La desconocida vida de 'Toresky', el hombre que acercó la radio a través de la voz de un niño
El documental 'Toresky. El prodigio de la imaginación' se estrenará en CaixaForum+ el próximo 3 de diciembre.
“Una vida que empieza con una gran aventura y encierra una gran contradicción: la de un padre que abandona a su mujer y su hijo para conocer mundo, pero acaba dando vida a otro niño, un muñeco que emociona a todo un país”. Con estas palabras sobre Toresky en la voz del humorista y colaborador radiofónico Juan Carlos Ortega acaba el documental Toresky. El prodigio de la imaginación, en el que se aborda la vida de este pionero de la radio en España.
El largometraje, dirigido por Cosima Dannoritzer y producido por LACOproductora para CaixaForum+, se estrena este martes 3 de diciembre CaixaForum Barcelona en el marco del Centenario de la Cadena SER. Tras la proyección habrá un coloquio en el que coloquio moderado por Jaume Serra, delegado de PRISA Media en Catalunya, con la participación de los periodistas Antoni Bassas, Rosa Badia, Anna Puigboltas y Pablo Tallón.
En él se aborda la vida de Josep Torres i Vilata, más conocido como Toresky, uno de los locutores más peculiares de la historia de la radio en España por ser el encargado de dar vida como ventrilocuo al niño Míliu en los micrófonos de Ràdio Barcelona, ganándose el cariño de miles de niños en la ciudad condal y sentando un precedente histórico en la radio.
Sin embargo, la vida de Toresky fue mucho más allá de las ondas. Hijo y heredero de una familia de empresarios del gas catalán, no se sentía alentado por el negocio y decidió dejar su vida en Barcelona para “hacer las Américas” en 1983. Su primera parada fue en La Habana (Cuba) donde, tras varios trabajos precarios, se empezó a prodigar en el mundo de la escena con pequeñas compañías teatrales.
Este gesto de dejar todo lo establecido, incluido su familia, hace que Dannoritzer, directora del documental, describa la vida del locutor en la nota de prensa de su estreno como “una historia de rebeldía, de una persona que se niega a encajar en la tradición familiar de llevar una empresa y, aunque deja deudas en la compañía, decide luchar por sus sueños, pagando un precio por ello, pero convirtiéndose en innovador”.
Viajó por Venezuela, Puerto Rico o México representando distintas obras que servían para que los locales conocieran la realidad de otros lugares del mundo. Destacó especialmente su estreno en Colombia en 1898 de su propio espectáculo como transformista y ventrílocuo en el que daba vida a varios personajes a la vez.
Tras pasar unos meses en Barcelona, en 1916 viaja de nuevo a Asia visitando países como China, donde se agolpaban para ver sus obras. Poco después del estallido de la I Guerra Mundial regresa a Barcelona, donde tiene su primer contacto con la incipiente Radio Barcelona, germen de la Cadena SER.
Allí haría historia al introducir al primer niño en la radio, tal y como recuerda Elvira Lindo en el documental, quien fue encargada de presentar durante años a su icónico Manolito Gafotas en las ondas. Lo hizo a través de la publicidad, entre los cortes publicitarios Míliu, un pequeño de 8 o 9 años de carácter travieso y curioso, le permitía hacer bromas y chistes que no estaban especialmente bien vistos, una especie de “válvula de escape”.
El éxito de este personaje entre los niños de Barcelona le llevó a hacer representaciones teatrales y retransmisiones en persona, para lo que creó un muñeco que usaría como ventrílocuo vestido de distintos atuendos desde boy scout a marinero o escolar.
El impacto de Míliu marcó todo un hito en la época en la que, tal y como recuerda la directora, “la población del país no sabía leer, pero la radio les hizo llegar no solo información pura y dura sino también acontecimientos políticos o culturales que hubiesen quedado completamente fuera del alcance de muchos sin la radio”.
En el documental, en el que participan, además de Juan Carlos Ortega, Andreu Buenafuente, Elvira Lindo, la escritora Marià Veloy, el historiador de teatro Adolfo Ayuso, académicos como cosa Franquet y Armand Balsebre y los familiares de Toresky, Montserrat Vilar Francolí y Jaume Francolí Sicart.
Además de llevar la radio a todos los estratos de la sociedad, inició la iniciativa La Radio Solidaria y llegó a recaudar 200.000 mantas y miles de juguetes, entre otros donativos, destinados fundamentalmente a orfanatos y hospitales que le llevaron a recibir en 1934 la Real Cruz de la Beneficiencia.
Tres años más tarde, en 1937 fue detenido en el contexto de las Jornadas de Mayo de 1937 tras hacer un chiste que no gustó a los simpatizantes de la CNT a través de Míliu: “¿Para qué hay rejas en las cárceles? ¿Para que no entren los ladrones?”.
Este fue el que, según sus familiares, fue el principio del fin de Toresky. Apenas tres meses después de su detención falleció de un ictus a los 67 años, una apoplejia que algunos aseguran que fue derivada de su detención.
A pesar de su multitudinario entierro en Sarriá al que acudieron líderes de la Generalitat, miembros de los partidos políticos y buena parte de la ciudad que se volcó a despedirle en su capilla ardiente, hace unos 30 años que no se sabe en qué punto del cementerio de Les Corts está Toresky. Tal y como recuerdan y despiden sus familiares en el documental, se encuentra en una fosa común tras no encontrar descendientes que pagaran el nicho donde se encontraba.
La ingeniosa vida de Toresky y cómo acercó la radio a la población general, bien podrían ser protagonistas de una película. El documental de Caixaforum +, que estará disponible desde el 3 de diciembre de forma gratuita en su plataforma, cuenta con la producción ejecutiva de Carlos Córdoba y la jefatura de producción de Oriol Porta.