Joaquin Phoenix y Lady Gaga cantan para poner banda sonora a la locura en 'Joker: Folie à Deux'
La secuela de 'Joker' dirigida por Todd Phillips llega este viernes a las salas de cine.
Durante gran parte de la promoción de Joker: Folie à Deux, Todd Phillips y el equipo de la película han defendido por activa y por pasiva que la película no era una musical. Sin embargo, después de ver la película no hay dudas: es un musical con varios números, referencias a Fred Astaire y una banda sonora que recupera clásicos como That’s Life o For once in my life.
En esta nueva entrega de Joker, que llega este viernes a los cines, Joaquin Phoenix retoma el papel que le dio un Oscar para interpretar a un Arthur Fleck al que el espectador encuentra en una prisión psiquiátrica después de matar a varias personas, una de ellas en directo en televisión. Para que el público haga memoria, Phillips utiliza un sketch de los Looney Tunes que empieza marcando el tono de la película.
La gran incorporación al reparto es Lady Gaga, que da vida a la impredecible Harley ‘Lee’ Quinn, una joven completamente fascinada con el Joker que se ingresa voluntariamente en el psiquiátrico solo para conocerlo.
La artista se entrega por completo a la causa y en algunas entrevistas ha asegurado que la nueva Harley Quinn le parece “un personaje interesante” al que no puede calificar como una villana total, aunque reconoce que hay partes de ella que le dan miedo. "Una de ellas es que está provocando a alguien que tiene problemas mentales y está tratando de atraer a Joker”, reveló a EFE.
La trama amorosa entre los personajes de Phoenix y Gaga ocupa gran parte de las dos horas de película y fue una de las razones, según Todd Phillips, por las que después de hablar con el oscarizado actor decidieron introducir las escenas musicales para mostrar otra faceta de su personalidad. Para narrar “la música que está dentro de él”.
De la crítica social a la emoción a través de la música
En la primera entrega, el director hacía una crítica social al sistema a través del personaje de Joker mostrando cómo Arthur Fleck, ridiculizado, vapuleado e ignorado por las instituciones y los servicios sociales, termina rebelándose contra la sociedad haciendo que una legión de seguidores siga sus pasos.
Phillips quería que el espectador empatizara con el Joker y lo logró, tanto que cuando se estrenó la película en 2019 se debatió sobre si el personaje, un carismático psicópata para muchos espectadores, podía incitar a algún tipo de violencia. De hecho, para algunas premieres hace cinco años se contrató seguridad extra y revistas como la edición estadounidense de Vanity Fair compararon al personaje de Phoenix con los incels.
El propio director se mostró sorprendido ante la cascada de reacciones y aseguró que “no imaginaba el nivel de escrutinio” hacia la cinta. “Creo que es interesante que genere conversación y debates a su alrededor, pero mi mantra siempre ha sido que la propia película es una declaración”, valoró entonces.
No parece que esta segunda parte vaya a despertar la misma reacción entre el público, principalmente porque la película se centra más en el aspecto emocional del protagonista.
Además, Phillips propone al espectador una pregunta a través de Harley Quinn, de la abogada que representa al Joker en su juicio por asesinato o del propio protagonista: ¿es Arthur Fleck un enfermo mental víctima del sistema o un psicópata retorcido que era plenamente consciente de haber matado a esas personas?
Para saber la respuesta puede que no baste con ver la película, que será el cierre de esta historia tal y como ha confirmado el director. Phillips ha asegurado que no dirigirá ninguna cinta más sobre el Joker pero el personaje de DC Comics es recurrente tanto en el cine como en la televisión y muy probablemente otro cineasta quiera rodar su propia versión.