Librerías que se plantaron ante 'El Odio': "No querríamos lucrarnos aunque fuera lo que nos va a solucionar la vida"
Hablamos con cinco de las muchas librerías que anunciaron que no venderían el libro de Luisgé Martín sobre José Bretón, cuya distribución Anagrama ha suspendido indefinidamente.

Un día después de la fecha inicialmente prevista para su llegada a las librerías, tras varias acciones judiciales de por medio y con un gran revuelo social como telón de fondo, este jueves la editorial Anagrama anunció en un comunicado que, a pesar de que un juzgado había dado luz verde para ello, suspendía sine die la distribución de El Odio, el controvertidísimo libro de Luisgé Martínez sobre el crimen de José Bretón, quien cumple condena por haber asesinado a sus dos hijos en 2011.
"En una sociedad democrática, debe existir un equilibrio entre la libertad creativa como derecho fundamental y la protección de las víctimas", afirmaban tras lamentar el dolor que se hubiera podido causar a la madre de los pequeños, Ruth Ortiz. "Las obras que se inspiran en hechos reales, como es el caso de El Odio, requieren de una dosis doble de responsabilidad y de respeto. Por eso, en un ejercicio de prudencia y de forma voluntaria, la editorial ha decidido mantener la suspensión de la distribución de la obra de manera indefinida", se leía también en el texto.
La obra no contaba con la aprobación de Ortiz, quien de hecho, horas después, denunció ante la Fiscalía un posible delito de quebrantamiento de condena por los "comentarios" recogidos en los medios de comunicación sobre el libro.
Durante todos estos días, ha sido incesante el debate acerca de la colisión entre la libertad de expresión frente a quienes sostienen que debe prevalecer el derecho de la madre y que la publicación de El Odio sería una forma de ejercer violencia vicaria sobre ella. En este contexto, muchas han sido las librerías de toda España que se han posicionado en este segundo bando, haciendo público que si el libro salía al mercado, no lo venderían en sus establecimientos.
El HuffPost se ha puesto en contacto con cinco de ellas –las conversaciones tuvieron lugar horas antes del comunicado de Anagrama– para conocer el porqué de su planteamiento y si se habían encontrado anteriormente en una disyuntiva ética como ésta.
En el caso de la Librería Carmen, de Parla (Madrid), la decisión la tomaron incluso antes de que la polémica estallara. "En cuanto nos enteramos de la publicación del libro –las librerías tenemos acceso a esa información, lees la sinopsis y te enteras de qué va–, nosotros decidimos de forma consensuada no querer dar voz a un asesino. Somos todos padres de familia y Ruth [Ortiz] no se merece el sufrimiento que tiene como para encima quede por escrito", cuenta su propietario, Javier López.
"Ha sido más que nada una decisión personal", apunta Patricia Joaquín, trabajadora de la Librería Cámara de Bilbao. "Hay libros que no tenemos, tipo horóscopo u otras materias. Este ha sido otro de los que hemos decidido no tener porque creíamos que hería nuestra sensibilidad", agrega. "Al presentárselo a Javier [el dueño] le chocó un montón y al final se decidió no venderlo porque no le gustó la idea. Pensábamos que no tenía cabida en nuestra forma de ser, en nuestra identidad", agrega.
"No se trata de censura, prima el derecho de una mujer a que no se vulnere su sentencia", argumenta Ana, de la Librería Signos de Ponferrada (León). "Detrás de una librería hay una persona, y yo como persona no comparto que se pueda publicar y vender un libro así. Y, sobre todo, sin haber hablado con ella", añade.
Alina Zarekaite, de Librería La Fabulosa, en Madrid, también resalta el cómo se ha hecho el libro: "Creemos que no hay ningún tema prohibido. No es por la temática, no es porque hable de este crimen, sino por cómo se ha hecho, sin ningún tipo de cuidado hacia la víctima, sin ninguna perspectiva de género. Parece como una visión muy limitada; hemos podido leer algunos extractos y creemos que no ofrece tampoco ningún punto de vista interesante y hace daño más que otra cosa".
En Akelarre Librería Café de Valladolid fueron más allá y a través de Instagram anunciaron su decisión de no ofrecer no sólo éste, sino ningún otro libro de Anagrama por el momento. "No estamos para nada de acuerdo en cómo se han hecho las cosas", sostiene Eva, copropietaria junto a su pareja, Gustavo. "Nosotros ejercemos nuestro derecho como librería independiente a no distribuir ningún libro que venga de esa editorial", apostilla.
También critica que no se le preguntara a la madre de los pequeños "si estaba dispuesta a reabrir esa herida... y no es reabrir, porque en verdad no está cerrada". Para ellos, el escribir ese libro y la decisión de publicarlo (aunque ahora su distribución haya sido suspendida sine die) cuando "todavía ese señor está cumpliendo condena es un acto de agresión contra ella. No es más que seguir ejerciendo violencia vicaria sobre esa mujer".
Una decisión inusual
En los 26 años de vida de la Librería Carmen no se habían encontrado ante una tesitura similar, recuerda Javier: "Nunca nos hemos planteado el censurar nosotros un libro, pero por nuestra forma de entender, justo con este libro de un crimen tan cercano y que ha marcado mucho, pues no queríamos darle voz".
En Signos tampoco habían tenido un caso parecido. "Además es que yo no creo que la literatura se tenga que censurar, lo que pasa es que aquí lo que está faltando es un derecho de ella. No nos olvidemos de que hay una víctima viva ahora mismo y unos menores que fueron asesinados. Al final, yo creo que hay cosas más importantes que la literatura", asegura Ana.
Zarekaite, de La Fabulosa, no cae en decisiones similares, "y mira que hay libros difíciles": “Intento que no entre ningún libro que claramente haga daño, que sea racista o machista".
En Akelarre, en cambio, sí recuerdan una disyuntiva anterior "cuando saltó a la palestra el escándalo de Neil Gaiman", autor de Sandman y acusado por una decena de mujeres de agresión sexual. "Cierto es que teníamos muy poquito de él, pero lo poco que teníamos lo retiramos inmediatamente. Tenemos un compromiso muy firme con la defensa de los derechos de las mujeres", enfatiza Eva.
El Adversario y otras obras controvertidas
El caso de El Odio ha traído consigo el debate y los símiles con otros libros que sí están a la venta, como El Adversario, de Emmanuel Carrère, en el que cuenta la historia de Jean-Claude Romand, quien mató a su familia en 1993, o A sangre fría, de Truman Capote. Sin embargo, las voces críticas señalan que, por ejemplo, el autor americano abordó distintas perspectivas, mientras que aquí todo el foco se pone en Bretón.
"Se han hecho comparaciones con otros libros que estuvieron a punto de ser prohibidos, como Fariña [libro de Nacho Carretero que fue secuestrado tres meses tras una demanda del exalcalde de O Grove por una supuesta vulneración del derecho al honor], por ejemplo, pero yo creo que ninguno de estos casos se acerca a lo que está pasando, es como comparar churras con merinas", sostiene Alina Zarekaite.
Sobre El Adversario, explica que es "una historia muy única, de un personaje que se pasa no sé cuántos años sentado mintiendo a su familia, es un hombre que se va encerrando en una red de mentiras que lo va atrapando, pero en el caso de José Bretón es un tipo de violencia, violencia vicaria, que desde el movimiento feminista está estudiada. Llevamos muchos años denunciando que no son monstruos, no son manzanas podridas, son hijos sanos del patriarcado, hombres que se creen con derecho a ser propietarios de sus mujeres y sus hijos".
La librera se pregunta dónde está "esa cosa única" en esta historia, que piensa que se podría haber abordado de otra manera. “Estamos diciendo que esto es sistémico, no es un hombre que se volvió loco. Me parece una falta de respeto no sólo a la víctima, sino también a las generaciones de mujeres y de feministas", apostilla.
En la Librería Carmen cuentan que, aunque la reacción de sus clientes ha sido mayoritariamente positiva, algún "hater" les ha preguntado por qué sí venden Mi Lucha, de Adolf Hitler y no venderían El Odio. “Pensamos que no es lo mismo. Mi Lucha se escribió en otra época. Las víctimas de ese libro, por desgracia, ya no están vivas. Ahora es un libro, de fondo, de biblioteca, que no es que se venda mucho, por suerte, pero sí hay gente que todavía está interesada en leerlo", afirma López.
"No ha sido una cuestión de censurar éste. Ha sido más por el caso en concreto, porque no han consultado a Ruth. Es la principal víctima de todo esto y no tiene su autorización", añade.
Respaldo de los clientes
En general, las cinco librerías han notado que sus clientes han apoyado y celebrado su posicionamiento frente a El Odio. "No lo hemos hecho para tener buena acogida, simplemente hemos querido anunciar que no lo íbamos a vender. Y la verdad es la gente nos está felicitando por nuestra decisión", aseguran desde la bilbaína Cámara.
En Signos también han tenido feedback positivo y desde La Fabulosa señalan que, aunque no son partidarios de prohibir ningún libro, sus lectores habituales ya intuían que no lo iban a encontrar allí.
"Te diría que un 99% nos ha aplaudido", indican en Akelarre, aunque subrayan que lo hicieron público "para que la gente tome conciencia” y no para apuntarse ningún tanto. "Ha habido una persona únicamente que nos ha acusado de censores, incluso con palabras más agresivas. Lo sentimos mucho, en este caso no va de libertad de expresión, va de no perpetuar un maltrato", sentencia Eva.
"Entenderás que no vender un libro que promete ser un superventas por el morbo que conlleva no nos afecta, porque no vendemos ese tipo de literatura", agrega la librera de Valladolid sobre la posible renuncia económica que supondría su posicionamiento. "No querríamos lucrarnos aunque fuera lo que nos va a solucionar la vida", incide.
A la responsable de La Fabulosa tampoco le preocupa esa hipotética pérdida: "Hay muchos otros libros que decido no tener y son superventas. A lo largo de la semana, con todas las novedades, hay libros directamente que digo ‘es que esta ideología o esta temática es contraria a lo que pienso’ y decido no tenerlo".
En el mismo sentido se pronuncia Javier, desde Parla: "Aunque fuera superventas, estaríamos totalmente orgullosos de no haber participado. Si mañana viene otro título parecido, haremos lo mismo".