'La habitación de al lado', un alegato a favor de vivir y morir con dignidad

'La habitación de al lado', un alegato a favor de vivir y morir con dignidad 

La nueva película de Pedro Almodóvar, premiada con el León de Oro, llega este viernes a los cines. 

Tilda Swinton y Julianne Moore en 'La habitación de al lado'EL DESEO

En los últimos meses Pedro Almodóvar ha admitido que todavía no ha comprendido bien la muerte y que también le cuesta aceptarla. De esa reflexión sobre el final de la vida surge La habitación de al lado, su primera película en inglés protagonizada por Tilda Swinton y Julianne Moore y la cinta que le dio el León de Oro en el Festival de Venecia.

La premisa de la película es sencilla: Martha, el personaje que interpreta Tilda Swinton, tiene un cáncer terminal y ninguno de los tratamientos que le ofrecen pueden salvarle la vida. La frustración de esta reportera de guerra acostumbrada a ver y convivir con la muerte no es únicamente la fragilidad de la enfermedad, sino no poder vivir sus últimos días dignamente sin estar postrada en una cama de hospital y morir de la misma forma, con dignidad.

Es evidente que La habitación de al lado, una adaptación de una novela de Sigrid Nunez, es una alegato a favor de la muerte digna y de la eutanasia, una palabra que no se duda en utilizar durante las casi dos horas que dura el filme. Pero también es una reivindicación de los cuidados, de la empatía y de la compañía, representados en Ingrid, la amiga de Martha a la que da vida Julianne Moore.

Después de años sin verse, la reportera pide a su vieja amiga, una escritora de éxito, que la acompañe durante sus últimos días. Martha no le pide nada especial, solo que la trate con normalidad, como si se fueran de vacaciones, y que esté con ella para saber que cuando se vaya habrá alguien "en la habitación de al lado". Una petición sencilla a efectos prácticos pero de gran carga emocional y psicológica.

Con esta dinámica entre Martha e Ingrid, Almodóvar hace otro alegato, esta vez a favor de la amistad y, como en la mayoría de sus películas, vuelve a explorar la relación entre una madre e hija, en este caso separadas por una distancia tanto física como emocional. Una distancia que sirve para que el espectador reflexione sobre los vínculos o la familia, que no necesariamente vienen determinados por la sangre.

El cineasta manchego plantea a través de Swinton y Moore una película contenida a pesar de que la historia que se cuenta, una mujer que agoniza a causa de una cruel enfermedad, podría haber dado pie a sentimentalismos y grandes momentos dramáticos. No es al caso, ya que el director ha asegurado que no quería que en la cinta hubiera "ñoñerías", sino que La habitación de al lado fuera una película austera en la que simplemente se relata la historia de Martha y la compañía entre estas dos amigas.

También son contenidas las interpretaciones de Swinton y Moore. La primera encarna a Martha con la dignidad y convicción de una persona que quiere tomar el control de su vida, y la segunda ofrece la empatía, al responsabilidad y el toque de humor necesario para que la historia no caiga como una losa sobre el espectador.

  Pedro Almodóvar, Tilda Swinton y Julianne Moore.IGLESIAS MAS / WARNER BROS

Durante la promoción de la cinta en Venecia Almodóvar habló del paralelismo entre esa mujer que agoniza "en un mundo que probablemente también está agonizando", una reflexión que también se cuela en la película a través de Damian, el personaje de John Turturro. El actor interpreta a un viejo amante de Ingrid y Martha que no es capaz de disfrutar de la vida por los problemas que hay en el mundo, especialmente la crisis climática. 

También del neoliberalismo y la extrema derecha, ejerciendo directamente de transmisor de las preocupaciones del director. "La única solución, tal vez peque de pretencioso, es que cada uno, desde su lugar, yo desde aquí y vosotros en vuestras casas y pueblos, se manifieste en contra de todo este negacionismo y debe hacerlo en los ámbitos que les son propios, la casa, el trabajo o la calle", declaró Almodóvar ante la prensa en el festival italiano. 

Un festín visual y una banda sonora para aportar emoción

No sería una película de Almodóvar si la estética no jugara un papel fundamental en la cinta, y La habitación de al lado no es una excepción. En rojo que está presente en cada momento de la historia ayuda a guiar la trama y las decenas de objetos o piezas de arte que se pueden observar en las casas que se ven en la pantalla no solo están ahí para disfrute del espectador. 

Una prueba de ello es el salón de la casa de Swinton, donde se pueden ver colgadas de la pared una fotografía de Cristina García Rodero tomada en el sur de Italia o una obra de la artista Louise Bourgeois

  Moore y Swinton durante una escena en casa de MarthaEL DESEO

La segunda parte de la película discurre en una casa en medio del bosque al norte de Nueva York, en Woodstock, que en realidad no está en Estados Unidos sino en San Lorenzo del Escorial. Se trata de la Casa Szoke, que simboliza un cubículo en medio de la naturaleza perfecto para que ambas mujeres se aíslen. Eso sí, la decoración original poco tiene que ver con la que se muestra en la película, cargada de mobiliario modernista y detalles como una copia de un cuadro de Hopper. 

Si todo el universo visual es importante para el cineasta manchego, la banda sonora no lo es menos. En La habitación de al lado, Almodóvar vuelve a confiar en Alberto Iglesias, que ha creado para esta cinta una música completamente alineada con el espíritu de contención del proyecto. Algo que, según explicó el propio compositor en Radio Nacional, ha tenido sus dificultades. 

Titania
Titania
Santander

"La película contiene un grado de emoción y contención que no era fácil de traducir a la música, llevaba tiempo", aseguró en la emisora, donde confesó que para él esta banda sonora era una de las más especiales. Una banda sonora que es la pieza del puzle que hace que todo encaje. 

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Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es