¿Escuchar un audiolibro es leer?
Por qué es una alternativa literaria más y cuál es el perfil de usuario.
El audiolibro todavía sigue representando un pequeño porcentaje del mercado literario, pero va creciendo poco a poco. Así lo demuestran los datos del último Barómetro de lectura elaborado por el Gremio de Editores publicado el pasado enero. Según este informe, el 6,9% de la población en España escucha audiolibros y un 3,5% lo hace semanalmente.
A pesar de que se ha convertido en una alternativa más para disfrutar de la lectura, ¿se puede considerar escuchar un audiolibro leer? “Creo que es tener una experiencia plenamente literaria”, defiende Teresa Iribarren, Catedrática de Literatura Catalana de la UOC. “El ejercicio de imaginar, de interpretar, es el mismo, lo que pasa es que hay un elemento de mediación tecnológica y personal que es más complejo”, añade.
“El libro es una tecnología, aunque a veces lo perdamos de vista, pero un libro en papel es una de las mejores tecnologías que ha inventado la humanidad. Y el audiolibro es una tecnología digital con una complejidad técnica mayor y la mediación de la persona que locuta e interpreta el texto. Es una experiencia diferente”, matiza la profesora, que además defiende que es una herramienta “más inclusiva” que puede ser útil para personas con problemas de visión.
Iribarren asegura que el audiolibro y el libro en papel o electrónico son “complementarios”, pero la manera de experimentar la lectura a través de ellos es parecida. “El ejercicio de interpretación de un texto desde el punto de vista de construir el imaginario, de activar un sentido crítico... desde mi punto de vista es similar”, señala.
Eso sí, cree que los sentimientos que nos puede suscitar una lectura o una historia de gestionan de manera diferente. “Emocionalmente seguramente es distinto porque como está la intervención de la voz humana puede haber también un paisaje musical en según qué textos, un tratamiento de la sonoridad que pueda crear unos ambientes con una intensidad argumental que te envuelve de otra forma”, explica la profesora.
Para Begoña Martín, creadora de la newsletter literaria A girl and a book y con un buena comunidad lectora en Instagram, escuchar un audiolibro “sí que es leer”. “Es verdad que no lees, estás escuchando, pero sí puede ser equivalente. Si hay gente a la que le funciona, me parece bien”, asegura. En su caso, no consume audiolibros porque no es capaz de concentrarse en la acción.
“Alguna vez he intentado escuchar algún podcast literario, por ejemplo el del New Yorker, que tenía uno de relatos breves, pero me resulta muy difícil concentrarme, enseguida pierdo el hilo”, explica Martín, que reconoce que le da “envidia” la gente que escucha audiolibros habitualmente. “Sobre todo cuando se hacen audiolibros que están bien narrados y demás, me parece muy interesante. Si pudiera concentrarme escucharía con gusto”, asegura esta lectora.
Una alternativa más para disfrutar de la literatura
Cuando el audiolibro comenzó a hacerse más habitual no tardaron en salir las voces que ya vaticinaban el fin del libro en papel cuando se popularizó el libro electrónico, que han terminado conviviendo a la perfección. Con los audiolibros, que todavía representan un porcentaje, sucede lo mismo.
"Para situaciones diferentes está muy bien. Conozco a gente que limpia la casa y se pone un audiolibro que es el mismo que luego por la noche lee con el libro físico. Pues como con todo, los libros digitales también iban a terminar con el libro en papel y no ha sido así, es algo que se puede complementar", defiende Martín.
Por su parte Iribarren no solo cree que puedan convivir, sino que "se retroalimentan". "Si eres una persona que le gusta el jazz o la música clásica y vas a un concierto, igual a la salida del concierto vas a comprar el CD si te ha gustado o lo vas a buscar en Spotify. Pues esto igual", reflexiona la profesora.
"Que una persona lea El Quijote no quiere decir que no le interesa buscar interpretaciones de El Quijote en audiolibro, incluso que busque distintas interpretaciones porque está aquel actriz o actor que interese", asegura la docente. En los últimos años, las editoriales y las plataformas de audio han intentado contar con intérpretes reputados para ejercer de narradores. Es el caso de la saga Harry Potter, que cuenta con la voz de la actriz y cantante Leonor Watling, y según el estudio Audible Compass 2023, la historia del joven mago es una de las más consumidas en la plataforma.
Para Iribarren, el audiolibro también puede ser un complemento interesante en textos teatrales. "Puedes leerte a Lorca y escuchar La casa de Bernarda Alba en audiolibro, que además tiene un atractivo añadido cuando hay esta dimensión auditiva y son textos, como la poesía o el teatro, eminentemente orales", defiende.
Perfil de lector transversal
¿Es el audiolibro una herramienta para jóvenes? ¿Lo utilizan más personas que tienen poco tiempo para leerse un libro en papel? "Por la experiencia que tengo, lo que observo en las aulas y observan mis compañeros, veo que es bastante transversal", asegura Iribarren.
Según los datos del Barómetro de lectura 2023, aunque es transversal, sí que es más popular entre los lectores menores de 45 años. Además, tal y como ha desvelado Audible en el informe publicado este lunes, la geografía importa, con Madrid y Barcelona liderando el ranking de usuarios de audiolibros acaparando el 16% y 14% del total respectivamente.
"En nuestro país hay mucha tradición de radio, de consumo de podcast y creo que esto ha propiciado que personas de un perfil y de gustos literarios muy distintos acudan al audiolibro. Es bien sabido que en el contexto de la pandemia fue cuando se produjo este boom y claro, creo que personas de prácticas culturales muy distintas, segmentos generacionales diversos, pues se acercaron al audiolibro y lo reflejaron las encuestas después y las ventas", matiza Iribarren.
La encuesta de Audible también desgrana precisamente los géneros y gustos literarios favoritos de los usuarios de audiolibro y son bastante diversos: el que más triunfa es el thriller y misterio (52%) seguido los libros de historia (48%) y comedia (45%). El estudio también revela un dato que puede ser sorprendente para algunos, ya que el consumo de audiolibros suele asociarse a desplazamientos. Sin embargo, la casa es el lugar favorito de los españoles para escucharlos con un 61% seguido por los trayectos de carretera que suponen un 46%.
Los datos de esta encuesta, que describen un perfil de usuario diverso, desmontan también la concepción de que el audiolibro es un recurso destinado para aquellas personas demasiado perezosas para leer un libro en formato físico o electrónico. "Para nada diría que los audiolibros son para personas gandules, al contrario. Creo que son personas con una sensibilidad determinada y creo que, en muchas ocasiones, son personas con más inquietud intelectual y literaria porque se van a preocupar en buscar ese audiolibro y escucharlo en situaciones que quizá la lectura es más complicada", defiende Iribarren.
La presencia del audiolibro, a juzgar por los datos de Audible, seguirá creciendo ya que el 73% de los encuestados creen que tiene futuro. Y eso no quiere decir que los libros en papel pasen a un segundo plano ya que el 88% cree que se pueden complementar y disfrutar al mismo tiempo.