Fernando Navarro, sobre Supersubmarina: "Para mí son The Beatles españoles, en el sentido de una banda de amigos"

Fernando Navarro, sobre Supersubmarina: "Para mí son The Beatles españoles, en el sentido de una banda de amigos"

El periodista y escritor presenta 'Algo que sirva como luz' (Aguilar), la historia hasta ahora no contada de Supersubmarina antes y después del accidente.

Fernando Navarro en una imagen promocional.Juan Pérez-Fajardo

El 14 de agosto de 2016 hubo un antes y después en los alrededores de Baeza (Jaén) para el grupo Supersubmarina. Pero no solo para ellos, sino para la música en español. El grupo sufrió un terrible accidente en torno a las 8 de la mañana a la vuelta del Medusa Festival en Cullera, que truncó su carrera en un momento en el que estaban de cabeza de cartel de numerosos festivales. 

Esa mañana, Fernando Navarro estaba volviendo del Sonorama Ribera de ver a artistas como Love of Lesbian, Izal, Molotov, 091 o Cooper. Iba por la carretera cuando recibió una llamada. Era Ramón Redondo, que es que era el antiguo jefe de los 40 Classic que le decía: "¿Te has enterado de lo del accidente de Supersubmarina?". 

Desde esa primera crónica en una gasolinera de la A-1, Navarro se quedó enganchado a esa historia de Jose, Juanca, Pope y Jaime. Mantuvo el contacto con su manager, Ernesto Muñoz, de Pinkhouse Management, la agencia que los representaba. 

Siete años y medio después, esa historia y esos siete años de silencio público se han transformado en un libro Algo que sirva como luz (Aguilar) en el que Navarro, gracias a entrevistas a familiares, amigos y la propia banda cuenta el relato de superación y recuperación de estos baezanos, pero también sus silencios y cómo ha evolucionado su amistad. 

De hecho, lejos de narrar y centrar su relato únicamente en ese fatídico accidente, este libro —que se ha publicado una semana antes de su inédita maqueta— permite a los fans conocer más en profundidad, desde sus orígenes a sus relaciones personales, a esta banda que está en un "suspenso" permanente como rezaba su canción homónima. 

El origen fue una entrevista fallida para El País Semanal, ¿cómo acabó materializándose en un libro?

El libro se ubica en 2022, pero en realidad era 2021 pero se cambió para evitar referencias a la pandemia. Conozco a Ernesto porque es el manager de la banda, pero también de Zahara y de otros grupos. Le preguntaba cómo estaban desde el accidente y a partir del tercer año, le empecé a decir que estaría bien hablar con ellos en algún momento porque habían desaparecido de las redes sociales.

Se sabía que Chino, Jose, iba a estar en un centro de rehabilitación un tiempo bastante importante por daño cerebral y él tampoco me daba mucha información. Me dijo que para el quinto aniversario a lo mejor podía conseguir que se animaran a hablar y lograr una entrevista en una fecha redonda. Por la pandemia la tuvimos que aplazar un poco unos meses. Me salté un poco el confinamiento con el carné de periodista porque no se podía entrar en Andalucía. Ernesto me dijo “a ver, ellos quieren hablar pero no saben muy bien qué contar porque todavía es un poco difícil para ellos”.

Con la primera toma de contacto me pregunté en qué punto estaba yo para hacer la entrevista y también ellos porque igual se iba a sensaciones un poco sensacionalistas. Ellos me conocían, pero en una sola entrevista hacía muchos años, que con tan poca promo tampoco se acordaban de mí. Querían hacerlo con El País Semanal porque les parecía un sitio muy bueno para el altavoz y porque conocía mucho a Ernesto y había sido como el periodista que más estaba preocupado por ellos.

"Que se conocieran desde pequeños dice mucho del silencio, tenía mucho que ver lo que habían vivido conjuntamente, cómo se había roto una conexión tan importante"

Una vez que bajé y me los encontré allí de forma grupal a todos menos a Jose en Semana Santa, quedamos en vernos cuando se levantasen las restricciones en junio. Les pedí entrevistarme individualmente con cada uno porque había notado algo raro entre ellos y quería sacar algo de cada uno.

Cuando volví es cuando tuve entrevistas muy potentes de los cuatro y, sobre todo, de la situación también y empecé a entender esa densidad que había entre ellos.

Me las llevé a Madrid, las revisé y las transcribí todas y les dije que había cosas muy potentes que igual no merecían que fueran solo un reportaje. Teníamos que quedar otro día para las fotos y les dije que igual había que hacer una historia más larga, contarla bien porque cómo se fundó la banda me parecía flipante. Que se conocieran desde pequeños dice mucho del silencio, tenía mucho que ver lo que habían vivido conjuntamente, cómo se había roto una conexión tan importante.

A veces cuanto más amor hay y más dolor, el dolor más atraviesa desamor. Hay un bloqueo más grande con gente a la que quieres. Cuando se los propuse, al poco después de hablarlo entre ellos, me llamó Juanca, que ejerce un poco de portavoz del grupo y nos dijo que podía ser buena opción y que lo escribiese yo.

Pensé que igual querían que lo escribiera un escritor famoso o un amigo suyo que escribiera bien, pero no fue así. Hablé con el periódico, les dije que esta cosa se iba a paralizar durante una temporada porque estábamos viendo hacer otra cosa más.

¿Cómo viviste ese 14 de agosto de 2016?

Estaba en el Sonorama, que había sido tremendo. Era domingo y volviendo por la nacional me llama Ramón Redondo, que es que era el antiguo jefe de los 40 Classic, antes M-80, que se había quedado en el festival y me dijo "¿te has enterado de lo del accidente de Supersubmarina?" Le dije que no, paré, llamé al periódico para que me confirmaran y al poco me llamaron diciendo que era cierto.

Me acuerdo que me paré en una gasolinera de estas de carretera con el coche, que hacía un calor increíble con el aire acondicionado, ahí a escribir la noticia con el ordenador, mandaron un teletipo muy cortito y añadí un poco de contexto.

Tras varios intentos hablé con Ernesto y me dijo “Oye, mira Fernando, voy de camino a Baeza, en el coche me está llamando todo el mundo, pero como te conozco mucho y sé que vas a darlo bien, te voy a dar la poca información que te puedo dar”. Me desmintió el rumor de que hubiera algún muerto y tal y me dijo que me lo contaba a mí y a EFE para que lo pudieran dar todos los medios porque no estaba para hablar con todos uno a uno.

Lo escribí todo y luego, cuando hice el análisis del Sonorama, vi que todo el mundo estaba hablando de eso y metí un poco las declaraciones de Vetusta Morla, las de Sidonie, que pusieron unos tuits en solidaridad y tal.

Jaime, Pope y Juanca, miembros de Supersubmarina.EFE

¿Eran conscientes Supersubmarina del punto de fama en el que estaban?

Lo tienen muy claro. Antes del accidente, el 20 de mayo, habían llenado el WiZink, el formato grande y ahí se dieron cuenta de que era como la culminación de ocho años de carrera desde que Sony les fichó con Carlos López gracias a Ernesto, como se cuenta en el libro, de que se fuera a hacer la promo a Madrid en 2008.

Eran conscientes, pero estaban tan metidos en el trabajo que seguían en la rueda. A mí me pasa también con el periodismo musical, que a veces explotas más lo que quieres dar más de ti. Siempre hay algo guay, entrevistas, ir a un festival o a un sitio superchulo, al final no paras de trabajar.

Eso lo aprendes más con 40 años que con 30 y pocos. No se daban cuenta de lo muchísimo que estaban metido en una espiral de trabajo agotador, pero sí sabían perfectamente que tenían mucho éxito y por eso no querían parar tampoco.

Una reflexión que me interesa mucho en el libro es que a veces en la música parece que si te vas un año desapareces. Pasó mucho en la pandemia cuando no había conciertos ni nada, hablé con varios músicos y me acuerdo que Rocío Márquez me decía que hacía mucho el tonto en las redes sociales porque tenías miedo a desaparecer, a que la gente se olvidase de ti. Ese miedo es bastante perverso, que parece que todo el rato tienes que estar produciendo cosas.

Los artistas tienen que tener visibilidad, pero a veces también forzando lo pueden perder. No nos supieron frenar en el momento adecuado y se arrepienten un poco de la gira de festivales que aceptaron entre todos. Ellos piensan que tenían que haber parado en el WiZink, que era la culminación de la gira de salas.

"No se daban cuenta de lo muchísimo que estaban metido en una espiral de trabajo agotador, pero sí sabían perfectamente que tenían mucho éxito"

Hablando de ese agotamiento, tras su accidente se pusieron sobre la mesa las condiciones que tienen muchos artistas, incluso siendo cabezas de cartel. ¿Ha cambiado eso?

Realmente cuanto más precario eres, cuanto más pequeño eres, más tienes que hacer estas burradas. Hay artistas que tras el libro me han hablado, como Rocío Saíz, que me decía que del libro lo que más le llegaba era tener que viajar de noche, pegarse palizas, etc. Hablé hace poco Fino Onoyarte, de Los Enemigos, que contaba que tenía a veces que ir a Barcelona, tocar y volver, que se pegan unas palizas... A veces por comodidad, porque cuando pasas mucho tiempo fuera de casa, necesitas volver porque tienes mucho desgaste.

En un festival ves el cabeza de cartel, pero hay muchas bandas que te llenan el festival desde las 18:00h de la tarde y tienen que estar mejor cubiertas. Desde lo de Supersubmarina ya hubo festivales que tomaron más cartas en el asunto, pero creo que hay mucho que hacer. Tienen que cubrir el alojamiento de los músicos, la posibilidad de tener un espacio entre la prueba de sonido y tocar para descansar y, sobre todo, cubrir lo que les pasó a ellos, el viaje que es un accidente in itinere, que si sales de Madrid a Cullera, eso es parte del trabajo.

Tiene que regularizarse mucho más el estado de la música en directo, porque los festivales dan muchísimo dinero a algunos, a muchos al menos, pero ha habido mucho limbo legal y sigue habiendo muchas irregularidades. Desde los trabajadores a los artistas.

¿Cómo fue esa inmersión total en la cultura de Baeza para empaparte de leyendas populares como los Juan caballos o conocer su Semana Santa?

Ha sido lo más bonito del libro, junto con el contacto con las familias y conocer a los padres, los hermanos, a los propios protagonistas... Por tener ese cariño y ver que todos se van abriendo, te van dando mucho de sí y te ofrecen al final unas experiencias humanas maravillosas, aunque muy difíciles.

Lo otro ha sido meterme en Baeza, bajar en días libres o bajaba de trabajar desde allí. Andaba mucho solo, aunque me pasaba el día entrevistando a mucha gente, luego me paseaba para conocer un poco el espíritu de la ciudad.

Estos chicos nunca habían querido abandonar su ciudad, ese día del accidente volvían para estar en las fiestas de su pueblo. Hablabas con ellos y todo era Baeza, Baeza, Baeza. La gente de Baeza es muy de allí y quería intentar entenderla. Para mí la ciudad tenía que ser un espíritu que abarcase todo el libro. Es una ciudad preciosa, Patrimonio de la Humanidad y luego había cosas muy curiosas, como que Antonio Machado había estado allí tras la muerte de su mujer, aunque no quería estar, quería ir a Madrid.

Quería sentir lo mismo que Machado porque no la conocía, sabía que estaba en el mapa, pero me era indiferente y terminó enamorándome, igual que le pasó a él. Ha sido muy bonito conocer la tradición. No soy religioso, pero conocer la importancia de la religión en la ciudad, conocer la importancia las leyendas andaluzas, que tienen que ver mucho con la tierra de Lorca... Que yo no me quité de la cabeza que él antes que poeta era músico, tocaba el piano. Cuando estaba en la universidad, Lorca hizo una expedición con un profesor que le gustaba mucho la naturaleza desde Granada a Baeza para conocer a Machado. Y esos dos grandes poetas del siglo XX se encontraron allí y Lorca se quedó fascinado y decidió ser poeta gracias a él porque lo aconsejó. Sacar el alma de Baeza para mí era tan importante como intentar sacar el alma de los cuatro protagonistas.

De todas las entrevistas que hiciste, ¿cuál ha sido la más difícil?

Todas, aunque creo que las de Jose porque la recuperación sigue ahí, es muy lenta, es. O sea, yo creo que esa es la más difícil porque estaban preocupados. Antes de empezar yo les dije a ellos que este libro no iba a ser nunca en contra de sus protagonistas ni iba a ser algo para intentar aprovecharme de la confianza de ellos o hacer un libro de chismorreos, sensacionalista o de juzgar, que desde fuera se juzga muy fácilmente la recuperación sin saber cómo es la realidad de ellos.

Son realidades muy complejas. Tú no puedes exigir, por ejemplo, a Jose más de lo que ha dado, porque lo ha dado todo al 500%, empezando por que ha salido de un coma que casi que no iba a poder salir y se ha recuperado. Es como cuando criticas el repertorio de un grupo porque tú quieres que toque la canción con la que te enamoraste de tu pareja, pero el artista a lo mejor no la quiere tocar.

En este caso, para mí era muy importante que todas esas familias entendiesen que iba a ser difícil lo que iban a leer y que iba a ser complicado, pero que iba a ser sanador seguramente para todos. En el caso de la familia, me preocupaba mucho pensar si iban a poder entender y estar preparados para asimilar que la situación de Jose era muy complicada para ellos y para la gente que leyese el libro.

Al final, lo han entendido hasta el último momento. No estaba muy convencido porque mi instinto me decía que estaba llegando lejos pero que en el último momento se iban a echar para atrás con el libro porque iba a salir seguro, pero que me pusiesen problemas o les diese miedo que la gente viera la dificultad y los daños que había, por ejemplo, en los vídeos. Pero todo el mundo lo ha entendido y al final es lo que es: todo el mundo arropando al último Supersubmarina que falta por recuperarse.

"Tú no puedes exigir, por ejemplo, a Jose más de lo que ha dado, porque lo ha dado todo al 500%, empezando por que ha salido de un coma que casi que no iba a poder salir y se ha recuperado"

Si no se recupera de todo, pues no se recuperará. Si se recupera está bien, pero si se recupera en un 65% o en 85%, también. Lo importante es que la banda sigue viva y todo sigue vivo bajo el mismo concepto de “ser una banda”, que es lo que decía Jaime en la presentación que lo eran para lo bueno y para lo malo”.

Me he llevado sorpresas con la familia de Jaime, que ha sido maravillosa. Porque recuerdo a él que la primera vez me lo encontré en una situación complicada, muy deprimido. Recuerdo que cuando hablé con sus padres la primera vez en la en la Catedral de Baeza, que les esperé a la salida de misa yo no me imaginaba todo lo que iba a encontrar. Las cosas que me contó su madre, Miki, su padre, ha sido muy sorpresivo. No pensaba que la historia de Jaime iba a llegar tan lejos, tan profunda y emocionalmente.

¿Es importante ponerle un nombre como es la anosognosia, el desconocimiento de la enfermedad por el propio paciente, al diagnóstico de Jose para que la gente empatice?

No sabía nada de eso la primera vez, lo descubrí en la primera conversación con él. Lo decía, pero no le daba mucha importancia. Le pasa también a la gente con Alzheimer, que le dices que tienen eso, ellos lo repiten, pero no son conscientes.

Es su cerebro y se autodefiende del agujero que se está creando. Hablé con los demás y les pregunté ¿Hasta qué punto crees que esto es grave o importante? Y ellos, claro, están también como yo, que a todos les había pasado por encima.

Tuve conversaciones con los familiares y con los médicos, que al principio era muy complicado y no sabía cómo iba a salir. De Jose tuve todo el apoyo por su parte, es consciente de las cosas, pero a veces no tanto como lo somos nosotros. Pero se está esforzando muchísimo por mejorar e intentar conseguir algo que pueda ser algo o no, o puede que sean entrevistas, o si no sucede ya está.

También pones sobre la mesa el sensacionalismo con el que abordaron el tema algunos medios, haces un poco de autocrítica, ¿cómo generó ese interés un grupo de música alternativa?

Imagino que al ser agosto, no había nada mejor que una tragedia muy grande. No había ninguna boda de ninguna infanta ni nada. Pero también porque un accidente es lo que atrae más, aunque sea un grupo de música alternativa. Imagínate que le pasa a alguien de la realeza o alguien del corazón tipo la Pantoja. Fueron una serie de días, como dos o tres semanas, pero fueron los peores que Jaime estaba con operaciones y Juanca y Jose se debatían entre la vida y la muerte. 

Los medios estaban ahí y las familias no están acostumbradas a esa presión, entiendo que si eres del entorno de la Pantoja o de la familia real, te manejas con esa locura, pero no es el caso. Fue muy duro y muy invasivo lo que se cuenta en el libro es que querían entrar al hospital, poniendo biombos, quitando los partes médicos para que no supiesen cómo estaban. Había un camión de televisión apuntando durante días 24h la cámara como un tanque a punto de atacar.

¿Y eso ha repercutido en que se negaran en algún momento hablar contigo o que tuvieran cierta reticencia a los medios?

Al principio un poco sí, es normal. Notaba cierta reticencia, pero es comprensible. En nuestra profesión hay gente muy buena y responsable con una ética y gente que no, que los veo y no me lo creo. Me ha costado, pero una vez que se consiguió, fue bien. Lo primero era ganarme la confianza de los cuatro y luego ellos le dirían a los padres lo que pasaba, por ejemplo, los padres de Jose no querían hablar porque tampoco sabían mucho qué decir y les daba miedo. Al final, he acabado comiendo en casa de sus padres y ahora me dicen que soy como un hijo más, que vaya siempre que quiera. Ese proceso es lento pero que merece mucho la pena para poder sacar lo mejor de de la historia.

Jose, Chino, cantante de Supersubmarina.EFE

Haces una comparación en varias ocasiones con The Beatles en el libro, ¿por qué lo hiciste con un grupo que parece casi intocable? ¿Les escuchabas mientras escribías?

A medida que ellos me contaban su historia, fui viéndolo. a primera vez que lo pensé fue cuando bajé esa primera vez para el reportaje fallido a Baeza. Me contaban cómo se conocieron, que si del colegio, que jugando al fútbol... A veces no te llegan los recuerdos iguales porque uno te decía que había estado aquí y tenías que ir juntando hasta ir cogiendo el puzzle y ponerlo bien.

A mí la historia de The Beatles me encanta. A mi hijo le cuento el cuento de The Beatles como les leyese el de Caperucita o Blancanieves. Es una historia preciosa. John, George y Paul se conocen en el colegio y hablan de montar una banda y se van a Hamburgo. Siempre me ha parecido un relato redondo de cómo se forma una banda.

No toco a ningún instrumento, pero amo la música y siempre he pensado que si fuera músico no hay nada mejor que una banda, que tener una banda debe ser algo brutal. Todos te hablan de lo que mola tener un amigo y tener una banda con la que poner esas cosas en común, lo que son los amigos de toda la vida y llevar la mayor pasión de tu viaje que es tocar música. Es algo indescriptible..

Con ellos pasó que salieron de Liverpool y la pusieron en el mapa de la música mundial, el sonido Mercy que le llamaban a The Beatles. Supersubmarina han hecho lo mismo, han cambiado la música indie igual que Vetusta Morla desde Baeza, con todo lo que significa.

Me puse a echar cuentas y a investigar y pensé que también que entre la primera maqueta en 2008 y su primer éxito habían pasado los mismos años, cuatro. Ellos son cuatro, como The Beatles, que forman tres la banda y luego llega Jaime, que es como Ringo, que también llega más tarde.

Al final, son muchas similitudes que hacen que para mí seanThe Beatles españoles, en el sentido de una banda de amigos que llegan desde el principio hasta el final juntos.

"Mis expectativas eran enormes y se han quedado pequeñas con todo lo que ha pasado"

¿Cómo has gestionado con ellos las expectativas que se han generado de regreso desde que empezó a promocionarse el libro?

Sus redes sociales y demás las gestionan ellos. Y por la parte editorial, Sony también estaba ahí a la expectativa. Con ellos tuve la confianza absoluta y me convertí como en su hermano, como el quinto Supersubmarina, el catalizador de sus emociones en toda esta historia. También he tenido una implicación tremenda, que ha habido un momento de obsesión con su historia y con que la gente la entienda, ya no como escritor y como periodista, sino como manager, como otro más de la banda.

Las dos últimas veces que bajé para hacer la entrevista de El País Semanal y otro día para grabar el vídeo, me quedé dos noches y pude hablar con ellos en la comida, que los estuve motivando y demás porque estaban nerviosos sobre todo por el vídeo. Cuando volvía con el fotógrafo y su asistente me decían que estaba como uno más, que hablaba con Ernesto, su manager, lo que tenían que reforzar a cada uno. Les decía lo que tenía que tomar conciencia Jaime, etc. Les pasaba como a todos, que a veces necesitamos un agente externo para que te valore bien y le de más importancia a tus cosas y más en su caso, como son tan buenos y tan bondadosos y tan generosos y honestos tenía miedo de que no se creyesen lo que iba a venir.

Lo veía venir que iba a haber un recibimiento increíble. Mis expectativas eran enormes y se han quedado pequeñas con todo lo que ha pasado. Ha sido muy bonito, pero era como para no creérnoslo: salir ahí fuera y contar nuestra historia. Son tan tímidos y tal que conseguir sacarle todo lo que les he sacado... Que no es lo mismo contarlo comiendo o de cervezas, que salir ahí y contarlo ahí fuera delante de miles de personas. Ha sido un proceso, con mucha preparación, desde diciembre que bajé la última vez, se ha notado.

¿Se decidió sacar La Maqueta a la vez que el libro?

Fue decisión de Sony, que quería sacar cosas de Supersubmarina desde el quinto aniversario. Pero cuando les llamaron Juanca dijo que estaban haciendo un libro conmigo y querían dejar cualquier lanzamiento hasta que no saliera porque tenían cosas muy importantes que contar.

Sony decidió esperar a la salida del libro dos días cuando acabó el plazo y desde septiembre sabíamos que iba a salir en abril. Sony se puso a trabajar en sacar la maqueta, aunque en un principio no sabía muy bien qué sacar, que si un recopilatorio, etc. Yo les dije lo del libro y la maqueta que se cuenta tanto la historia de cómo fue el origen de todo y fue muy bonito. Sony se puso a trabajar en hacer eso y querían que fuera un regalo para los fans. Es como “volvemos y encima con música que nadie conocía”.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es