El caso de Carlos Vermut o el velado 'Me Too' del cine español
Tres mujeres han denunciado al cineasta por violencia sexual en un reportaje publicado por 'El País', pero es uno de los pocos nombres que se conocen.
“Se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. No lo vi venir. Yo empecé a darle patadas. Estaba muy asustada”. Esta es solo una de las declaraciones de una de las tres mujeres que han acusado al cineasta Carlos Vermut de violencia sexual en un reportaje de El País publicado este viernes.
Otra de las víctimas explica que el director de Mantícora se le lanzó encima e incluso le arrancó el sujetador sin consentimiento tras abalanzarse para besarla y la tercera mujer ha relatado episodio en el que fue encerrada en su casa un día, después de recibir durante meses un 'trato denigrante, tanto verbal como físico', y un nivel de violencia que no consintió en las relaciones sexuales que mantuvieron.
Las denunciantes son una estudiante de cine, una empleada de una de sus producciones y una trabajadora del sector cultural, que habían mantenido relaciones con una violencia no consentida con el director, del que dicen que se aprovechó de su posición de poder para ejercerla. Todas ellas ponen de manifiesto hechos sucedidos entre 2014 y 2022 y han aportado además correos electrónicos, fotografías o conversaciones de WhatsApp para ratificar su versión.
Las tres coinciden en que no denunciaron los hechos anteriormente por miedo a perder sus empleos dentro de la industria cinematográfica y cultural o por no poder conseguir uno. El cineasta, por su parte, ha defendido su posición en El País: “He practicado sexo duro siempre de manera consentida, porque creo que es muy importante el consentimiento”.
“Otra cosa es que la persona en su casa después se sintiera mal y a lo mejor en el momento tuviese miedo a decirlo. Eso yo no lo puedo saber”, ha señalado el director ganador de la Concha de Oro por Magical Girl.
Tras la noticia, numerosos nombres como la exministra de Igualdad Irene Montero han mostrado su apoyo a las víctimas. "Respeto, cuidados y apoyo para las mujeres que rompen el silencio y dicen #SeAcabó. No estáis solas”, ha escrito en Twitter. También lo ha hecho la actriz Vicky Luengo: “Un abrazo y todo mi apoyo a estas tres mujeres. Gracias por la valentía”.
Por su parte la presidenta de la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales CIMA, Cristina Andreu, ha expresado en un comunicado su "apoyo a todas las mujeres que sufren acoso y que sientan que se vulneran sus derechos" y al mismo tiempo ha manifestado su preocupación por "el miedo de las víctimas a denunciar hechos ocurridos en el cine y el audiovisual".
También ha condenado las agresiones el sindicato de guionistas ALMA, quienes han recalcado que la responsabilidad "es de todos para erradicar estos comportamientos".
"En las relaciones de poder, quien ocupa la posición superior tiene la responsabilidad más clara de no abusar de las personas en posiciones más débiles. Esto vale para el sexo, para los derechos laborales y para la integridad física y moral de las personas", han señalado.
También se ha manifestado el productor Enrique Lavigne, que coprodujo a Vermut en su cinta Quien te cantará, quien ha recalcado que estas acusaciones “no se pueden ignorar” y que "ponen en solfa todo un sistema construido entorno a la ilusión por un mundo que no es real como el del cine, donde nada o casi nada es lo que parece".
"Ignorar que ha salido publicado no solo no es bueno, sino que es darle la espalda a una realidad que se ha materializado de manera salvaje para todos los que vivimos en ese mundo", ha agregado, aunque posteriormente ha borrado los dos tuits sobre el asunto que había publicado.
El caso del director marca un antes y un después en la industria audiovisual española. En España, donde a pesar del importante empuje que hubo con el Me Too en Hollywood en 2017 que se inició tras las denuncias al productor Harvey Weinstein y al que han seguido otros nombres como Bill Cosby, Gerard Depardieu, Kevin Spacey, las ya presentadas contra Roman Polanski, y al español Plácido Domingo —aunque fuera del audiovisual— no ha llegado a gestarse un movimiento de denuncias contra nombres concretos.
La de Vermut es de las pocas denuncias con nombres y apellidos que se han producido en el cine español, a excepción de la denuncia por acoso sexual de la actriz y cantante Jedet en la fiesta posterior a los premios Feroz 2023.
Entonces, se trató del productor Javier Pérez Santana, al que tras la denuncia de Jedet también acusaron otros como Itziar Ituño, quien dijo que le propuso un trío, Marc Ferré o Bob Pop, quien dijo que había tratado de besarle a la fuerza en varias ocasiones. Él entonces pensó que le había tocado la “cuota de borracho baboso” de todas las fiestas, pero la denuncia de Jedet puso sobre la mesa el caso de agresión sexual. Pérez Santana quedó en libertad con cargos tras declarar ante el juez.
Cantidad de denuncias de acoso sin nombres concretos
Lejos de esto, las declaraciones de actrices y directoras han dejado claro que hay y ha habido casos de abuso de poder y sexual dentro del cine español, pero no se les ha puesto nombres y apellidos. Maribel Verdú, por ejemplo, ha hablado en más de una ocasión del episodio que vivió siendo menor de edad y que denunció con el apoyo de sus padres.
"Me pasó que un director de producción cortó el rodaje, me dijo que fuera a su despacho y pasó algo muy fuerte. Salí con el corazón a mil, a por unos compañeros y les pedí que me acompañasen. Llegué con esos dos compañeros, que eran enormes, y le dije al productor que repitiera lo que había dicho antes. En ese momento, esa persona se quería morir porque estaban ellos delante”, señaló en una entrevista en Lo de Évole (laSexta), donde aseguró que esta no es la única situación que ha vivido.
También sin dar nombres y apellidos denunció en una entrevista con El País, Aitana Sánchez-Gijón, quien aseguró no haber sufrido ningún episodio “grave”, pero sí un “goteíto”. "Una vez, en un festival fuera, un director conocido me estuvo aporreando la puerta del hotel toda la noche y, al día siguiente, en el aeropuerto, me besó en la boca delante de todo el mundo, como para hacer ver: 'me la follé', como un trofeo. Y un actor francés, en Acapulco, me hizo exactamente lo mismo. Les tenía que haber dado un bofetón”, relató entonces.
Otro gran nombre de la industria que ha denunciado acoso sexual ha sido la actriz Ángela Molina, galardonada en 2021 con el Premio Goya de Honor. Lo hizo en una entrevista con El Mundo, eso sí recalcando que fue una situación más “cómica” que de terror: "Solo una vez. Pero fue más bien una situación cómica o de chiste. Yo era muy joven y un productor se abalanzó hacia mí en su despacho. Para llegar hasta mí tenia que saltar un sillón y no pudo. Acabó en el suelo y yo salí corriendo... La verdad es que parecía una escena de Billy Wilder".
Veterana también Marisa Paredes, quien aseguró en una entrevista con LOC de El Mundo que también vivió abuso de poder en la industria. Asegura que le dijeron "si te portas bien, yo hago de ti una súper protagonista" y señaló que "el poder abusa de su poder".
En el caso de la actriz Carla Hidalgo lo que le dijo un director, productor y actor español fue directamente una amenaza: “Si te vas y no te acuestas conmigo me voy a encargar de que no trabajes nunca más”. Se lo dijo después de que rechazara una propuesta sexual bajo la premisa "podemos dormir juntos, y te haré de todo”. La intérprete se lo contó a sus compañeros y coincidieron en que era el ‘modus operandi’ del cineasta. Desde entonces, no ha participado en producciones con el citado productor.
Un caso similar vivió la intérprete Ana Gracia a quien un director “invitó a su despacho y cerró la puerta con llave” además de acosarla sexualmente durante un rodaje”. “En otra ocasión durante el rodaje se me tiró encima pegando su cuerpo al mío de forma descaradamente obscena y tuve que darle un golpe con los codos”, señaló y recordó que dejó de acosarla a ella para centrarse en la actriz protagonista de la cinta.
Más violento aún fue el caso de Yvonne Blake que, en una entrevista con El HuffPost, detalló que un productor la había violado cuando tenía 24 años: “En una película inglesa con un productor americano que me violó. Yo tenía 24 años. Fue una experiencia muy indeseada y muy horrible. Además, él era una persona famosa y yo tenía miedo. Yo no podía decir nada a nadie. Fue horroroso. En esos años me daba vergüenza hablar sobre esto, solo a mi más íntima amiga le hablé de ello”.
La intérprete Maru Valdivieso también relató en una entrevista con ABC que el autor de un libro que iba a adaptar cinematográficamente la acosó sexualmente y la obligó a desnudarse para saber si “era la adecuada para el casting”. “Logré zafarme solo cuando me arrancó la promesa de que nos veríamos en mejores circunstancias. Insistió durante años y, cada vez que lo veía, yo me ponía fatal. Un día verbalizó su acoso delante de todo el mundo en un rodaje, y un compañero me ayudó, entendió por lo que estaba pasando”, detalló.
A esta lista se sumó también Leticia Dolera, que lo relató en primera persona en un artículo de eldiario.es, aunque tampoco dio el nombre del director que le tocó el pecho continuamente durante una fiesta cuando tenía 18 años. “Esta segunda vez le aparto la mano, que se había quedado pegada a mi teta. Insisto, tengo 18 años, él tendrá más de 40. No tengo recursos para situaciones como esta y no soy especialmente tirada 'palante”, explicó en su relato, donde recordó que este no ha sido el único episodio de acoso sexual y que vivió otro con un actor durante un rodaje en Francia.
La historia se repite en casos como el que contó Verónica Echegui en El Mundo: “Siendo muy jovencita, me tocó el culo un productor y yo reaccioné, por suerte, llena de ira. Le grité delante de todo el mundo, le puse verde y no se atrevió a volver a mirarme a la cara”.
Pero no solo entre actrices o directoras ha habido acoso sexual en la industria del cine. El pasado mes de diciembre la periodista española Ruth Baza denunció al francés Gerard Depardieu por abuso sexual cuando ella tenía 23 años y le entrevistaba para la revista Cinemanía. Según detalló, el actor —que acumula 13 denuncias por acoso sexual— la besó a la fuerza en la cara y el cuello y la penetró con los dedos a través de la ropa.
¿Podría darse un caso Harvey Weinstein español?
A pesar de las denuncias, no ha llegado a haber un movimiento importante dentro de la industria del cine como sucedió con el #SeAcabó impulsado por las futbolistas de la Selección Española de Fútbol tras el caso Rubiales. Ni tampoco hay una gran figura denunciada como depredador sexual como se hizo en Hollywood con Harvey Weinstein. De hecho, a pesar del caso de Vermut o el de Pérez Santana, la tónica general suele ser silencio o denuncias veladas en las que no se acusa a una persona concreta.
De hecho, Sánchez-Gijón aseguró en una entrevista publicada el pasado mes de noviembre en Europa Press que “lo que falta en España es un Weinstein” para que hubiera un movimiento de denuncia tan amplio. “Creo que no tenemos un ser tan monstruoso en nuestra industria”, añadió.
Con ello bromeaba incluso Julián López en la gala de los Premios Feroz 2018, marcada por el escándalo que sacudió la industria del cine de EEUU, donde dijo que los acosadores sexuales del cine español eran “el secreto mejor guardado de la industria”. “Me encantaría saber quién se está poniendo nervioso ahora mismo”, bromeó ante la cara casi impasible de los asistentes y aplausos incómodos.
Esto se debe en gran parte al sentimiento de culpa, el miedo al rechazo en la industria y las posibles represalias que se puedan tomar por productores o cineastas. Pero no es algo que ocurra exclusivamente delante o detrás de las cámaras. Según datos del estudio Acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España elaborado por CCOO junto con la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en 2021, el 72% de las víctimas de acoso sexual en el ámbito laboral, donde se enmarcarían las relaciones en la industria del cine, no lo denuncian.
Además, las propias actrices que han denunciado acoso han asegurado que no se habla por el clima que se vive en el sector. Coixet lo abordó en su documental Techo amarillo, en ese caso contra un profesor de teatro. “Mi documental explica que cómo vamos a pedir a la gente que denuncie, cuando luego se te desprestigia cuando te echan en cara que justifiques tus conductas”, señaló a El País.
Para María Zamora, productora de Alcarràs, el movimiento estadounidense contra Weinstein no se ha reflejado en España. “En nuestra industria, el Me Too estadounidense no ha tenido ninguna repercusión. No hemos llegado más allá de preguntarnos por qué no hay un Me Too español. Siguen los miedos a que te digan que exageras, que ya sabes cómo es, que es que va borracho y excusas similares”, detalló a también en el mismo reportaje del citado medio.
Lo mismo señaló Maribel Verdú en una entrevista con Vanity Fair el pasado 24 de enero: “¿Los Weinstein del cine español? Imagino que era gente poderosa que te daba trabajo o te vetaba. Cuando me pasó a mí, con un actor internacional muy importante, hice lo que tenía que hacer: ir a juicio”.
Ante lo que se esconde bajo la alfombra o no se nombra específicamente, las asociaciones como la Unión de Actores y Actrices cuentan con una Secretaría de Igualdad mediante la que pretenden acabar con la discriminación.
CIMA ha señalado este viernes que está trabajando en medidas como la creación de protocolos y la inclusión de cláusulas específicas contra el acoso sexual en los contratos laborales y ofrece su soporte a las víctimas.
"La cultura en general y el sector audiovisual en particular deben liderar el mandato de defensa social de los derechos de las mujeres", señala CIMA, que hace un llamamiento a los profesionales para "seguir los pasos precisos para que este cambio ocurra tan pronto como sea posible".
Del mismo modo, tras el caso de acoso sexual de los premios Feroz en 2023, la Academia de Cine elaboró un protocolo antiacoso para la gala de los premios Goya. A pesar de esto, fuera de los grandes eventos y en el ámbito de reuniones más privadas, como las que han denunciado las actrices, el silencio sigue imperando.