Fallos temporales e idealización de Blake: qué es real y qué no en 'Back to black', la cinta de Amy Winehouse

Fallos temporales e idealización de Blake: qué es real y qué no en 'Back to black', la cinta de Amy Winehouse

La película, que se centra el turbulento amor de Winehouse con Blake Fielder-Civil, llega a los cines este viernes 31 de mayo.

Marisa Abela como Amy Winehouse en 'Back to black'.Dean Rogers/Focus Features

Amy Winehouse fue una de las grandes artistas del siglo XX. Su característica voz y potencia vocal como contralto hicieron que jóvenes de todo el mundo que no se habían acercado al jazz ni al R&B escucharan en bucle temas como Rehab, Back to black o Valerie.

Sin embargo, la prodigiosa cantante falleció a los 27 años, entrando en el panteón del club de los 27 junto a otros grandes nombres de la música. Pero lejos de su legado musical, su vida personal, sus romances, sus idas y venidas con las drogas y el alcohol, así como con la prensa y los paparazzi han marcado los relatos sobre su vida.

La cinta Back to black, que llega a los cines este viernes 31 de mayo, centra su relato protagonizado por Marisa Abela precisamente en su tormentosa relación con Blake Fielder-Civil, con quien estuvo cuatro años en los que las drogas y el alcohol fueron una constante. Sin embargo, el relato de la película dirigida por la cineasta Sam Taylor-Johnson, responsable entre otros filmes como la adaptación de la saga 50 sombras de Grey, deja de fondo la carrera musical de Winehouse, que la llevó a cosechar cinco premios Grammy y romantiza una relación de amor dependiente y con muchos matices.

De hecho, las principales críticas se centran en cómo se romantiza su relación con Fielder-Civil y cómo se pasa por alto su trayectoria musical incluyendo la importancia de figuras como su productor, Mark Ronson, e incluso la relación con su banda, que se incluye solo en un diálogo tras ganar el Grammy.

Esto ha hecho que amigos de la fallecida cantante hayan declarado a medios como Daily Mail que “la habría odiado absolutamente, al 100%, habría despreciado todo esto”. Especialmente la heroicidad con la que tratan al exnovio de la artista y el rol que toma su padre.

Pero más allá de esto, hay algunas indeterminaciones a nivel cronológico y realidades que no fueron en la vida de la artista de Tears dry on their own. Estos son algunos de los fallos que hay respecto a la vida real de la cantante y lo que se plasma en la cinta.

La abuela fue su influencia en la música, pero no a nivel de estilo

Dentro del retrato de la familia de la artista, se muestra la especial relación que tenía con su abuela, Cynthia Winehouse, quien triunfó como cantante de jazz en su juventud, la incentivó en la música enseñándole a los grandes nombres del género.

Además, la cantante guardaba un gran parecido físico con su abuela, lo que en la película lleva a que ella supuestamente imitase su look pin up y su característico peinado similar al de Ronnie Spector. Sin embargo, no se debe a esto, sino que la cantante, tal y como recuerda Rolling Stone, creó su look con 17 años junto a la estilista Tracey Cahoon.

Fotograma de 'Back to black' que muestra a Amy Winehouse (Marisa Abela) y a Cynthia Winenhouse.Courtesy of Dean Rogers/Focus Features

Conoció a Blake en un pub después de ganar una carrera

El romance entre Winehouse y Fielder-Civil comenzó en un pub, el Good Mixer, tal y como plasma la película. Esta escena sí que cuenta con veracidad, ya que más de una vez ambos han contado que su encuentro fue fortuito después de que Fielder-Civil ganase una apuesta en las carreras de caballos y estuviese eufórico celebrándolo.

"Nos conocimos en un pub llamado Good Mixer en Camden", confesó Fielder-Civil a Daily Mail. "Acababa de obtener una buena victoria en las casas de apuestas, así que fui al pub a celebrar, abrí la puerta y Amy fue la primera persona que vi y eso fue todo. Y a partir de esa noche comenzamos nuestra tortuosa historia de amor”, relató.

Sin embargo, la directora de la cinta ha recalcado, tal y como recoge USA Today, que aunque las bebidas que pidieron sí eran las que cada uno bebía entonces, los diálogos entre ambos fueron ficcionados.

Sí que conocía a The Shangri-Las antes de Blake

Precisamente en esa ficción de los diálogos se ha creado una situación de lo más comentada y es que Fielder-Civil enseña supuestamente a Winehouse la banda The Shangri-Las. “¡Sólo la mejor banda de chicas de los sesenta!”, dice en la película Jack O’Connell, quien da vida a Blake en la ficción, antes de ponerle el tema Leader of the Pack —que narra cómo una chica acaba saliendo con el líder malote de la pandilla—.

Algo que han criticado los seguidores de la cantante que aseguran que no fue él quien le presentó al grupo y que ella las conocía gracias a su abuela. Por su parte, Taylor-Johnson ha asegurado que, aunque esta parte es ficción, “tuvo que buscar la música y los libros que les gustaban a ambos para crear un escenario”.

Fotograma de 'Back to black' con Jack O'Connell como Blake Fielder-Civil y Marisa Abela como Amy Winehouse.Dean Rogers/Focus Features

No se introdujo sola en el crack, lo hizo Fielder-Civil

En la cinta, se presenta a una Amy devastada por su turbulenta relación Fielder-Civil que tras su ruptura llama a un traficante para conseguir crack. Esto no fue así, sino que fue él quien la introdujo en el mundo de las drogas “duras” ya que ella consumía anteriormente cannabis, tabaco y alcohol.

Así lo ha admitido en más de una entrevista. “Lo estaba fumando [el crack] en papel de aluminio y ella me dijo: ‘¿Puedo probar un poco?’ Y le dije algo... Puede que haya presentado una resistencia débil; el hecho es que, sea lo que sea que dije, ella terminó consumiendo un poco", recordó en 2013 en el programa Jeremy Kyle Show de la británica ITV.

De hecho, él se mostró arrepentido y con la responsabilidad de haberlo hecho. “Tengo que ser realmente consciente de lo que digo; no quiero sentir que estoy eludiendo la responsabilidad. El hecho es que lo que digo es que, por supuesto, lo lamento, no solo por el daño que causó a Amy, que provocó que perdiera su vida, sino también a su familia y a la mía y a mí mismo", añadió entonces.

La cronología de los Grammy y el show caótico en el Glastonbury...y también los tiempos de su divorcio

El orden de los hechos es otro punto débil de la veracidad de la cinta de Taylor-Johnson, ya que muchos hechos de los que presenta se encuentran desordenados. El más llamativo es la correlación de los premios Grammy de 2008, que tuvieron lugar en el 10 de febrero de 2008, y la caótica actuación del Festival Glastonbury, que tuvo lugar el 28 de junio de ese mismo año.

En la cinta lo presentan al revés, dando la sensación de que en los Grammy estaba plenamente recuperada y una épica propia del final de la película. De hecho, la escena en la que recrean el festival británico es mucho más suave de lo realmente caótica que fue la actuación en sí. Aunque incluyeron la parte en la que se baja a interpretar con el público Mr. And Mrs. Jones, aunque sin el codazo que le dio a un asistente que supuestamente le tocó el pecho, eliminaron gran parte de su charla en la que dijo cosas como “imagínate si actuara como Kanye West”.

Esta alteración de los hechos también hace que se elimine parte de su discurso de agradecimiento del premio Álbum del año que recibió esa noche. En la cinta trasladan su divorcio a cuando Blake estaba en la cárcel entre 2007 y principios de 2008 y no a cuando salió, en 2009, por lo que una de las frases de agradecimiento más míticas: “A mi Blake, mi Blake encarcelado" fue eliminada del biopic.

La falta de presencia de la presión mediática y la salud mental

Las referencias a la salud mental de Winehouse son escasas y muy tupidas, sino que todo se enmascara bajo un “mal de amores” o una “adicción a las sustancias”. Winehouse sufrió de depresión provocada tanto por esta situación como la presión mediática y de los paparazzi que bien plasma el documental Amy.

Tampoco se aborda la bulimia que sufría de forma concreta en la cinta, solamente alguna referencia cuando en una escena en la que van a visitar la tumba de su abuela su padre le dice que está “demasiado delgada” y ella le pregunta “si no le gusta su nueva dieta”.

Marisa Abela como Amy Winehouse y Eddie Marsan como Mitch Winehouse en 'Back to black'.Dean Rogers/Focus Features

El papel cuidador de Mitch, el padre de Amy

Otro punto crítico que no ha gustado al círculo cercano de la cantante ha sido cómo retratan a su padre, Mitch Winehouse, supuestamente preocupado e implicado en cada momento por el bien de su hija y protegiéndola de la exposición mediática.

La realidad es algo distinta de la que encarna el Mitch al que da vida Eddie Marsan. Por ejemplo, no se cuenta cómo tras su rehabilitación, la cantante fue de vacaciones a Santa Lucía y Mitch apareció con un equipo de reporteros para grabar un documental de Channel 4 llamado My Daughter Amy, sin la supuesta participación voluntaria de su hija.

Sí, Amy quería formar una familia, pero no fue la paternidad de Blake con otra lo que la hizo recaer

Los deseos de Amy Winehouse por formar una familia eran reales. Así lo confesó ella misma en varias entrevistas: “Aunque amo la música, realmente me encantaría tener una familia y eso es lo más importante para mí”, dijo en 2007 a Daily Mail.

Sin embargo, en la cinta en las últimas escenas se deja entrever que su recaída final que acabaría con una intoxicación etílica tras un tiempo sobria se deben precisamente a que un paparazzi le cuenta que Fielder-Civil ha sido padre. Amy llevaba para entonces un año saliendo con su nueva pareja, Reg Traviss —que en ningún momento se menciona en la cinta, ya que se muestra a Blake como único amor—. El hijo de Blake nació en mayo de 2011 y Amy murió dos meses después, sin que esto guarde relación alguna.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es