Omar Samba: "Con OT mucha gente me dijo que ya me había presentado dos veces y lo dejase"
El cantante habla con El HuffPost sobre su segundo lanzamiento tras su paso por Operación Triunfo, una emotiva crítica a los que ponen trabas en el camino de los demás.
Aun quedando dos conciertos para que termine la gira de Operación Triunfo, Omar Samba (27 años) ya no es un 'triunfito', ahora es un artista musical con todas sus letras que ha sacado La Salida, el segundo lanzamiento desde su paso por el concurso.
Tras haber intentado entrar en el programa hasta en dos ocasiones, a la tercera fue la vencida, a pesar de que algunos le instaban a no volverlo a intentar tras los fracasos anteriores, pero como bien dice en su nueva canción, "déjame vivir en mi mentira". Fue uno de los 16 participantes de Operación Triunfo 2023. Fue el segundo eliminado de la edición y desde entonces no ha dejado de trabajar en la música.
Omar Samba guía a sus oyentes hacia La Salida, una apuesta muy, muy fuerte que pretende luchar con las personas que ponen trabas en el camino que uno quiere seguir. Una presión que "nos ponemos y se nos pone" en la experiencia en Operación Triunfo de la responsabilidad que tienen y de lo que se espera de ellos.
¿Qué tal han ido los últimos conciertos en Madrid?
Increíbles. Muy bien. Muy bien. Lo viví muchísimo, con muchísima intensidad desde el jueves. Me emocioné muchísimo. Al final, yo nací aquí, en Madrid y he venido mil veces de conciertos al WiZink. Verme ahí cantando es como ¡wow! Y me emocioné muchísimo, muchísimo.
Queda poco para terminar la gira. ¿Qué te queda dentro?
Quedan restos de muchas cosas. Entre ellas te queda un poco de nostalgia porque piensas que no sabes cuando volverás a estar aquí cantando ante tanta gente. Luego te queda también un poco de resaca emocional, de joder, qué guapo fue. Un montón de cosas, porque al final yo lo siento como que en todos los conciertos de la gira se me ha ido quedando un cachito de mi alma y de mi yo Operación Triunfo. Da pena también, es algo único que estamos viviendo. Creo que todos mis compañeros tienen la misma sensación, nos desvivimos por cada concierto. Es algo nuestro que se queda ahí y nosotros nos llevamos algo de cada sitio donde cantamos. Es guay.
¿Cómo está siendo la convivencia entre compañeros en la gira?
Estupendamente, la verdad. Es verdad que tampoco hay tanta convivencia porque realmente entre semana cada uno va a la suya porque tenemos un montón de trabajo y luego los días de concierto viajamos el mismo día y llegamos directos para empezar la prueba de sonido. Hay poca convivencia, solo aprovechamos los viajes para ir charlando o haciendo el tonto. Eso en algunos, porque hay otros que madrugamos un montón y vamos todos durmiendo, parece un cementerio. Luego por las noches sí que nos buscamos y nos encontramos en alguna habitación.
¿Eres de los que se despierta de malhumor?
Yo sí. Por la mañana, cuando me levanto con gente, lo disimulo genial. Pero cuando tengo confianza con las personas en el piso, que vivo con Bea, Álvaro y Salma, pues Bea se levanta con muchísima energía y yo hasta que no me tomo el café de por la mañana no soy persona. Muchas veces le digo a Bea que me dé diez minutos, que me tomo el café y ya intensificamos todo lo que quieras.
Quedan solo dos conciertos más, ¿hay alguno que se haya quedado un poquito más en el corazoncito?
El concierto que más se me ha quedado en el corazoncito es el primer día del WiZink. Al final, también venían mi madre y mis hermanos. Tenía como un sentimiento especial con Madrid. Pero luego Bilbao también, que fue el primero, aunque luego ha habido conciertos mejores, pero también lo recuerdo como superguay.
¿Cómo ha ido la salida de La salida?
(Ríe). Pues muy bien, muy contento porque creo que a la gente le está gustando mucho y por el ‘feedback' que me dan por redes. Una noche tuve insomnio y me puse a leer comentarios del videoclip en YouTube y me gustó leer según qué comentarios porque había muchos que decían que se sentían superidentificados, que no quieren encontrar la salida y vivir en su mentira.
La gente consiguió descifrar las referencias de Ícaro. Porque creo que cuando quieres transmitir un mensaje a través de una canción, según como lo hagas, puede ser difícil. Entonces claro, siempre existe ese miedo de ¿se entenderá? ¿No se entenderá? Creo que la gente lo está entendiendo bastante bien. Se lo lleva a su terreno.
¿Cuál es el mensaje que has querido transmitir?
Es un poco crítica, que lucha un poco con esas personas que a veces te ponen trabas en el camino que tú quieres seguir. Lo típico de ‘¡A dónde vas, que eso es muy complicado!’. Bueno, aunque lo sea, déjame a mí intentarlo. Si yo quiero, ¿por qué no? También habla un poco en algo más centrado en lo que ha sido la experiencia de OT, esa presión que a veces nos ponemos y se nos pone de que ahora tenemos una responsabilidad, se espera ‘tal’ y se espera ‘esto’ de nosotros. También es extrapolable a un montón de cosas, si yo te digo que tu polo es feo y a ti te gusta… Déjame con mi polo que me encanta a mí.
¿Has sentido miedo al apostar por lo que querías?
Yo no. Lógicamente, cuando empiezas un proyecto de cero siempre da ese vértigo, pero nunca me he cohibido. Nunca he dejado de hacer cosas por miedo. Creo que es algo positivo que tengo, si lo quiero lo voy a intentar. Con lo de Operación Triunfo mucha gente me dijo que me había presentado dos veces anteriormente y que lo dejase. ¿Qué más te da a ti que yo me presente o no? Déjame que yo viva en mi mentira. Y eso es así, esto no es real. Yo vivo ahí en mi mentira. Es así y lo intenté otra vez y mira, aquí estamos, si no, no estaría aquí.
Si vieras a esas personas de nuevo, ahora que has conseguido lo que querías, ¿qué les dirías?
Lo mismo que les dije en su día, yo les decía que vale, tú crees que no debo presentarme, pero a mí me da igual lo que tú creas. Yo me voy a presentar y voy a luchar por lo mío y por mis sueños. Y ahora les diría que, si les hubiera hecho caso, no hubiera conseguido mi sueño.
En la canción hablas del miedo al qué dirán. ¿Qué es lo que más temías que pudieran decir?
En el ecosistema de OT todos tenemos el síndrome del impostor. Llegas y empiezas a ver el nivel que tienen tus compañeros. Ya saltas al mundo de la industria musical y ves que hay mucha gente a la que le ha costado muchísimo tiempo llegar hasta donde están ahora. Siempre te entra ese miedo y esa comparación. Lo que más pasaba era que si yo vocalmente me sentía inferior, era pensar si daré la talla o no.
Luego, había compuesto otras cosas, pero no en condiciones. Siempre te entran esos miedos de si valdré o no valdré, si mis canciones serán buenas, si gustarán. Los temas de números son una mierda porque al final ahora es lo que más se mira. Es una mierda que te tengas que guiar en los números para decir si algo es bueno o no. A veces sí que me mata sin quererlo sabes, aunque yo vaya muy a la mía y tenga el objetivo claro e intente quitarme todo ese ruido visual que hay de por medio. A veces sin querer dices: joder, es que me han bajado no sé cuantos seguidores en Instagram, o ahora tengo menos oyentes mensuales en Spotify. Es jodido, pero se lleva.
¿En la música hay obsesión por los números?
Yo creo que sí. Es algo enfermizo y algo que estoy intentando dejar al lado porque sin nosotros hacerlo, la gente tiende mucho a compararnos, aunque nosotros lo hacemos a veces sin querer. No hay competencia, a ver, que sí, que los números de uno son estratosféricos y los de otros son más normalitos, vale, pero no nos podemos comparar y tenemos que estar agradecidos de lo que tenemos.
Había gente, por ejemplo, con Kiki (Chiara Oliver) , que me decía ‘joder, es que al segundo día de salir su single ya tenía un millón de ‘streams’. Yo me alegro muchísimo por ella, pero hay que ser realistas, ella estuvo más tiempo en la academia, su ‘fandom’ es mucho más grande. Yo venía de mi puta casa y ahora tengo lo que tengo ahora. Yo agradecido de tener esto y seguir construyendo, tampoco puedo pretender ya estar en niveles estratosféricos. Muchos artistas tardan a lo mejor diez años en llegar a esos números.
En el videoclip vemos que el camino hacia la salida lo encuentras gracias a las plumas blancas. ¿Qué son realmente esas plumas?
La canción la empezamos a escribir haciendo referencia a una leyenda de la mitología griega de Ícaro y Dédalos. Cuenta que Ícaro y su padre estaban encerrados en un torreón porque eran prisioneros. Entonces el padre, que era carpintero, construyó unas alas con las plumas de las gaviotas que se posaban en la torre, pegándolas con la cera de las velas. Al salir volando, el padre le dijo a Ícaro que no vuele muy alto porque si no el Sol va a derretir la cera de las alas y te vas a dar una hostia. Entonces Ícaro, cuando echó a volar, dijo… Guau… Los aires de libertad.
¿Por qué mencionas que ‘no todos queremos encontrar la salida’?
Hace un poco referencia a, por ejemplo, yo quiero coger un libro y me dices que no puedo, que es imposible, yo te contesto que, si no es real, si no voy a poder cogerlo, quiero divertirme en el proceso. Leí un comentario superguay en YouTube que dice que ‘no encontrar la salida también es una salida’. Quiero vivir en mi mentira y a lo mejor no quiero encontrar la salida que tú quieres, como lo típico que te dicen tus padres de que tienes que estudiar una carrera, pero a lo mejor no quiero estudiar eso.
Y a los fans que te han apoyado hasta el final, ¿qué les dices ahora?
Son agradecimientos. Es muy importante. Para cualquier artista es importante sentir el calor de sus fans y les diría que muchísimas gracias por estar. Al final, sin ellos, yo no estaría aquí. Me gustaría charlar un rato para ver cómo lo ven ellos desde fuera. Descubres cosas guais, historias, porque ellos tienen su historia aparte, lo que les han movido muchas veces. Nos dicen que lo estaban pasando fatal, que era una etapa horrible de su vida y que gracias a ti se han entretenido muchísimo. Me gusta sentir que la gente se sienta a gusto y apoyada.
¿En qué te inspiras para tus canciones?
Casi siempre voy al estudio con una idea ya cocinada. Busco referencias y un tema del que quiero hablar o de los que suelo hablar. Son casi todo experiencias que me han pasado a mí, cosas que son mías.
¿Y estás cocinando algo nuevo? ¿Qué podemos esperar?
Estoy cocinando un álbum que va a salir entro de poco tiempo, lo tengo prácticamente terminado. Ya estamos masterizando las canciones que van fijas. Afilando el hacha, que se dice. Y me quedan dos canciones nuevas, de todas las que tengo he descartado alguna que pierde un poco el sentido para el álbum. Si va todo bien, cerraré el álbum antes de verano.
Siempre hago esta última pregunta. Una que se hace muy poco desde el corazón. ¿Cómo estás?
¡Buena pregunta! (Ríe). Depende de la semana tendría una respuesta u otra, pero en la actualidad estoy bien. Es verdad que hay ratos que lógicamente no estamos bien, a todos nos pasa, pero bien. El cómputo general sale positivo.