil ya, pero no me daría ningún pudor.
Venís de una familia de artistas, desde Porrina de Badajoz a vuestros hermanos Los Chunguitos, ¿os habéis visto presionadas por las expectativas familiares?
Para nada, para nada. Nosotras al contrario, éramos hermanas de Los Chunguitos, que eran los más fuertes en aquellos años. Pero nunca nos han relacionado musicalmente, fíjate. Nosotras despuntamos como Azúcar Moreno a raíz de lo de Eurovisión en 1990, entonces nunca nos han relacionado ni hemos tenido problemas en ese sentido.
¿Creéis que hay un boom hacia la música de los 90 y 2000?
No lo sé, pero ojalá volvieran, porque la música de los 90 marcó y a mí me encantaría sinceramente. A mí me encanta, ya me dirás tú, que nuestra canción tiene 30 años y la gente, te doy mi palabra, que en los conciertos se la sabe entera, entera. Hay canciones que marcan, a mí me encantaría que volviera esa música.
¿Qué perspectivas tenéis para este verano de conciertos y festivales?
La verdad que sí, muchos conciertos, muchos bolos. Estamos también ahí haciendo una historia con Solo se vive una vez que va a quedar muy chula, que ya lo escucharéis y muchos proyectos de vida. Vivir, trabajar y ser feliz que es de lo que se trata.