Salvador Sobral: "Estaba más preocupado de sobrevivir que de la fama y de lo que decían de mí"
El ganador de Eurovisión en 2017 presenta su último disco, 'Timbre'.
Los ganadores de Eurovisión suelen quedar dentro del circuito comercial, con algunos triunfadores como sucedió con Måneskin o la bicampeona Loreen, y otros con una repercusión o producción más limitada. Pero en 2017 todo dio un giro y la victoria inesperada de Salvador Sobral con su Amar pelos dois marcó un antes y un después. Pese a que él lo niegue, su balada logró que un artista proveniente del jazz y de círculos muy limitados, pero muy formados musicalmente, llegara a los eurofans de todo el continente.
El portugués no reniega de su victoria en el festival, pero sí se vio sobrepasado por una "fama instantánea" que califica de "antinatural" en un momento en el que su salud no pasaba por el mejor momento. En diciembre de ese mismo año tuvo que ser sometido a un trasplante de corazón.
Su carrera está en los teatros, no en los grandes estadios ni en fiestas eurovisivas. Sobral, que vive entre Portugal y Francia —donde residen su mujer, la actriz Jenna Thiam, y su hija—, en ningún momento ha dejado de estar en sus orígenes: en una composición musical cuidada y una interpretación aún más cuidada con al que busca a llegar a la fibra del oyente. Con Timbre, su último trabajo, Sobral experimenta con la voz para encontrar su tono.
Un tono que se mezcla de otros idiomas y otras culturas, que conoce y de lo que hace gala antes de empezar su charla con El HuffPost animándose en un compás por alegrías.
Quería empezar preguntándote por la primera canción de tu disco Amor a capela. Dices que ha estado trabajando mucho tiempo para encontrar tu timbre y tu voz. ¿Por qué querías empezar con una canción a capela en castellano?
Decidí empezar el disco con la canción a capela, Amor a capela. Porque este disco es un disco sobre la voz, sobre el timbre, por eso el nombre. Y queríamos darle todo el protagonismo a la voz. Y queremos un disco más despojado, con menos elementos que el anterior, más sencillo, con menos información armónica y demás y pensamos que mejor manera que empezar un disco a capela como para hacer este statement de que este disco la voz es la protagonista, no sé por qué es en español porque creo que la canción tiene un aire de zamba, con "z", de que se repite, muy por influencia 'drexleriana' también por eso creo que salió en español. Lo grabé en mi casa, ahí mismo en el salón.
En un trabajo dedicado a la voz, ahora que se utilizan tanto los moduladores como el autotune, acostumbrado a trabajar con música tan orgánica, ¿te ves trabajando con ese tipo de elementos?
¡Atención! El single que saqué anterior al disco se llama Frutilla y estoy con autotune a tope. Me encanta. Cuando lo descubrí dije y '"¿esto qué es?", es supercurioso y me encanta utilizarlo y quiero utilizarlo también en el futuro.
Como en otros trabajos, has colaborado con tu hermana Luisa, ¿cómo es trabajar con la familia?
Es cierto que ella tiene que estar siempre presente porque ha sido siempre mi guía en este mundo de la música, porque cuando llegué ella ya estaba. Ella siempre me dio consejos cruciales para todos mis pasos de mi carrera. Desde que vivía en Mallorca cantando en bares, ella fue la que me dijo “ve a estudiar y a entender lo que está detrás de la música”, hasta decisiones posteurovisivas de qué hacer, qué no hacer, qué medios hacer... Es como la consejera de mi carrera.
Eso unido al hecho de que es una compositora absolutamente fantástica y de que no hay nadie que escriba para mí como ella. Ella entiende perfectamente mi voz, mi timbre y mi interpretación. Entonces, tiene todo el sentido que esté siempre en mis discos y es la primera vez en este disco que ella canta algo mío porque siempre estoy cantando sus canciones, pero aquí el dueto que hacemos nosotros está escrito por Leito y por mí. Es la primera vez que canta una canción mía.
Has cantado en portugués, francés, inglés, español... Dices que hablas hasta 30 idiomas, ¿cómo eres capaz de trabajar con la música en tantísimos idiomas?
(Risas) Creo que el idioma principal es la música y las distintas lenguas me dan distintas opciones de distintos recursos y herramientas a la hora de componer y de interpretar. Yo no hablo tantos idiomas. A veces la gente me pregunta que cuántos hablo, creo que sólo hablas un idioma verdaderamente cuando podrías hacerte un máster en literatura en ese idioma. Entonces creo que, en verdad, solo hablo portugués, español e inglés, porque son los únicos de idiomas en los que podría hacer un doctorado de literatura.
Has colaborado en este disco con la exrepresentante francesa en Eurovisión Barbara Pravi, con quien compartes la experiencia eurovisiva, ¿habéis compartido impresiones de lo que ha vivido cada uno?
Sí, de hecho, yo la llamé un día antes de que de que subiera ella cantara en Eurovisión. La veía como como yo, me identificaba mucho porque ella tenía una canción [Voilá] que era muy distinta de todas las otras propuestas. Y ella tenía una canción tan visceral y una entrega tan intensa y como que la vi igual a mí en ese año. Me sentía muy identificado y hablamos mucho sobre eso también sobre sentirse diferente en Eurovisión y entonces tenía todo el sentido de invitarla también ese día, ¿no?
¿Has seguido el festival después de ganar Eurovisión?
No, nunca, nunca lo vi. Siempre estoy trabajando felizmente que tengo trabajo. Entonces o trabajo o fútbol (risas).
¿Y las propuestas de España?
No, no, no, hasta ahora no.
En un contexto de salud delicada y con un golpe de fama repentina, ¿te arrepientes en algún momento de haber participado?
No, jamás, porque Eurovisión me trajo todo lo que tengo. No estaría aquí hablando contigo. No estaría tocando por todas partes, ¿no? Lo de la fama instantánea es que es una cosa antinatural para el ser humano. Nadie debería pasar por eso de que nadie le conozca y al día siguiente ser recibido por millones de personas. Eso es muy difícil de asimilar, y más encima si estás enfermo. Es que la gente a veces no se da cuenta de todo eso, es que yo aparte de esa forma instantánea, es que estaba muy mal.
Lo veo con la distancia temporal y después de la operación y todo eso, que me haya sentido sano y que el público que viene hoy a mis conciertos es menos de lo que venía en ese entonces. Pero es público fiel y público al que le gusto demasiado. Le gusta en serio mi música y no mi personaje público.
¿Cómo gestionaste esa situación?
No gestioné, no podía gestionarlo. Solo sobreviví. Y eso ya fue bastante porque tuve ahí momentos bastante delicados. Entonces estaba más preocupado de sobrevivir que de la fama y lo que decían de mí, era más prioritario eso.
¿Crees que sentaste un antes y un después en el festival de Eurovisión?
Creo que lo de Eurovisión, gané porque era diferente de todo lo demás. Y eso es lo que triunfa siempre, todos los años. Ese año era una canción bonita y era distinto porque era una cosa más acústica, piano, cuerdas, una balada... Y eso era muy diferente. Creo que sería un poco pretencioso pensar que ha cambiado el festival, ya se vio los años siguientes que no fue el caso.
Sí he ganado con la puntuación más alta de siempre y a ver si alguien romper mi récord, alguna vez. Si alguien lo hace, tendré que volver y romperlo otra vez (risas).
Estudiaste Psicología, ¿cómo ves la visibilización que se está haciendo de la salud mental entre artistas y creadores? ¿Crees que es importante?
Completamente. Siento que casi todos mis héroes musicales tienen agotamientos y se habla mucho del burn out ahora. No sé si fue postpandémico, que de repente estábamos todos encerrados y cuando abrió todo, todo el mundo está histérico para hacer cosas. Entonces igual por eso los artistas se abrumaron un poco y mucha gente que admiro ha tenido ese burn out. Es curioso y es bueno que hoy en día está un poco menos tabú lo de la salud mental y que ya se hable más y eso es importantísimo.
Estudié Psicología por las mismas razones por las que hago música, que son la comunicación y el ser humano, que me encanta. Las vicisitudes del ser humano en todas sus intermitencias. A mí me encanta el ser humano y entenderlo, por eso estudié Psicología y por eso creo que también hago música: para tocar y llegar al otro.
¿Basas tus composiciones en cómo tocar al otro determinada fibra?
Sí, creo que es no en la composición, sino más en la interpretación directa de los conciertos. Creo que ahí es donde es donde está el canal más directo al alma. Ahí es donde soy también más fuerte, cantando en vivo. La composición es una cosa un poco más intelectualizado y racional, es una cosa que hago de manera poco romántica y más racional.
Se dice que ya no se generan discos, que la nueva estructura es ir sacando singles, ¿cómo ves este modelo que plantea la industria?
Me encantaría decir que no, que me da igual la industria y que yo hago mi música de no sé qué, pero obviamente yo soy también rehén de esto, de las redes sociales. Me paso horas pensando en qué voy a postear y que tengo que hacer contenido y carteles y vídeos... Pero yo lo tomo con mucha ironía porque me parece ridículo absolutamente estar hablando a esto [coge el móvil]. Hay gente que dice que es más ridículo hablarle a un zapato. “¡Hola gente!” No, ¿qué gente?. Y entonces la única manera en la que me lo tomo es con ironía. Por eso, hago vídeos a veces fingiendo que soy influencer, pero es tan ridículo para mí que lo hago con ironía, pero lo tengo que hacer.
Lo veo directamente, la influencia que tiene, cuando estoy haciendo yo mis redes sociales y cuando lo hace otra persona. Lo veo directamente en la venta de entradas en las escuchas en Spotify... Si uno no está presente ahí, tampoco recibe tanta atención. Entonces, sí que está ahí la industria de la venta de entradas y tal, pero felizmente eso nunca ha comprometido mi arte y nunca he hecho ninguna concesión en la música que compongo y que canto. Tal vez un día lo haga, pero hasta ahora puedo decir que nunca hice ninguna concesión por la industria.
Hablando de la comunicación con los fans, hay muchas quejas de cómo se los trata en los conciertos, en los que hay golden circle, golden VIP... ¿Te ves haciendo eso?
Por ahora no me veo haciendo eso. Es verdad que es una batalla mía siempre de querer tener entradas que todo el mundo se pueda comprar. Eso sería, no sé, 20 euros en España, Portugal menos, pero no quiero tener conciertos que valen muy caro. Ya me pasó en el pasado. Estas son cosas que vamos aprendiendo.
Cuando gané Eurovisión se cobraba mucho dinero, pero ¿por qué? Yo quiero que mi música sea accesible a todo el mundo. Entonces con que haya entradas accesibles a todo el mundo, estoy feliz. Entiendo que hay distintas, distintas secciones y que hay gente que paga más y tal.
Pero si te digo la verdad, la primera fila se escucha fatal y eso la gente no lo sabe (risas). Las dos primeras filas fatal. Tienes que estar en medio. Como yo digo muchas veces en los conciertos a la gente arriba en Cádiz, en el Falla por ejemplo, les digo a los del gallinero “ustedes me pagaron menos, pero tiene que cantar también”.
Ya que conoces el folclore de Andalucía, ¿crees que hay un auge de la música de raíz con artistas como Rodrigo Cuevas, Baiuca o Karmento?
Muchísimos. Me encanta este movimiento de equilibrar la tradición con la innovación y por eso tengo la Silvana Estrada en mi disco también, porque para mí ella conjuga perfectamente la tradición mexicana, la música mexicana con sonoridades modernas. Incluso en su voz eso está presente y todos los ejemplos que me has dado son un ejemplo perfecto desde Rosalía a Rodrigo Cuevas.
Y en Portugal está también ese movimiento del fado urbano. Hay gente que lo logra, gente que parece que lo logra menos, pero desde que se decide que eso sea algo genuino, me gusta y eso se entiende. Si es un producto que quieren hacer, eso se entiende. La gente no es tonta, la gente entiende lo que es hecho con verdad y si tú quieres hacer un fado proponiendo algo porque te viene de dentro, eso se siente. Pero si lo haces porque es un producto y quieres ser "la Rosalía de Portugal", que todavía no hay, eso también se va a notar.
¿Con qué artista español te verías colaborando?
Pues estamos hablando de Rosalía y me encantaría. Pero mucha gente, me gusta Antonio Lizana, que también está ahí en el flamenco jazz. Descubrí una chica el otro día que se llama Amaia Miranda, que me encantó. Descubrí una sonoridad, una relación con la guitarra... Estoy flipado con la música en Cataluña, cómo está de avanzada, cómo la gente está interesada en hacer música allí, la cantidad de jóvenes que hay: la Rita Payés, el Pol Batlle, la Lucía Fumero, la Eva Fernández... Hay un montón de música buena también en Barcelona y yo quiero cantar con todos. De hecho, he hecho ahora un dueto con Clara Peia... Siento que la música está viva y que la gente tiene un montón de recursos técnicos y conoce la música y la armonía, pero no es solo del jazz y se abre a todas las músicas.
Tienes a tu mujer y tu hija en Francia, pero tu carrera en Portugal, ¿Cómo vives entre dos países?
Lo gestiono como puedo. Tengo a mi hija en la guardería y ahí está la base por ahora, porque mi novia está trabajando ahí, que está haciendo una pieza de teatro. París no es una ciudad que te abre los brazos. Ya te digo yo, es una ciudad que te da lucha. Pero también las cosas que me dan lucha me gustan y si hay que quedarse ahí, tendré que encontrar una solución para estar bien, en paz.
Y tengo que descubrir a alguien para jugar al fútbol, porque eso no consigo encontrar en París a nadie que juegue al fútbol conmigo (risas).