Mala Rodríguez: "Pedirme perdón es más empoderante que ponerme un tanga"

Mala Rodríguez: "Pedirme perdón es más empoderante que ponerme un tanga"

La artista, considerada una de las referentes femeninas de la música urbana, acaba de lanzar su nuevo álbum 'Un mundo raro'.

Mala Rodríguez durante la entrevista con motivo del lanzamiento de su disco 'Un mundo raro'.

Hacía cuatro años que no sacaba nueva música, pero Mala Rodríguez no ha estado desaparecida de escena. Además de un buen número de colaboraciones con artistas que van desde Tomatito a Omar Montes, pasando por Lola Indigo o Chimbala, ha escrito un libro, Cómo ser mala, y recientemente ha demostrado su talento para bailar en el talent show de Telecinco Bailando con las estrellas. 

"Ha sido un lugar superguay para aprender a bailar, que era lo que yo quería. Es que me encanta bailar. Me encanta", afirma entusiasmada cuando habla de esa experiencia de la que, además de gozarlo bailando, se queda con la amistad de quien fue su pareja de baile, Álvaro Cuenca. "De momento voy a hacer un videoclip con él. Yo quiero darle amor y vamos a hacer este vídeo".

Cuenta que aceptó participar en el programa porque ya tenía su nuevo disco listo, el trabajo ya estaba hecho. Y este 24 de mayo su último álbum, trece canciones recopiladas bajo el título Un mundo raro, ha visto la luz.

 ¿Cómo es ese mundo raro de Mala?

Pues un mundo raro es algo que no reconoces, que no te late, que no va al mismo son que tu corazón. Un mundo raro es un lugar extraño. Un lugar que está fuera de la norma.

O sea, es malo.

Sí porque un mundo raro es que algo falla. Y Un mundo raro es el título de un trabajo sobre un conflicto interior. Un conflicto que yo he vivido, que yo tenía, y que también tenía cierto paralelismo con lo que veía fuera. 

¿Y ese conflicto era personal o profesional?

Un conflicto personal, un momento de crisis. Entonces, la he abordado con el álbum.

¿Para los artistas, las crisis son un buen momento creativo? ¿De las crisis salen cosas importantes?

Cuando le puse este trabajo al director de mi compañía me dijo: ‘Veo que has estado pasando por un momento duro y te tengo que felicitar porque son muy buenas las canciones'.

¿Qué te pasaba?

Pues sencillamente cuando no entiendes muy bien qué estás haciendo, algo ya no te hace clic. Es como cuando de repente no te gusta el chocolate, que siempre te ha gustado muchísimo...

¿Y como cómo se supera?

Se supera escribiendo, se supera creando, viviendo, sin saltarte ninguna etapa. Entonces se viven cosas, se actúa según tu corazón, según tu alma, y vas viviendo y vas tomando decisiones. Así es como se superan las cosas, tomando decisiones y tomando las armas, tomando el control de tu vida.

Mira, para mí, en este trabajo, es fundamental la portada del álbum porque es ella la protagonista y tiene a sus pies el arma. En ella está el decidir si la agarra o no la agarra y hay una ventana desde donde puede ella observar todo lo que sucede. Y no sé, creo que es un álbum donde hay mucha reflexión, donde hay una historia, una historia canción a canción, hasta que finalmente termina con Casi nada.

Casi nada cierra el disco...

Pero no solo el álbum, es como si cerrara con una parte de mí. Y eso está lindo porque vamos creciendo. Somos seres que siguen evolucionando y siguen creciendo.

Yo nunca haría una canción como la de Shakira

¿Y como se refleja musicalmente? ¿También has cerrado una etapa musical y has empezado una nueva?

No, porque para mí la música es solo una herramienta de expresión. Entonces es la que manejo. Si yo fuera pintora, y yo soy buena con la acuarela, no la dejaría porque tuviera una crisis con la acuarela. Seguiría con la acuarela, pero a lo mejor... no sé. Es que yo uso la música para superar mis cosas de mi vida. Entonces pues no me gusta, por ejemplo, ser tan... Yo nunca haría una canción como la de Shakira.

¿Qué quieres decir?

Pues con nombre y apellido: ‘Clara-mente’. ¿Sabes? No, y no quito mérito para nada, pero quiero decir que soy demasiado pudorosa en ese aspecto.

¿Pero tampoco te muerdes la lengua, no?

No, pero me gusta hacer las cosas de otra manera. Yo manejo otro estilo.

Te vi cantar esa canción al piano en un programa de televisión. Me pareció la versión 'buena' de Mala...

Pero yo soy buenísima. Cuando yo tomé ese nombre, para mí, mala significaba ser valiente, ser atrevida, decir las cosas por su nombre. Todo cosas positivas. Esa es Mala, no la que nos pinta el hombre. ¿Quién era la mala de la película? ¿Pero quién hace la película? Un tío. Yo soy la mala pero no soy esa mala de película.

Digamos que me he reapropiado de la palabra, del significado de esa palabra tan bonita. Cuando mi tía me decía ‘ay, no seas mala’, es porque ella me veía que a lo mejor era una descarada o que hacía lo que quería de chica...

¿Eras torbellino como eres ahora?

Sí, yo siempre he sido muy así. No sé, no me puedo callar. Si tengo que decir algo, lo digo. No soy políticamente correcta.

  Después de cuatro años de silencio musical, Mala Rodríguez vuelve con el disco 'Un mundo raro'.

Te tildan de provocadora....

Sí, lo soy, me encanta, si enseñar las tetas es provocar.

Pero no solo sexualmente, eres provocadora hablando y cantando.

Yo creo que sí. Provocó con las letras muchas cosas. La gente llora, la gente incluso se pone buena o toma decisiones. La música es curativa y también destructiva porque sí, porque es vibración y la vibración pues igual que hay vibraciones que nos hacen bien, hay vibraciones que nos hacen mal.

¿Sabes? A mí, la verdad, me gusta mucho la música deprimente. Sí, me gusta la música triste, melancólica. Pero cuando llevo ya mucho rato, ya como tengo que parar, tengo que parar porque entro en el bucle. Hay algo que me gusta mucho en la música nostálgica, imagino que será porque como quizá no la uso mucho en mi día a día, porque soy bastante práctica, pues de vez en cuando la disfruto.

Un artista tiene que contemplar el mundo porque si no, no conecta, está solo masturbándose

Antes has dicho que este disco es producto de una crisis personal que se traslada a todo lo que vivías alrededor.

Es que un artista tiene que contemplar el mundo porque si no, no conecta, está solo masturbándose. Entonces, tiene que estar conectado con lo que está sucediendo y tienes que mirar a la gente. Tienes que darte cuenta de que somos más, no estoy yo aquí sola haciendo la gran obra de arte.

En este disco concretamente me ha gustado mucho tener un equipo y es la primera vez que trabajo con una persona mano a mano, con un compositor que es Bull Nene. Nos conocimos durante la pandemia a través de Internet y me pasaba cosas, yo le pasaba ideas y ahí empezamos a construir un camino del que luego han quedado 13 canciones.

Mala Rodríguez en un momento de la entrevista con El HuffPost.

La nota de prensa del disco también apunta a que este trabajo es una alegoría de la libertad.

Sí, porque para mí es un manual de liberación. Yo quiero que la gente cuando lo escuche lo entienda como una historia, o sea una historia en la que no hay saltos. Pasa esto, luego pasa esto, luego esto, esto... En esta historia.se presenta un mundo raro como el momento en el que tú estás en una habitación y te hacen decidir entre una cosa u otra. Y ahí empieza el conflicto, por qué tengo que elegir entre A y B.

¿Quién es el que exige que yo tenga que elegir? Por qué tengo que elegir, por qué no me puedo quedar tranquila y sin elegir. Como que ya partimos de que a cualquier persona, y yo mujer en este caso, se me exige elegir entre A o B y esto me provoca un conflicto bien gordo y en Brava me vuelvo tarumba.

¿No crees que todo en la vida se trata de elegir siempre?

Sí, pero una cosa es tomar decisiones y otra cosa es que te pongan una pistola en la cabeza y te digan escoge la mano o el pie.

¿Y tú te has visto en eso?

Yo creo que, simbólicamente, sí, totalmente. Las mujeres en esta sociedad se nos juzga todo el rato, todo el tiempo, en todo momento, desde que somos niñas hasta que somos viejas y nos morimos. Somos juzgadas, somos categorizadas, y eso provoca que una saque un fuego de dentro y diga ‘cuidado conmigo, que como me vuelva loca tiro p’alante con todo'.

Luego aprendes a ponerte la coraza, aprendes a usar tu ego como una herramienta de defensa, aprendes a jugar a este juego que se te ha planteado.

¿Seguimos estando obligadas a entrar en el juego o hemos descubierto las reglas?

No, lo que has descubierto es que ahora tú puedes prostituirte a ti misma. A mí este juego no me gusta. Me gusta más un juego en el que yo pueda poner mis límites y pueda pedir respeto también. Un juego así, si me gusta, pero parece que durante mucho tiempo nos hemos acostumbrado a unas reglas que venían de serie y hemos estado ahí con esas reglas, tratando de darle las vueltas que sean, pero que no se avanza.

Yo sinceramente creo que no hemos avanzado tanto. A la gente se le llena la boca con decir ‘sí, hemos alcanzado muchos derechos, que guay’. Y yo digo ‘bueno, sí, no sé cuál, cuál qué derecho’.

Cualquier mujer, cualquier chica, te puede contar una historia de abuso cuando estaba en edad de cole, porque a mí me ha pasado y yo no soy especial

¿Cuándo te has sentido más juzgada y más etiquetada?

No sé... Cualquier mujer, cualquier chica, te puede contar una historia de abuso cuando estaba en edad de cole, porque a mí me ha pasado y yo no soy especial. O sea, a todas nos ha pasado una movida: voy para el cole, soy súper mega menor de edad, y me están diciendo aquí cuatro tíos unas cosas... Eso es raro, eso no debería ocurrir si hubiera respeto.

Hay muchas cosas que planteo y no soy tan literal. A eso me refería con la canción de Shakira cuando decía que es muy literal. Prefiero componer de una manera más ambigua y con frases que tú puedes entender de una manera o recibir según tu cabeza o tu corazón. Tampoco espero que se me entienda totalmente en todo momento, porque la música, la magia de la música, es que cada uno la recibe y lo entiende de una manera y se convierte en otra canción. Y eso también me gusta.

Yo amo eso y digo ‘no quiero, no quiero conocer a este artista, no quiero saber en qué estaba pensando cuando escribió tal canción, porque a lo mejor ya no me gusta’. ¿Sabes? Yo creo que la magia de las canciones es que las hacemos nuestras, las escuchamos y toca la tecla. Siempre hay una frase que te toca el corazón y entonces me gusta ese estilo.

Por eso, desgranar todo mi conflicto personal no es lo que yo quiero hacer en el disco, sino más bien contar que es una historia que comienza con una elección, con un juego, y luego la protagonista se vuelve loca. Y sigue porque aprende a luchar, sufre y busca, encuentra la pasión, encuentra su deseo... hasta que se pide perdón, que es un momento muy excepcional.

¿A quién pides perdón?

Me pido perdón a mí misma, que creo que no lo hacemos, que muchas veces hacemos cosas y no nos acordamos de que nosotros somos los primeros que tenemos que cuidarnos. Y en esa canción pues yo digo: 'Yo me pido perdón porque a lo mejor estaba buscando fuera lo que tenía dentro’. Y eso es liberador, superliberador, eso más empoderante que ponerme un tanga.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es