El rey español que tuvo cuarenta hijos entre legítimos y bastardos
La mayoría no llegó a alcanzar la mayoría de edad.

A lo largo de la historia, muchos monarcas han pasado a la posteridad no solo por sus logros políticos y militares, sino también por su vida privada. Felipe IV de España es un claro ejemplo de ello. Apodado el Grande o el Rey Planeta, su reinado (1621-1665) fue uno de los más largos y turbulentos, marcado por guerras, crisis económicas y el esplendor del Siglo de Oro. Sin embargo, su legado no solo se encuentra en el campo de batalla o en la política, sino también en su impresionante número de descendientes.
Felipe IV es considerado el monarca español con más hijos documentados, más de 40 entre legítimos e ilegítimos . Su vida amorosa fue tan intensa como su reinado, con dos matrimonios y una infinidad de amantes que dieron lugar a una extensa descendencia. Aunque el número exacto de sus hijos sigue siendo motivo de debate, la historia ha registrado al menos 14 hijos legítimos y entre 15 y 30 bastardos, de los cuales solo dos fueron reconocidos oficialmente.
Su primera esposa fue Isabel de Borbón, con quien tuvo ocho hijos, aunque solo dos llegaron a la edad adulta. Tras la muerte de Isabel en 1644, el rey se casó con su sobrina, Mariana de Austria, con quien tuvo seis hijos, de los cuales solo uno, Carlos II, logró alcanzar la madurez y heredar el trono, aunque su frágil salud y la decadencia del imperio español marcarían su reinado.
Los hijos legítimos de Felipe IV
Con Isabel de Borbón:
- María Margarita (1621) – fallecida al nacer.
- Margarita María (1623) – fallecida al nacer.
- María Eugenia (1625-1627).
- Isabel (1627) – fallecida al nacer.
- Baltasar Carlos (1627-1646) – príncipe heredero, murió antes de llegar al trono.
- María Antonia (1635-1636).
- María Teresa (1638-1683) – futura reina consorte de Francia, esposa de Luis XIV.
Con Mariana de Austria:
- Margarita Teresa (1651-1673) – casada con el emperador Leopoldo I.
- María Ambrosia de la Concepción (1655) – fallecida a los pocos días.
- Felipe Próspero (1657-1661).
- Fernando Tomás Carlos (1658-1659).
- Carlos II (1661-1700) – último rey de la dinastía de los Austrias en España.
- Una hija nacida muerta (1662).
A pesar de estos numerosos descendientes legítimos, las tragedias marcaron la vida de Felipe IV, pues la gran mayoría de sus hijos murieron en la infancia, dejando al frágil y enfermizo Carlos II como su único heredero.
Los hijos ilegítimos de Felipe IV
El otro gran capítulo de la descendencia de Felipe IV se encuentra en sus relaciones extramatrimoniales. Su intensa vida amorosa le llevó a mantener aventuras con muchas mujeres, desde damas de la corte hasta actrices y sirvientas. De estas relaciones se calcula que nacieron entre 15 y 30 hijos bastardos, aunque solo dos fueron reconocidos oficialmente.
Uno de los más famosos fue Juan José de Austria (1629-1679), hijo de la actriz María Inés Calderón. A diferencia de otros hijos ilegítimos, Juan José fue legitimado en vida por el propio rey y llegó a desempeñar un papel clave en la política española, ejerciendo como gobernador en Nápoles y Cataluña, y finalmente como primer ministro de España.
El otro hijo reconocido, aunque de manera póstuma, fue Fernando Francisco Isidro de Austria (1626-1634), cuya madre fue Ana María Manrique. Murió en la infancia y fue aceptado como hijo del rey después de su fallecimiento.
Otros hijos ilegítimos de Felipe IV
- Alonso Henríquez de Santo Tomás (1631-1692) – monje dominico y obispo.
- Ana Margarita de Austria (1631-1658) – hija de Margarita del Escala.
- Alonso Antonio de San Martín (1636-1705) – eclesiástico y obispo de Oviedo.
- Carlos Fernando de Austria (1639-1696) – abad en Guadix, Granada.
- Juan Cossío (1640-1701) – religioso.
Un rey marcado por su vida amorosa
Felipe IV no solo fue un rey de guerras y crisis económicas, sino también un monarca cuya vida amorosa trascendió la historia. Se dice que su pasión por las mujeres era tan desbordante que su válido, el conde-duque de Olivares, le proporcionaba amantes cuando la reina estaba embarazada, con el fin de evitar riesgos para la salud de Isabel de Borbón.
Incluso, en sus últimos años, el rey mostró remordimientos por su comportamiento, consultando con confesores y adoptando una postura más religiosa. Sin embargo, el daño estaba hecho. Su obsesión por el placer dejó un legado de hijos ilegítimos y una corte donde la intriga y los favores se movían a través de la descendencia real.
El impacto en la historia de España
A pesar de haber tenido tantos hijos, el destino quiso que solo Carlos II sobreviviera para heredar el trono, y su frágil estado de salud llevó al declive final de la Casa de Austria en España. Su muerte sin descendencia en 1700 provocó la Guerra de Sucesión Española y marcó el inicio de la dinastía borbónica en el país.