Si las princesas Disney fuesen al médico, saldrían con una larguísima lista de recetas
No todo es "vivir felices para siempre" en los personajes femeninos de la factoría de Walt Disney: Blancanieves y compañía necesitarían una visita urgente al especialista.
Las princesas Disney son capaces de enfrentarse a maléficas madrastras, a hechizos que pueden ser eternos o a saltos imposibles desde altísimos acantilados, pero si sus vidas se analizaran con un poco de realismo (y también un poco de sentido del humor), acabarían con un diagnóstico médico que ni un salagadula, mexicabula, bibidi-bobodi-bu cantada por el hada madrina de Cenicienta sería capaz de curar. Así lo sugiere un artículo que ha publicado la revista British Medical Journal en un sarcástico especial de Navidad, en el que han revisado sus historias desde una perspectiva científica. Spoiler: lo de “felices y sanas” no lo tienen tan claro.
Blancanieves y su “manzana mortal”
Blancanieves podría presumir de ser “la más bella del reino”, pero su vida no es para envidiar. Obligada a limpiar sin descanso y aislada en el castillo por su malvada madrastra, la princesa sufre un coctelazo de soledad y depresión. Los médicos lo tienen claro: la falta de interacción social está directamente relacionada con enfermedades cardiovasculares, ansiedad y mortalidad prematura.
Por suerte, encuentra algo de compañía en los siete enanitos, aunque la alegría dura poco. Su famosa frase “una manzana al día mantiene al médico lejos” se le vuelve en contra cuando muerde la manzana envenenada y cae en un coma profundo. La moraleja médica: cuidado con los alimentos no supervisados. Quizá Blancanieves necesitaba menos príncipes y más un equipo de reanimación y psicoterapia.
Jasmine y un tigre nada recomendable
Jasmine vive en un palacio de ensueño con ropa impecable y un tigre como mascota. Pero si miramos bien, la princesa de Agrabah lo tiene crudo. Aislada en su jaula dorada, sin amigos ni vida social, la soledad crónica la convierte en candidata ideal para desarrollar depresión, ansiedad e incluso problemas del sistema inmunológico.
¿Y qué decir de su fiel tigre Rajah? Aunque adorable, un tigre sigue siendo un tigre: con sus garras afiladas y su instinto natural, Jasmine correría riesgo de sufrir lesiones cervicales graves o, peor aún, infecciones zoonóticas como la rabia. Un pequeño mordisco de cariño podría acabar en catástrofe. Si el médico entrara en escena, lo primero sería cambiar el tigre por un gato y apuntarla a terapia de grupo para socializar.
Cenicienta, polvo y purpurina tóxica
Cenicienta no solo está explotada laboralmente por su madrastra y hermanastras, sino que su entorno de trabajo es un desastre en términos de salud. Pasarse el día barriendo suelos llenos de polvo la convierte en candidata para desarrollar enfermedades pulmonares ocupacionales.
Por si fuera poco, su hada madrina decide cubrir el ambiente con una lluvia de purpurina (glamurosa, sí, pero también tóxica). Esa purpurina, conocida científicamente como microplásticos recubiertos de aluminio, puede penetrar en los pulmones y agravar aún más la situación. La realidad es que Cenicienta necesita menos baile y más inhaladores, mascarilla y una buena ventilación en su zona de trabajo.
Pocahontas y el salto de la UCI
Pocahontas nos dejó a todos sin palabras cuando se lanzó desde un acantilado en Colores en el viento. Pero un salto de nueve segundos tiene consecuencias: calculando la física, hablamos de una caída desde unos 250 metros, altura más que suficiente para fracturar clavículas y otros huesos importantes.
En un mundo real, el impacto con el agua no sería precisamente una experiencia poética. Más bien la dejaría en la UCI con múltiples fracturas y un diagnóstico complicado. La princesa pasaría de disfrutar de los “colores del viento” a ver radiografías en blanco y negro y escuchar, en lugar de la naturaleza, el pitido constante de las máquinas médicas.
Aurora y sus problemas de "dormilona crónica"
Aurora, la Bella Durmiente, representa el sueño eterno… y eso no es nada bueno. Estar meses en cama la pondría en riesgo de desarrollar obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y úlceras por presión. Además, la inactividad prolongada provoca atrofia muscular, lo que le dificultaría incluso mantenerse en pie tras su “despertar mágico”.
Por suerte para Aurora, el príncipe Felipe rompe el hechizo rápido (aunque el tema de no pedir consentimiento hoy daría mucho que hablar). Eso sí, en el mundo real, la princesa necesitaría semanas de rehabilitación, no un simple beso, para recuperar la movilidad.
Mulan y el estrés de ser la heroína de China
Mulan carga con la presión de salvar a su familia y, de paso, a toda China. Pero el coste emocional de tanta responsabilidad es inmenso: la violencia emocional, el rechazo social y el honor familiar le pasarían factura con cuadros de ansiedad y depresión severa.
Para colmo, su dragón guardian, Mushu, no es precisamente el terapeuta ideal. Cuando le dice cosas como “avergonzaste a tu padre y perdiste a tus amigos”, no hace más que empeorar el cuadro. Mulan necesita psicoterapia urgente, y si China quiere salvarse, quizá debería empezar por cuidar la salud mental de su heroína.
Bella y los riesgos de besar a una Bestia
Bella se sacrifica para liberar a su padre y acaba encerrada en un castillo con un mix de animales salvajes. Porque, seamos claros, la Bestia no es solo un príncipe encantado: su anatomía combina búfalo, oso, jabalí y lobo, convirtiéndolo en una bomba biológica de posibles infecciones como brucelosis y rabia.
Aun así, Bella parece haber tomado la mejor decisión, porque su otra opción era Gastón, el narcisista del pueblo. Los médicos coincidirían en que vivir con Bestia es menos tóxico (al menos emocionalmente) que aguantar el ego insoportable del otro pretendiente.
Rapunzel y su melena problemática
Rapunzel presume de tener un cabello mágico de 21 metros, pero la realidad es menos glamurosa. Usar su trenza como cuerda y ascensor le habría provocado alopecia por tracción: una condición que deja el cuero cabelludo dolorido y puede causar pérdida permanente del pelo.
Por si fuera poco, cargar con semejante peso le habría provocado migrañas constantes, así que lo suyo no sería un cuento de hadas sino un catálogo de ibuprofenos y visitas al dermatólogo. Gothel quizá se mantenga joven, pero Rapunzel acabaría calva y con un humor de perros.