El bonito gesto que todos haremos estas Navidades y heredamos de los griegos y los romanos
Simboliza buenos deseos, gratitud y la alegría de compartir.
La Navidad es una época de unión, celebración y tradiciones que han pasado de generación en generación. Entre las muchas costumbres que llenan estas fechas de significado, el brindis destaca como un gesto que simboliza buenos deseos, gratitud y la alegría de compartir. Levantar una copa en honor de quienes nos acompañan no es solo una práctica moderna, sino una tradición con miles de años de historia que se remonta a las antiguas civilizaciones de Grecia y Roma.
El origen del brindis tuvo lugar en los simposios griegos, exclusivos banquetes de las clases altas en los que se ofrecía vino a los dioses como muestra de respeto. Estos rituales, conocidos como libaciones, consistían en derramar parte de la bebida sobre el suelo o un altar antes de beber, un acto que combinaba espiritualidad y celebración.
Los romanos heredaron esta costumbre y la adaptaron a su cultura, otorgándole un propósito práctico. En un tiempo en que el envenenamiento era un método común para eliminar enemigos, el acto de brindar servía como una garantía de seguridad ya que se mezclaba un poco de vino entre las copas para demostrar que la bebida no estaba adulterada. El anfitrión era el primero en beber, demostrando que la bebida era segura para todos.
Además de esta función protectora, el brindis se convierte en un símbolo de lealtad y respeto. Durante los banquetes romanos, los invitados levantaban sus copas en honor a emperadores y líderes militares, consolidando su uso como una práctica ceremonial.
De la Edad Media a la modernidad
Con el paso del tiempo, los brindis adquirieron nuevas connotaciones culturales. En la Edad Media, se creía que el sonido de las copas al chocar alejaba a los espíritus malignos, lo que añadía un elemento místico a la tradición. Este período también consolidó el brindis como una demostración de alianza política y social.
En el siglo XVI, la palabra "brindis" se popularizó gracias a las tropas del Sacro Imperio Romano Germánico de Carlos I de España y V de Alemania. Tras tomar Roma en 1527, exclamaron “bring dir's” al levantar sus copas, un término que derivó en el español "brindis". Durante el mismo período, en Inglaterra y Francia surgió la costumbre de sumergir pan en vino, una práctica que dio origen al término inglés “toast” para referirse a los brindis.
Tradiciones internacionales
Aunque el brindis es una costumbre universal, cada cultura lo celebra a su manera. En España e Italia, es imprescindible mirar a los ojos al brindar, y hacerlo con una bebida no alcohólica se considera que da mala suerte. En Alemania y Francia, se valora el contacto visual y se evita cruzar copas al brindar. En China, el brindis está profundamente asociado a las negociaciones y siempre se honra primero a los mayores.
Algunas son tradiciones particularmente curiosas. En Hungría, brindar estuvo prohibido durante más de 150 años, ya que recordaba las celebraciones austriacas tras la derrota húngara en 1848. En Suecia, los brindis vikingos incluyeron un contacto visual intenso para garantizar que los asistentes no se atacaran entre sí, una costumbre que aún persiste como señal de respeto.