El momento de la historia en la que la Armada Española fue la "Nasa del siglo XVIII"

El momento de la historia en la que la Armada Española fue la "Nasa del siglo XVIII"

Destacaron en la construcción naval, la cartografía, la astronomía y la medicina.

Soldados de la Armada española, a bordo de la fragata 'Álvaro de Bazán', en Ferrol (A Coruña).Raúl Lomba/Europa Press via Getty Images

En el siglo XVIII, la Armada Española destacó no solo por su capacidad militar, sino también por ser un referente de la ciencia y la tecnología, comparable a lo que representa la NASA en nuestros días. Este período, conocido como la "Marina Ilustrada", marcó una etapa dorada en la que la innovación científica y los avances técnicos se vieron reflejados en los barcos y misiones de la Armada. 

La construcción naval, la cartografía, la astronomía y la medicina se beneficiaron enormemente del talento y la visión de los marinos españoles, quienes no eran solo soldados, sino también científicos y exploradores. El médico militar e historiador Guillermo Nicieza, en sus obras Leones del Mar y Anclas y Bayonetas, describe cómo la Real Armada se convirtió en una institución única en su tiempo, fusionando conocimientos científicos y humanistas.

Según Nicieza, la construcción naval era la cúspide de la tecnología de la época, y el prestigio de una nación dependía de la calidad de sus navíos y del conocimiento de sus oficiales. España sobresalió en ambos aspectos, gracias a figuras como Jorge Juan, Alejandro Malaspina y Francisco Javier Balmis, quienes dejaron una huella imborrable en campos como la geografía, la astronomía y la salud pública.

Ciencia al servicio de la humanidad

Más allá de su renombre como potencia naval, la Armada Española del siglo XVIII fue una auténtica fuente de conocimiento científico. Mientras surcaban los océanos, los marinos españoles no solo exploraban nuevas tierras, sino que también realizaban valiosas observaciones geográficas, astronómicas y médicas. Sus descubrimientos, como la exploración de Alaska o la exitosa campaña de vacunación de Balmis, trascendieron las fronteras y beneficiaron a la humanidad.

Una institución humanista

También destacó por ser un reflejo del pensamiento ilustrado y humanista del siglo XVIII. Aunque gran parte de sus oficiales provenían de la nobleza, muchos hombres de clases humildes encontraron en la marina una oportunidad para prosperar y acceder a conocimientos técnicos y científicos. En los buques se enseñaban habilidades avanzadas, desde matemáticas hasta artesanía, y se ofrecía formación académica, lo que permitía a muchos marinos desempeñar roles importantes incluso después de abandonar el servicio.

Esta perspectiva humanista contribuyó a una disciplina basada más en el respeto que en el temor, lo que contrastaba con las prácticas más estrictas de otras armadas contemporáneas. Esto también se reflejó en anécdotas sorprendentes, como la historia de Ana María de Soto, una joven cordobesa que se disfrazó de hombre para alistarse y terminó ascendiendo al rango de sargento primero, demostrando que incluso en un mundo dominado por hombres, había espacio para el papel femenino.

Los desafíos externos y el mito de Trafalgar

A pesar de sus logros, la Armada Española tuvo que enfrentarse a constantes intentos por parte de Francia e Inglaterra de frenar su hegemonía naval. En este contexto, la narrativa de la derrota en Trafalgar se ha convertido en un mito que Nicieza y otros historiadores modernos han intentado desmontar. 

Aunque Trafalgar fue un golpe, no significó la destrucción total de la Armada, y muchos historiadores incluso lo califican como "una victoria pírrica británica". Además, la propaganda del siglo XIX y la falta de una reivindicación activa de la historia española han distorsionado los logros de esta época.

Su influencia en la actualidad

La influencia de la Real Armada no terminó con sus barcos y batallas sino que su impacto va mas allá en el conocimiento científico y la tradición naval. Los puertos y lugares que exploraron, desde Alaska hasta el Pacífico, llevan nombres que recuerdan la huella española en el mundo. Asimismo, las innovaciones tecnológicas y las expediciones científicas de la Armada marcaron un antes y un después en la historia universal, consolidándola como una de las instituciones más avanzadas y admiradas de su tiempo.

Actualmente, gracias a las obras de historiadores como Guillermo Nicieza, podemos acercarnos y comprender que, lejos de ser un recuerdo decadente, fue un periodo del que los españoles pueden sentirse profundamente orgullosos. 

Comentar:
comentar / ver comentarios