La emoción y una visión de industria: qué ha hecho que Bayona sea admirado dentro y fuera de España

Que Steven Spielberg te elija para continuar el legado de Jurassic World no es algo que suceda todos los días. Tampoco es algo que le suceda a un director cualquiera. Pero Juan Antonio Bayona no es un cineasta más y lo lleva demostrando desde que debutó en 2007 con El orfanato, un aplaudido thriller de terror que se convirtió en la película más taquillera del año y un debut celebrado por la crítica.

Desde entonces, Bayona, que empezó su carrera audiovisual haciendo videoclips para grupos como OBK o Camela, ha conseguido labrarse una reputación dentro y fuera de España gracias a sus proyectos. El último, La sociedad de la nieve, un nuevo relato sobre la tragedia de los Andes desde el punto de vista de uno de los fallecidos, con el que este sábado aspira a llevarse trece premios Goya a casa.

Está por ver si por primera vez consigue ganar el de Mejor película, que hasta ahora se le ha escapado a pesar de que todas sus cintas hasta ahora han sido candidatas. Con La sociedad de la nieve ha conseguido crear un fenómeno absoluto en el que él mismo se ha implicado difundiendo y promocionando la película, que se ha posicionado en el listado de diez películas de habla no inglesa más vistas de la historia de Netflix.

Su seña de identidad

Pero, ¿cómo ha conseguido Bayona posiciona como uno de los grandes directores del cine español con solo cinco películas en su filmografía? Para Lucía Tello, doctora, profesora de cine en la UNIR y directora de cine, “Bayona sobre todo destaca porque ha expandido las expectativas que tenía el propio público español respecto al cine español. Ha conseguido trascender lo que era el cine español que él mismo conoció y nos ha hecho ver que es posible hacer superproducciones, salir adelante y hacer todo esto con muy público”.

Todas sus cintas han conseguido cautivar a los espectadores tanto en las salas de cine como en el streaming, contando historias muy diferentes. Con El orfanato abordó el terror desde la perspectiva de un niño, Simón, como también hizo con la conmovedora Un monstruo viene a verme, en el que el protagonista Connor, que trataba de lidiar con la enfermedad de su madre.

Al igual que en La sociedad de la nieve, en Lo imposible ya abordó la tragedia del tsunami del sudeste asiático desde una perspectiva humana, centrándose en las relaciones entre los miembros de una familia. Con estas tres primeras cintas, el cineasta hizo una trilogía madre-hijo en la que exploraba las relaciones entre ellos, aunque por la sinopsis podrían parecer completamente ajenas. ¿Qué otro elemento tienen en común? Según Tello la esencia es cómo Bayona gestiona la emoción. 

“Es un maestro en saber dosificar la información de manera que siempre sea un crescendo emocional. Y esto lo hace de múltiples maneras, desde el control de lo visual hasta la dirección de actores, el montaje... Es un maestro de la emoción”, defiende. Precisamente la manera en la que muestra las emociones y particularmente el sufrimiento ha sido origen de cientos de aplausos, pero también de críticas.

Es algo que ha sucedido con La sociedad de la nieve que, Javier Ocaña, crítico de El País, describe como “gente pasándolo muy mal y tú sufriendo”, y que los espectadores que no han conectado con la película han criticado por pecar de regodearse en la tragedia. "Le gusta mostrar el sufrimiento como catalizador de las emociones del espectador", explicó Juanma Ruiz, crítico de cine en Jot Down y profesor de Comunicación Audiovisual en la URJC, en un reportaje de El HuffPost en el que se comparaba la cinta de Bayona con Viven, la película de Robert Marshall sobre la tragedia de los Andes.

Un director con visión de industria

“El cine de Bayona, desde su debut con El orfanato en 2007, supuso un compromiso con la narrativa no convencional, pero apostando siempre por una producción con vocación de gran público”, recuerda Rafa Alberola, responsable de ECAM Industria, que reconoce que este tipo de ambiciones no son habituales en la mayoría de personas que están intentando labrarse una carrera en el cine.

Bayona siempre ha conseguido que los espectadores consuman su trabajo y a eso deberían aspirar a la hora de preparar sus proyectos. “Los aspirantes a cineastas, a menudo, se quedan con las propias fórmulas establecidas por la industria cinematográfica y por las escuelas”, reconoce Alberola.

De hecho, Tello asegura que Bayona es un director “muy metido en la industria”, tanto en España como en Estados Unidos y además de dirigir ha ejercido de productor en cintas como El secreto de Marrowbone. “Es un tipo de director al que le gusta mucho tener el control creativo y general de sus películas, desde el primer borrador hasta la difusión, la exhibición. Está muy implicado y le gusta”, señala la profesora.

Para comprobarlo no hay más que echar un vistazo al perfil de X –antes Twitter- del director, donde en los últimos meses se ha encargado de informar de todas las novedades sobre La sociedad de la nieve, celebrar todos los logros que ha conseguido la cinta y recordar cada uno de los encuentros, entrevistas o debates en los que ha participado durante la promoción.

Unos encuentros que en muchas ocasiones están llenos de cineastas que están empezando en la indutria a los que Alberola recomienda que se fijen en el trabajo de Bayona: “Hay que educarlos para que rompan moldes, que busquen nuevas formas de contar la historia, más alejadas de lo convencional, sin olvidar nunca que las películas deben llegar al público”.

Admirado dentro y fuera de España

Si éxito de Bayona en España es incontestable, la carrera que se está labrando en Estados Unidos no está siendo menos valorada. En 2018 estrenó la secuela de Jurassic World, El reino caído, para la que Steven Spielberg —que ejerció de productor de la cinta— se encargó de seleccionarlo.

“J.A. sabe cómo crear el miedo, pero también cómo orquestarlo para que no entorpezca la historia, tiene el don de la contención. Pero cuando necesita abrir la válvula, realmente sabe cómo hacerlo”, declaró el celebrado cineasta sobre Bayona tras el estreno de la película, la tercera más taquillera del año en Estados Unidos.

Además de en el cine, Bayona también ha participado en otras grandes producciones de Hollywood como Los anillos del poder, una precuela de El señor de los anillos, que fue la serie de televisión más cara de la historia. El director español, que ejerció de director ejecutivo, se encargó de la dirección de los dos primeros episodios.

Para conseguir hacerse un hueco en una industria tan competitiva como la de Estados Unidos, Lucía Tello cree que Lo imposible fue un antes y un después. “Con medios limitados, con un reparto internacional encabezado con grandes estrellas como Naomi Watts, se esperaba que el cine internacional iba a llamar a su puerta. Lo excepcional es que alguien como Steven Spielberg haya dejara en él el legado de Jurassic World, porque a Spielberg le gusta no solo su cine y los malabares que es capaz de hacer con su presupuesto, sino también ese control de la trama, de la emoción, que es tan difícil de conseguir”, explica la profesora.

A pesar de ser una película producida en España, Lo imposible consiguió un gran reconocimiento internacional que llevó a Naomi Watts a la nominación al Oscar a la Mejor actriz y ayudó a fomentar la carrera de un joven Tom Holland, que interpretaba a uno de los hijos del matrimonio formado por los personajes de Watts y Ewan McGregor. 

"Es un autor al que se admira dentro y fuera de nuestras fronteras. Ya está en ese listado, además es una persona que está muy dentro de la industria tanto allí como aquí. Es uno de los grandes directores españoles que ha trascendido más allá de nuestras fronteras", insiste Tello. 

A pesar de que La sociedad de la Nieve todavía tiene que luchar por el Oscar en marzo, Bayona ya está inmerso en su nuevo proyecto: una adaptación de A sangre y fuego, la novela de Manuel Chaves Nogales que se considera una de las obras cumbres sobre la Guerra Civil. El cineasta está ya desarrollando "con muchísima ilusión" el guión de la cinta con Agustín Díaz Yanes. ¿Lo que más le ha interesado de la novela? Como no podía ser de otra forma, “la visión humanista" de los relatos.