El militar vasco mutilado que humilló a todo el imperio británico cuando quiso invadir tierras españolas

El militar vasco mutilado que humilló a todo el imperio británico cuando quiso invadir tierras españolas

Era conocido como el "mediohombre"

Primer plano del monumento a Blas de Lezo en la Plaza de San Felipe en el Casco Antiguo, Cartagena, ColombiaGetty Images

Durante el siglo XVII, el Caribe se convirtió en un escenario de constantes ataques por parte de corsarios y piratas, que asaltaban embarcaciones españolas para robar sus cargamentos y comerciarlos ilegalmente. Para contrarrestar esta amenaza, la Corona española desplegó patrullas marítimas a lo largo de la región, con el fin de proteger sus rutas comerciales y detener el flujo de contrabando.

Uno de estos barcos era el guardacostas La Isabella, comandado por el capitán Julio León Fandiño. Durante una patrulla cerca de las costas de Florida, Fandiño interceptó al bergantín inglés Rebecca, comandado por el contrabandista Robert Jenkins. En un acto que determinaría el destino de ambos imperios, Jenkins fue apresado y castigado por el capitán español amputándole la oreja. 

El contrabandista inglés aprovechó el incidente para convertir su mutilación en un pretexto que avivó la campaña anti-española en el Parlamento británico, y en 1739, el rey Jorge II declaró formalmente la guerra. La misión inglesa era clara: asegurar puntos estratégicos en el Caribe y en América del Sur para expandir sus intereses comerciales y consolidar su control en el área.

El "mediohombre" y defensor de España

En el siglo XVIII, un hombre conocido como "Mediohombre" desafió con éxito al imponente ejército británico que intentó arrebatar a España sus territorios en el Caribe. Su nombre era Blas de Lezo, y su hazaña en Cartagena de Indias marcó uno de los capítulos más impactantes de la historia militar. 

Nacido en Pasajes, Guipúzcoa, en 1687, era un experimentado y mutilado militar que había perdido una pierna, un brazo y un ojo en múltiples combates previos. Su apodo, "Mediohombre," reflejaba su aspecto físico, pero también resaltaba su tenacidad. 

Desde joven, Lezo había demostrado un talento notable en el combate naval, participando en importantes batallas y, más tarde, liderando la defensa de las colonias españolas en el Caribe. Para cuando los británicos dirigieron su mirada hacia Cartagena de Indias, Lezo ya era un veterano respetado y temido, cuyas estrategias habían ganado el respeto de sus superiores y el temor de sus enemigos.

Estatua de Don Blas de Lezo de Cartagena, ColombiaGetty Images/iStockphoto

La llegada de la flota británica

El almirante Edward Vernon, con un ejército de más de 30,000 hombres y una flota de 186 naves, llegó a Cartagena de Indias en 1741 con el objetivo de apoderarse de la ciudad y proseguir hacia Perú. En una primera fase de la ofensiva, los británicos bombardearon el puerto de Portobelo, Panamá, el cual cayó rápidamente. Esto generó una ola de entusiasmo en Londres, donde celebraron prematuramente la victoria de Vernon. Sin embargo, su siguiente objetivo, Cartagena de Indias, no tuvo el mismo resultado.

A su llegada, Vernon se topó con una gran estrategia defensiva dirigida por Blas de Lezo. La ciudad contaba con dos accesos: el de Bocagrande y el de Bocachica, los cuales Lezo fortificó y hundió varias naves en el canal, ralentizando así el avance británico.

El castillo de San Felipe de Barajas

Vernon logró debilitar las defensas de Bocachica e ingresar a la bahía. Sin embargo, su mayor desafío lo esperaba en el castillo de San Felipe de Barajas, donde Blas de Lezo y sus tropas se refugiaron y continuaron su defensa. Con menos de 3,000 hombres y escasos recursos, Lezo empleó tácticas de guerrilla y un ingenioso uso de la fortificación.

Uno de los movimientos más inteligentes y clave fue que Lezo mandó cavar un foso alrededor de la muralla, lo que impidió que las escalas inglesas llegaran a las defensas. Esto desconcertó a las tropas inglesas, que perdieron cientos de hombres al intentar el asalto y se vieron obligadas a retroceder.

El Castillo de San Felipe de Barajas con muros empinados y almenas almenadasUniversal Images Group via Getty

La retirada británica

Vernon, tras semanas de combate, enfrentó la realidad: el clima, las enfermedades y la resistencia española habían mermado sus fuerzas, dejándolo sin opción más que ordenar la retirada el 8 de mayo de 1741. La retirada inglesa fue una derrota humillante. Más de 10,000 hombres murieron en el campo de batalla, y miles más cayeron víctimas de la malaria y las heridas, mientras que la flota sufrió enormes bajas y pérdidas materiales.

La noticia de esta derrota fue recibida con incredulidad en Inglaterra, donde la victoria en Cartagena se había celebrado antes de tiempo. Los ingleses llegaron incluso a acuñar medallas conmemorativas con la imagen de Blas de Lezo de rodillas ante Vernon; sin embargo, el almirante inglés había fracasado en uno de los ataques más costosos en la historia naval británica.

El legado de Blas de Lezo

Titania
Titania
Santander

Blas de Lezo fue un ejemplo de ingenio y valentía que defendió a su país pese a las adversidades. Aunque murió pocos meses después, su gran labor en Cartagena de Indias sigue siendo recordada como un símbolo de resistencia. La derrota inglesa en Cartagena puso fin a sus ambiciones en el Caribe y demostró que España aún tenía el poder para defender su posición en América.