Giro inesperado del creador de la ginebra Puerto de Indias por un asombroso experimento con 600 botellas de anís

Giro inesperado del creador de la ginebra Puerto de Indias por un asombroso experimento con 600 botellas de anís

José Antonio Rodríguez apuesta ahora por la producción de una edición limitada envejecida en barrica de roble que busca revivir el estatus de un destilado clásico.

Estantería de supermercado en el pasillo de las bebidas alcohólicas.Phawat Wichainarong

El empresario José Antonio Rodríguez, socio fundador de Puerto de Indias, una empresa sevillana afincada en Carmona que revolucionó el mercado de la ginebra en España con la producción de una variante de la bebida alcohólica con sabor a fresa, ha decidido a sus 63 años posponer su retiro con un nuevo proyecto. "Podría haberme jubilado, pero arriesgar es parte de lo que soy. Me gusta ver qué más puedo lograr", explica a La Voz de Almería.

Después de vender en 2018 su participación en Puerto de Indias al fondo estadounidense HIG, por 110 millones de euros, Rodríguez decidió volver a probar suerte en el sector en el que había logrado tanto éxito con la fundación de Andalusí Beverages, una empresa con la que busca devolver protagonismo a bebidas tradicionales, explorando nuevos sabores.

Además, Andalusí Beverages también se ha convertido en un negocio familiar ya que sus tres hijos, Basilio, Elena y José Antonio, desempeñan roles fundamentales en la empresa. Cada uno, con una función clave: Basilio lidera el área comercial y de marketing; Elena se encarga de las compras y la gestión laboral; José Antonio supervisa la producción y el desarrollo de nuevos productos. "Son la primera generación, aunque haya sido yo quien comenzó todo. Ellos son quienes llevarán esto adelante", confiesa el empresario desde la nueva sede de la compañía, más de 3.500 metros cuadrados a pocos minutos de Sevilla, donde esperan que se incremente la producción y mejore la distribución. 

Andalusí Beverages ha logrado un notable éxito internacional, especialmente en América Latina y el sudeste asiático, donde los productos españoles gozan de alta demanda. En la actualidad, la empresa produce casi un millón de botellas al año. "Latinoamérica ha sido muy receptiva con nuestros productos. Allí valoran mucho la calidad de lo que hacemos en España", señala Rodríguez, quien, aunque ambicioso, prefiere que el crecimiento sea controlado. "No busco crecer a cualquier precio", aclara.

Un tributo al anís tradicional

Uno de los proyectos más destacados de Andalusí Beverages es el que se ha propuesto la recuperación, la revalorización y la renovación de las bebidas alcohólicas o de los licores tradicionales, como el anís, un producto que antaño estaba presente en la mayoría de los hogares españoles, pero relegada por otras bebidas en las fiestas. "Queremos que el anís se valore como una bebida noble, no solo para celebraciones”, explica el empresario.

Por eso, la empresa ha lanzado una edición limitada de 600 botellas de anís, numeradas y firmadas a mano, envejecido en barricas de roble americano durante nueve años. "Hemos cuidado cada paso: desde la elección de las barricas hasta el embotellado. Queremos que quien lo pruebe sienta que está disfrutando de algo único", señala Rodríguez, seguro de que el proceso de maduración le da una complejidad de sabores comparable a la de otros destilados premium. "Nuestro anís no tiene nada que envidiarle a los mejores whiskies", añade el empresario andaluz.

Andalusí Beverages no solo apuesta por la revalorización del anís. La empresa sevillana ha ampliado su catálogo con rones, tequilas, vodkas y cremas de licor. Entre sus creaciones más innovadoras destacan una crema de torrijas, un licor de arroz con leche y un licor de brownie. "Si eres uno más, al final eres uno más", presume el emprendedor.

A sus 63 años, José Antonio Rodríguez asegura que la jubilación no está todavía entre sus planes. "¿Qué haría si me jubilara? ¿Dar vueltas por casa? Prefiero seguir activo", comenta el empresario que, además de sus proyectos en el sector de las bebidas espirituosas, ha probado suerte también en la rama sanitaria desarrollando, con ayuda de la Universidad Pablo de Olavide, de una mascarilla quirúrgica que indica cuándo ha caducado. "Es una locura, lo sé, pero siempre me ha gustado probar cosas nuevas", explica.