Beatriz Luengo, sobre el Benidorm Fest: "Por querer ser tan empática, tan amable y tan querida fue un caos"

Beatriz Luengo, sobre el Benidorm Fest: "Por querer ser tan empática, tan amable y tan querida fue un caos"

La cantante y actriz presenta 'Hasta que se acaben las canciones' (Planeta).

Beatriz Luengo en una imagen promocional.Cortesía de Planeta.

Por mucho que a Beatriz Luengo le separen casi 8.000 km de su Madrid natal, asegura que en estos 12 años no lo ha olvidado. Este año la cantante ha sido jurado del Benidorm Fest, sin poder evitar la polémica que cada año acompaña el veredicto del jurado, ha participado en Baila como puedas (TVE) y ahora, se resarce de ese "Madrid de las afueras" con Hasta que se acaben las canciones (Planeta) su primera novela y su segundo libro, con el que aborda una relación interracial y una trama marcada por una herencia que recibe un gato.

Para documentarlo, ha recibido asesoramiento de un abogado y ha tomado inspiración de un caso real de "una mujer en España a principios de 1900, que lo quiso dejar todo a su perro". Con la escritura, Luengo asegura que ha ido incrementando su capacidad creativa con la que se dio a conocer a principios de los 2000 gracias al baile y ese personaje de Lola en UPA Dance.

Su amplia y multifacética carrera musical y escénica la han llevado a ganar dos Grammy Latino junto a su pareja, Yotuel Romero, gracias al tema Patria y vida, himno de los manifestantes cubanos. 

"Siento que me he pasado la vida que lo que me ha hecho feliz era tener mi libertad, no es tocar las narices a nadie, pero necesito que mi libertad sea la base fundamental de mi carrera, después la libertad de los demás porque yo ya conseguí la mía", añade a El HuffPost.

Después de El despertar de las musas, ¿qué querías contar con Hasta que se acaben las canciones?

El primer libro eran 12 historias de mujeres del pasado que siento que no estaban reivindicadas o no se tenía conocimiento popular de ellas, son como 12 novelas al final. La historia de cada una reescrita, desde la ficción, desde mi lado, imaginándome cómo vivieron. Como que tenía la necesidad de hacer una novela del principio al fin. Porque es verdad que cuando te has enamorado de todos los personajes, tenías que volver a empezar con una historia nueva. Es verdad que me encantan los libros de Jorge Bucay, que son como pequeños cuentos, y agradezco mucho ese tipo de libros con relatos cortos, pero sobre todo leo novela.

Me apetecía mucho contar una historia que tuviera su principio y su fin. Empecé primero con una relación interracial, que es algo que conozco muy bien. El validar mi cultura, también el venir de fuera, mi chico en este caso, del Caribe y todo lo que me ha aportado a mí ese encuentro de nosotros dos y cómo nos ha enriquecido. 

En ese proceso, de repente leo una noticia maravillosa de que la primera persona en el mundo que hizo un colchón legal de intentar dejar toda la herencia a un animal fue una mujer en España a principios de 1900, que lo quiso dejar todo a su perro. Eso me llevó a pensar en el nivel de soledad que tendría que haber llevado esa mujer para no haber encontrado a nadie de su familia ni de su alrededor para que nadie se llevase nada de su patrimonio y luchara tan fuerte en sus últimos años para que todo se lo quedara su perro.

En EEUU es muy normal que los animales entren dentro de las herencias como elementos con derechos, es decir, pueden heredar, o le dices a alguien que hereda un piso, pero no puede deshacerse de un perro porque es su casa y le exiges que se quede hasta el final. Aquí hasta esta ley de bienestar animal era complicado, pero ahora se vislumbra el camino para poder tener en consideración a los animales dentro de las herencias. Hay 14 millones de mascotas en los hogares y siete millones de niños en los hogares. Esto nos hace ver que por diferentes razones están creciendo la tendencia de que la gente tenga mascotas y que al final ocupen ese lugar de sentirse acompañados contra la soledad. 

Me parecía interesante generar una novela sobre algo que va a pasar en cualquier momento, que es alguien con una fortuna muy grande que va a querer dejárselo todo a su mascota. Ya ha pasado en el norte de Europa, en EEUU... El caso más famoso es la gata de Karl Lagerfeld, que me he leído todo sobre ella para esta novela.

Pienso que el arte tiene como misión ponernos a pensar y estoy creando una ficción y al final es algo que está pasando, dentro de los márgenes legales, porque es algo que está pasando y me he estado orientando con un abogado sobre lo que sí y lo que no. Dentro de que la historia es divertida y tiene partes que parecen inverosímiles, la historia y los códigos son reales, las leyes son diferentes en la Comunidad de Madrid y demás. Me parecía interesante pensar que de la manera que lo plantearon se podría conseguir.

¿Qué referencias tomaste para recrear esos escenarios del Chocó colombiano?

Estoy enamorada de España. Allá donde voy, digo que no existe lugar más bonito como nuestro país. Pero mi segundo amor es Latinoamérica y es esa Latinoamérica, la del campo, la salvaje, la selva, la animal... La naturaleza allí tiene un color especial, tiras una semilla de una fruta y crece un árbol gigante. Tienen un clima y una manera de cuidar la naturaleza... Sobre todo en el Caribe. Tiene mucho de los campos de Cuba, pero también de Nicaragua, de la parte del Amazonas de Brasil, pero sobre todo del Pacífico colombiano, del Chocó, de la que he tenido que documentarme mucho porque es una de las zonas más desconocidas por la guerrilla, porque no hay tanto acceso para el turismo, pero es una zona espectacular. Precisamente esa zona es muy especial porque son los indígenas con los africanos que llegaron y unieron su manera de hablar, sus religiones, su manera de comer, de vestirse...

Me parecía muy especial llegar a esas personas que parece que están aisladas del mundo y chocarlo con una capital. He hecho mucha investigación, a pesar de que he estado ahí en el Chocó y en Nuquí, me he empapado mucho en el idioma de los indígenas, el trabajo de las yerberas que me parece precioso y tiene mucho que ver con el mundo vegano de hoy, cómo se curan a través de las plantas, la minería artesanal, el cuidado de la naturaleza... Allí tienen el problema con la minería industrial y los indígenas están muy tristes porque siempre han trabajado con la naturaleza: la tierra les daba el oro y ellos recibían ese valor espiritual de que tenían que cuidarla. Quería darle voz a estas personas tan especiales.

El personaje de Luciana aborda la problemática del racismo, pero también clasismo, que sigue presente en España, ¿se dan cada vez más estas situaciones en lugar de avanzar?

Imagínate, yo vivo en EEUU, donde el racismo está más fuerte que nunca, los latinos somos tercer nivel. Desafortunadamente, hoy en día las apariencias dicen mucho y la gente te pone como un muro y no hay nada más. Esta novela para mí es un llamado a que dejes entrar a la gente. Conforme lees la novela te das cuenta de que la mujer de clase alta, mayor, de Madrid de una familia de ocho generaciones que muere en el capítulo uno, te dice que esta chica del Chocó, de otra generación, con otra cultura, con otra piel y de una tierra lejana se parece mucho más a ella por valores, principios, su amor por los animales, que mucha gente que le rodea.

Hoy en día mucho más, con las aplicaciones de citas, de redes, te das cuenta que conectas con gente que no tiene que ser por una cercanía geográfica, puede estar lejos y tener una conexión de algo mucho más profundo. Tenemos cada vez más claro que tenemos que expandirnos más, que somos más del mundo y a la vez, hay una tendencia a un individualismo más depredador, de decir lo mío es lo que vale y lo demás no vale tanto. Ahí es donde quería llegar con los personajes, a demostrar que lo que nos une es mucho más de lo que está por fuera.

Llevas ya 12 años en Miami, ¿echas de menos España?

Desde que ha empezado el año he estado más aquí que allí, con Baila como puedas, el Benidorm Fest y demás. Siempre extraño España, por eso en la novela ese amor por Madrid de las afueras, que para mí ir a Rascafría los fines de semana en verano era como ir a la playa. Siempre hace mucho bien viajar a un lugar que te permite contar cosas tan bonitas. Me encantaría regresar, la verdad. Siempre lo pienso, pero por un lado estoy muy agradecida de todo lo que me ha pasado en Miami. Me siento una privilegiada, pero se extraña el país de una.

"Siempre he creído que la música es un transformador social y se me ha tomado un poco por loca"

¿Cómo vivisteis Yotuel y tú que Patria y vida fuera todo un himno para los manifestantes cubanos?

Es un orgullo, sobre todo para Yotuel pero también para mí. Mucha gente nos ha preguntado “¿cómo hacéis una canción que levanta a un país?" Si lo intentas de una manera consciente, te sale una demagogia de algo, creo que fue después de muchos años trabajando sin recibir nada, porque Yotuel lleva muchos años haciendo canciones a Cuba como una especie de beside de Orishas para no perder la voz de su pueblo e insistía a las plataformas, que decían que no importaba lo que pasaba en Cuba. 

Yo soy una persona reivindicativa y siempre he creído que la música es un transformador social y se me ha tomado un poco por loca. Al final me niego a pensar que hay que hacer lo que está establecido y lo que simplemente marca el algoritmo con los ojos cerrados. Al final va a venir la inteligencia artificial y va a hacer el trabajo por nosotros. El foco para mí era cómo yo a través de mi trabajo podía generar algo que nos llevara a un debate social o a una voz que sintiese que no se estaba escuchando. Siempre me ha hecho muy feliz.

Ha sido mi premio sin saber todavía qué iba a pasar, que con mi música, con mi cuerpo cuando empecé con UPA Dance, conseguir algo. Cuando empecé a principios de los 2000 si no tenías el pecho operado no eras nada, a mí me daba tanta rabia eso que usaba ropa interior sin rellenos y para mí mi pecho era lo que yo sentía que era lo más bonito de mí. Tampoco bailaba con zapatillas de bailar, no era menos bailarina por eso. Sentía que tenía que ganar esa estatura que no tenía para empoderarme y aprendí a bailar desde muy niña con esas botas. Fui contracorriente porque me escribieron hasta asociaciones de bailarines a decirme que era menos bailarina aunque tuviera la carrera de danza clásica porque bailaba con esos zapatos.

Siento que me he pasado la vida que lo que me ha hecho feliz era tener mi libertad, no es tocar las narices a nadie, pero necesito que mi libertad sea la base fundamental de mi carrera, después la libertad de los demás porque yo ya conseguí la mía. Camino con una sensación de libertad tan profunda que pasado el tiempo veo el libro de las musas que veo que hay mujeres que no han sido reivindicadas y llegamos a la edición 14. Hacemos Patria y vida para reivindicar la voz de los cubanos y le ganamos el Grammy Latino a Bad Bunny a Mejor canción del año en 2021, nos recibieron en la Casa Blanca, la letra está inscrita junto al discurso de Martin Luther-King, se hizo viral en TikTok. Ahora cuando hay una injusticia social en Ucrania u otros países ponen el hashtag Patria y vida, se ha creado para la injusticia social. Siento que al final si persigues algo en lo que crees, vas por el buen camino.

Mi chico dice una cosa muy bonita: “Tienes una misión y cuando la encuentras, todo el mundo gira sobre que te des cuenta de que ese era el lugar donde tenías que estar”. Estoy en el lugar en el que la vida me ha traído y donde debía estar.

Con una trayectoria tan amplia y esos inicios con la música urbana, ¿cómo ves que ahora lo que tú hacías a principios de los 2000 esté triunfando tanto?

Me siento orgullosa porque yo sé que lo hacía hace 20 años, otra cosa es que hay algunas que lo dicen otras que no. Yo siempre hablaba de mis referentes, cuando empecé a chantear siempre hablaba de la Mala Rodríguez, si me comparaban decía que era mi referente, la primera vez que escuché Lujo ibérico me cambió la vida, yo a ella la he estudiado como el que estudia a Mozart. Todas las personas que me han inspirado, he tratado de llevarlas y empoderarlas porque me han llevado a esto.

Cuando estuve en Late Motiv con Buenafuente en 2019 con los flamencos tocando las palmas, Rosalía me escribió poniéndome “diosa” o “jefa”. Rosalía es una mujer maravillosa, que siempre siento que tiene la capacidad y la humildad de decirte algo bonito y de empoderarte, pero veo a otras que claramente usan ropa de UPA y referencias que se han hecho ya, no solo mías, y prefieren decir que su inspiración son artistas americanas. Yo nunca he visto a Beyoncé con unas botas de pelo ni como las que llevaba en UPA. Simplemente me parece que cada uno maneja su carrera como considera, esto es una carrera de fondo no de velocidad, así que el karma existe, como mi gata.

"Cuando empecé a principios de los 2000 si no tenías el pecho operado no eras nada, a mí me daba tanta rabia eso que usaba ropa interior sin rellenos"
Beatriz Luengo con su libro 'Hasta que se acaben las canciones'.Cortesía de Planeta.

Habéis vuelto con UPA Next en Atresplayer en este boom de nostalgia millenial, ¿sientes ese papel como una carga o lo abrazas?

He pasado por etapas, la verdad. Entiendo a cuando salen las personas de OT y parece que se esconden porque están buscando su identidad y no les gusta que les relacionen, le ha pasado a muchas personas como a Demi Lovato Miley Cyrus o a mí. Son personas que vienen de fenómenos tan gigantes de repente y a edades muy tempranas. Es lo que todo el mundo espera de ti. Tienes que destruir ese personaje para moverte hacia un lugar donde no se espere tanto y conseguir cierta seguridad porque al empezar tienes tanto miedo a lo que se espera de ti que no lo puedes sostener.

Todo esto lo he aprendido con el tiempo, las lecturas, conversaciones con personas que me han ayudado a entender. Al principio me faltaban muchas herramientas. Sales de ahí, la serie no sigue no por tu culpa, y todo lo que hagas es pequeño en comparación con ella. De repente tú estás intentando plasmar tu identidad y la gente te lo tira pidiendo algo mejor y diciéndote que nunca vas a ser algo. El único recurso humano que te queda es destruir para reconstruir. Cuando estás conforme con quien eres, te vuelves a construir en el mismo sitio en el que estabas. Toca mirar atrás, mirar a tu niña del pasado y decirle “hola, te abrazo, gracias por estar aquí, ¿por qué no caminamos juntas”.

Fuiste portavoz del jurado del Benidorm Fest, con muchos momentos de tensión, ¿cómo te enfrentaste a este papel conociendo además las situaciones que se habían vivido años anteriores? ¿Te dio miedo?

Al principio no. Fue curioso porque dije que sí y yo había sido jurado de Eurovisión en Francia dos años, ya había vivido la experiencia. Los eurofans siempre me han tratado muy bien, siempre me han dicho eso de “Beatriz a Eurovisión”. Les gustaba el baile, pelo, etc. Me he sentido siempre tan querida que pensaba que me iba a encantar tanto como eurofan como profesional de la industria en mi país, hacer esa labor por mi país que ya había hecho en Francia. Pero cuando lo comenté con compañeros me decían “¿estás loca? ¿Al Benidorm Fest?".

Pero como soy un poco kamikaze, quería vivir las experiencias yo. Me puse un lookazo para que los eurofans me vieran superguapa, llegué antes de las galas y les decía aunque no se veía “amores, estoy aquí por vosotros, quiero que me dejéis saber vuestra opinión, estoy para escucharos”. Esa parte no se contó y me jugó en contra.

Lo que me pasó fue eso que por querer ser tan empática, tan amable y tan querida, fue un caos. Creo que el propio público que estaba allí, lo que pasó en la segunda gala, que fue esa tremenda, nosotros votábamos, a mí me llevaba el cómputo de ocho personas y solamente leía. En algún momento no estaban de acuerdo con algo, a lo mejor tendría que haber agachado la cabeza y seguir como si no pasara nada. Pero en un momento pensé “voy a dirigirme a ellos y vamos a hablar”. 

Les dije que los respetaba un montón, que habían levantado ese festival, que también soy muy intensa, pero el público ahí no me oía porque no tenían el audio nuestro, solo lo que pasaba en el escenario. Al no escucharme, pensaron que les estaba regañando, cuando yo le decía que quería escucharos. Ese momento lo salvé con un “me vais a asustar al armenio y a la sueca”. Me lo tomé bien, pero es verdad que mi familia en casa nunca me había visto en una situación así un poco convulsa.

Es muy intenso el Benidorm y creo que tienen que ser jurado personas que no empaticen tanto. Me hice un meme que me santiguaba tal, pero no me dolía tanto lo que me dijeran a mí o al jurado porque sabía que era la dinámica como la sensación tan dura que sentí de tener que dar una noticia no tan positiva para gente que llevaba tanto tiempo preparándose. Allí conoces a los coreógrafos, escenógrafos, bailarines, productores... Te toca decirle que no pasan a la siguiente y es duro. He sido jurado de OT, pero lo viví muy fuerte aquí.

Agradezco mucho la oportunidad que me dio TVE y el amor de los eurofans, que al día siguiente, en la final, ya estábamos on fire, de fiesta y demás, con toda la ilusión.

¿Cómo ves a Nebulossa y Zorra en Malmö?

Cuando llegamos allí, la sensación general: el directo, las redes, la gente, la calle... Era que la gente tenía toda la ilusión. Nosotros desde el jurado dimos empate a Zorra con St. Pedro y nos pareció interesante por plasmar que es España quien debe decidir quién va. Fue un empate técnico sin querer, pero me pareció muy interesante que la gente decida quién va y desde el jurado alabamos dos opciones tan diferentes.

Les deseo muchísima suerte, ellos dos son muy dulces en las distancias cortas y son como dos muñequitos que dan ganas de abrazar porque son muy dulces, que hablan de sus hijos, de cómo ha afectado esto al cole y demás. Al final, la gente ve una polémica, pero yo veo a dos personas que no pensaron nunca que podía pasarles esto y les está pasando y no se lo pueden creer. Les deseo muchísima suerte y que les vaya muy bien. Les tengo mucha fe.

Volviendo al libro, hay un diálogo en el que dicen que “eres la música que escuchas”, ¿qué música es Beatriz Luengo?

Me gusta sentirme en la libertad de que cada día puedo ser una persona diferente dentro de mi esencia y mis valores. Por ejemplo, a nivel estético me gusta la moda y sentirme cómoda con un chándal y unos aros grandes y otro día con una chaqueta negra. Soy muy ecléctica, tengo tantas cosas que me inspiran y me entusiasman que pienso que Spotify y el algoritmo no me pillan.

En este momento estoy muy conectada con Billie Eilish la verdad. Este fin de semana pasado el Coachella me trajo de vuelta a Lana del Rey que es una de las artistas que más me gustan. En este momento estoy en este punto. A Lana del Rey la quemé y con Billie el otro día pensé “cómo he podido dejar de escucharla”.

  Beatriz Luengo en una imagen promocional.Cortesía de Planeta.

¿Cómo te enfrentas al folio en blanco a la hora de componer y de escribir un libro?

En la música tienes más herramientas, puedes empezar una canción a raíz de una frase y al resto de los compositores no les entra igual, entonces cambias a los acordes con una guitarra, y te das cuenta que no, que es algo más urbano y que empiece con un beat. La música lo que tienes muchos más elementos desde los que empezar. La escritura solo tiene el folio y las palabras, pero me siento tan bendecida de fluir como una puerta que se abre, me pasó también con Las musas, todo el rato quiero ver adonde me va a llevar que no me he enfrentado a esa sensación de abismo. 

Con el libro solo pasó un momento que por el abogado que me asesoraba me dijo que no era verosímil. En ese momento sí te bloqueas porque tienes que redirigir algo cuando lo tienes estructurado. Tengo la sensación de que he hecho muchos años un ejercicio diario de abrir una pista y estar encerrada en una rima, tres minutos, que coincida el estribillo el principio y el final. Estás muy limitado para contar una historia.

Para mí los libros son quitarte una mochila, como fluir de tanto encierro. Para mí ha sido maravilloso. Todo es una evolución. Al principio de mi carrera lo contaba con el cuerpo porque no estaba preparada para expresarlo con palabras porque tenía una inseguridad por la edad, encontré en la música y esas canciones de tres minutos una voz y una manera de reivindicarme y decir algo y de ahí pasé a 12 historias, después una novela. Creo que es una evolución porque cada vez tengo más herramientas. La creatividad es como todo, si trabajas todos los días, algo te sale aunque sea una línea. Puede que escribas una sola línea que te sirve o un personaje que se quede de todo lo que hagas, pero algo sirve. La clave es no parar de escribir.

"Se aúpan artistas que se consumen de manera involuntaria y perdemos la capacidad de búsqueda"

Como persona que ha trabajado en la composición, producción y como artista, ¿crees que los singles están matando al concepto de disco?

En cuanto al vinilo es una cuestión de consumo. El CD los coches no tienen ya ni reproductores, nadie tiene cómo ponerlo. El otro día en Billboard escuché una charla de consumo y dicen que el vinilo va hacia arriba, cada vez se venden más aparatos reproductores y cada vez hay más. Para mí es una buena noticia porque igual que una película dura un tiempo, la música en un disco, que es la etapa de la vida de una persona que te quiere contar algo —por ejemplo, Rosalía en El Mal Querer— necesita de un tiempo para pasar por todo. Tres minutos en una canción no sería Rosalía. Tiene que pasar ese tiempo para aunarlo todo y el vinilo salva esa historia.

En el universo Spotify te conviertes en un consumidor de canciones. Quien marca la época es el algoritmo, va a llegar un momento en el que vamos a tener que crear el nuestro propio, tenemos más capacidades de ser independientes y decidir lo que queremos consumir. Pero nos pasamos el día escuchando canciones que no elegimos escuchar. Hacemos escuchas involuntarias, no porque lo buscaste. Antes te comprabas un disco, por ejemplo, de Héroes del Silencio y ellos vendían x discos y ponías la tele y te ponían el anuncio de Zumosol. Imagínate que el anuncio pasaba 100 veces al día, imagina que te dijera la industria, que triunfa más el anuncio de Zumosol que el disco de Héroes del Silencio. No es así.

Tiene que llegar un momento y va a llegar en la industria, en el que se separe el consumo por búsqueda del consumo involuntario. Lo que está pasando es que la gente se vuelve consumidora de las playlist y todo lo que entra ahí se vuelve un hit, pero es involuntario. Se aúpan artistas que se consumen de manera involuntaria y perdemos la capacidad de búsqueda. Lo que consumes involuntario llega a las plataformas de una forma no democrática, como el anuncio de Zumosol, a través de alguien que genera por una campaña que eso esté ahí. 

Como no se habla lo suficiente de esto, vamos a ciegos a los streaming que tiene una canción que la escuchas en TikTok y no sabes quién es la persona. Eres parte de esos 4.000.000 aunque ni sepas el artista porque lo consumes de forma involuntaria. Es como cuando salió internet, que se le pusieron puertas al campo, con el streaming pasará igual, que se le pondrá su lugar a esos artistas que simplemente por un boca a boca o porque la gente lo ha querido compartir va a estar en otro campo que el artista al que hemos querido buscar y consumir. Porque eso también lo influencian cosas como que si eliges una canción determinada en TikTok tu vídeo se posiciona mejor.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es