"In Spanish, please": por qué en España ya casi no se consume música en inglés
La música latina copa los números uno desde hace casi una década en la que parecen ya olvidadas las divas pop anglosajonas.
Quédate, Todo de ti, Tusa, Con Altura, Sin Pijama, Despacito, La Bicicleta... Todas estas canciones tienen algo en común: han sido las que han acumulado más semanas en el número uno en los últimos ocho años, según los datos de Promusicae. Todas ellas, en español.
Precisamente, según los rankings de Promusicae, en los últimos siete años el inglés ha desaparecido de los números uno en España. Todas las canciones que han coronado el top de más escuchadas son en castellano. ¿La única excepción? Milionària, la única canción en catalán de Rosalía, que alcanzó el número 1 el 11 de junio de 2019.
El escenario dista mucho de los números uno previos a esta época en la que artistas como Beyoncé, Rihanna, Lady Gaga o David Guetta se turnaban con sus últimos singles en los números uno. De hecho, en el histórico de Promusicae, entre los temas que más semanas han estado como números uno se encuentran On the floor de Jennifer Lopez y Pitbull, que estuvo en 2011 15 semanas consecutivas en lo más alto o el Sorry de Justin Bieber que aguantó 17 en 2015.
A pesar de esto, artistas como Taylor Swift, Coldplay, Harry Styles o Beyoncé siguen llenando estadios en España, colgando carteles de "no hay entradas" a precios desorbitados. Sin embargo, parece que los grandes aforos de los estadios no se corresponden del todo con los millones de oyentes del streaming.
Spain is different, una cuestión cultural
"Creo que el mercado español siempre ha ido un poco a su bola en cuanto a que no ha sido nunca ni muy Europa ni EEUU, ya que ha habido cosas que ni han entrado de forma masiva como el hiphop", cuenta el tuitero musical Noel Miguélez, conocido como Noel Turbulencias, y colaborador de Cuac FM.
Para él, la influencia cultual de la música española es más latinoamericana, de ahí que España tenga más éxito dentro de los Grammy Latino que de los Grammy. "Puede que también esté relacionado con el nivel de inglés, al menos antes, estaba más relacionado el poder cantar las canciones o entender lo que cantas", señala.
En este sentido, el locutor musical y CEO de Adio FM, Juanma Ortega, apunta que la lengua ha ganado un papel principal cuando se ha mejorado la producción. "Hay que tener en cuenta la diferencia en producción. Hace 40 años si querías grabar bien un disco tenías que irte a Londres. El sonido también ha variado, desde hace 20 años es bueno y es igual en cualquier parte del mundo", señala y explica que con las nuevas tecnologías se permite grabar desde cualquier lugar o desde distintas partes y lanzarlo en un país determinado.
En este contexto y con sonidos de muy buena calidad técnica Ortega destaca que "la letra ha cobrado fuerza". "En el pasado, había canciones que lo habrían petado, pero se grabaron mal. El pop español no tenía los presupuestos que había fuera", explica y pone como ejemplos de artistas que rompieron con ese sonido Radio Futura o Mecano. "Hay muchísimos grupos que no sobrevivieron por el sonido, porque no te llega el mensaje. Con Phil Collins o Pink Floyd te entraba mejor, entendieses o no la letra. Ahora que suena todo igual de bien, la letra es un plus, es un punto a favor", explica.
Este cambio no solo se ha producido a nivel del mainstrem, en el indie se han dado transformaciones de lo más notables. La influencia del britpop y del grunge de los 90 marcaron los pasos a seguir en el pop-rock alternativo. Grupos como Australian Blonde o Dover abrieron camino a una escena a la que seguirían los primeros trabajos de grupos como Sidonie, Love of Lesbian, Anni B Sweet, Fuel Fandango o Deluxe, que decidieron probar suerte con la lengua de Shakespeare, pero que finalmente dieron el giro a su lengua natal.
"Hubo un cambio en 2006, que todo el indie cantaba en inglés y de repente se fue castellanizando, a raíz también de influencias como Los Planetas, Los Piratas o grupos como Standstill que fueron cambiando al castellano o haciendo cosas en castellano", explica Miguélez, quien apunta que se dieron cuenta que se era "el camino al éxito". "Era la mejor lengua para llegar, en la que mejor se expresaban y en las que les va a entender su público", señala.
Actualmente, la escena alternativa, aunque mantiene posos de angloparlantes como Bigott, Hinds, Belako o Neuman, tiene acento español y en los festivales rondan nombres como Carolina Durante, Vetusta Morla, Cariño o Ginebras.
Toda la música en español, con un toque latino
Lejos del indie, los grandes nombres del pop internacional parecen no acabar de calar en España. Aunque canciones como As it was de Harry Styles o Bam Bam de Camila Cabello y Ed Sheeran se intentaron colar en 2022 entre las más escuchadas no lograron desbancar a Quevedo y su Quédate del liderato en Spotify. De hecho, se encuentran por debajo del número 35 de las más escuchadas del pasado año.
La mayoría de canciones, además de ser en castellano, tienen el género latino en común. La entrada del reguetón en España a principios de los 2000 tuvo un ascenso meteórico que culminó en 2016 y que en 2017 traería Despacito, con la que se batieron todos los récords.
"Irrumpió ahí y todo el atisbo que pudiera haber de lo anglosajón fue parado por esta moda, que está muy bien también. Retroalimenta lo que teníamos ya anteriormente, que es escuchar música en castellano", explica Miguélez, quien recuerda que todo lo comercial se ha visto arrastrado por la música latina.
Basta con ver las canciones más escuchadas este verano, donde todas son en castellano y solo Nochentera se cuela como tema pop.
No solo en España, también a nivel global. En 2020 el artista más escuchado en todo el mundo fue Bad Bunny. Ese año el incremento de escuchas de la música latina en EEUU, según datos de la Recording Industry Association of America (RIAA) fue de un 28%, más del doble que el año anterior. Este 2022, se produjo un incremento de un 23% con respecto a 2021.
Precisamente, la música latina y urbana ha sido la que mayor capacidad de adaptación ha tenido a un alto nivel de producción demandado por las plataformas de streaming y al que no se adaptan ni superestrellas como Taylor Swift, Dua Lipa, Harry Styles o Billie Eilish. “La demanda que hay entre los que consumen urbano-latino es mucho mayor que la anglosajona”, contaba el director de Cadena 100, Javier Llano en un reportaje de El HuffPost.
Ortega califica esta impregnación de "colonización cultural de forma inversa". "La colonización cultural viene de América Latina, que está muy bien porque es riqueza. Los ritmos latinos han venido para quedarse, como decía en los años 80 con Juan Luis Guerra o con el Devórame otra vez, que empezaron a salir algunas cosas", recuerda. "Esto ha tenido una evolución que en el punto culminante, la industria musical se ha latinizado", sentencia.
También apunta que la cantidad de música que se graba en Miami sirve como nexo de unión entre los sonidos latinos y los artistas españoles que quieren lanzarse en el mercado americano. De hecho, el propio pop español cuenta con sonidos latinos, basta con ver los éxitos de Aitana, Ana Mena o el propio Pablo Alborán, que han introducido sonidos propios del reguetón en sus últimos trabajos, en los que han colaborado con artistas latinos.
"Las propias discográficas lo que quieren es que las canciones suenen en plataformas y vender muchos bolos, por lo que se tienen que hacer al gusto y al oído", señala Ortega, que recuerda que el público joven es el principal consumidor de este tipo de música. "Ahora mismo cualquier chaval lo que quiere es poder cantar las canciones, que sea algo que se lleve en su cole o su instituto, culturalmente estamos ya invadidos por la música latina, que eso ha hecho que los propios artistas españoles se latinicen", enfatiza.
Además, Ortega apunta a que esta latinización de la música ha roto aún más la barrera generacional entre los que escuchan música actual y música de los 80 y los 90, del mismo modo que la democratización del streaming ha permitido que las audiencias se segmenten aún más. "Antes la gente preguntaba si te gustaba la música, ahora la gente dice que le gusta el house belga del 90 al 95 y el rock progresivo del 73", ejemplifica.
Otras lenguas, otras realidades
Que Rosalía irrumpiera esta racha de años con una canción en catalán como fue Milionària —que no estuvo exenta de polémica entre los catalanoparlantes— no es casualidad. Las lenguas cooficiales y la reivindicación del folclore también han surgido de esa negativa a lo anglosajón.
"Hay gente que estaba mirando a lo anglosajón y con esas mismas influencias decidió mirar hacia lo suyo, hacia lo propio y ahí tenemos la reinvención del folk", apunta Miguélez, que ejemplifica cómo en Galicia a raíz de artistas como Mercedes Peón o Baiuca se ha ido generando todo un circuito de artistas alternativos que reivindican el galego y la música tradicional.
"También a Boyanka Kostova haciendo trap o a Grande Amore con ese post punk industrial bastante peculiar", señala y apunta que antes de su éxito en el Benidorm Fest Tanxugueiras tenían ya 100 conciertos anuales en el circuito gallego. "En 2022 quien lo hizo fue Grande Amore o Boyanka Kostova y en 2023 están siendo Fillas de Cassandra y The Rapants. Son grupos que cantan en gallego y que se les nota a algunos más y otros menos la raíz de la música folclórico o al menos una mirada a la pertenencia a Galicia muy amplia", explica.
"Eso es algo que les está funcionando muy bien. Esa reivindicación ha llegado al mainstream y a que Rosalía saque discos con folclore, a que lo haga C. Tangana o Vetusta Morla", añade.
Precisamente esa riqueza, pese a no ser mainstream en muchos casos logra atraer a gran público tanto fuera como dentro de sus comunidades autónomas. Ejemplo de ello, recuerda Miguélez el concierto de despedida de Berri Txarrak con 20.000 personas en Kobetamendi (Bilbao) o Ortega, quien recuerda que Manel logra hacer sold out en Madrid cantando en catalán.
Ambos coinciden en que, pese a que el español se está imponiendo en la música que se escucha en España, también hay otra vía para las lenguas cooficiales, que marca un discurso muy distinto al de ciertos partidos de la derecha. "Al final hay muchísimo discurso de romper España y creo que es lo contrario, que triunfe la música en catalán, en euskera, en valenciá o en asturianu es unir España", recalca Miguélez.