Esto es lo que pasará con las armas de cazadores y tiradores si España y la OTAN entran en guerra con Rusia
Se contemplan dos escenarios posibles.
El conflicto entre Rusia y Ucrania, lejos de resolverse, sigue escalando, y según dijo el pasado mes de marzo Margarita Robles, ministra de Defensa de España, es posible que el conflicto llegue a nuestro país. En una entrevista con La Vanguardia, Robles subrayó que “un misil balístico puede llegar perfectamente desde Rusia a España” y advirtió sobre el peligro global al que enfrentamos, no solo en Ucrania, sino también en zonas como Gaza y en el Sahel.
Ante un hipotético escenario de guerra que involucre a España, surge la pregunta de qué sucedería con las armas en manos de civiles. Actualmente, España cuenta con 750.000 cazadores y 75.000 tiradores deportivos, quienes poseen conocimientos básicos para manejar armas, pero no cuentan con la formación militar que podría convertirlos en una línea de defensa efectiva.
Dos posibles escenarios
Según la revista especializada Jara y Sedal, en caso de un conflicto armado en España, se contemplan dos escenarios principales. El primero es que las armas permanecen en manos de civiles para su uso en defensa contra un posible invasor. La otra opción es la requisición de armas por parte del Gobierno o, en el peor de los casos, por el enemigo. Ambos escenarios están condicionados por factores como el tipo de gobierno, la legislación vigente y la logística de acceso a municiones y equipamiento.
Restricciones legales y limitaciones logísticas
España presenta una de las normativas más restrictivas de Europa en materia de armas. Actualmente, hay seis armas por cada 100 habitantes, destinadas principalmente a la caza y el tiro deportivo. Además, la legislación española prohíbe el uso civil de calibres OTAN como el 5,56×45 mm, .223 Rem, 7,62×51 mm o .308 Win, lo que dificulta el abastecimiento de munición tanto para civiles como para fuerzas armadas en caso de conflicto.
A esto se suma la limitación de almacenamiento de munición, que reduce la capacidad de resistencia civil frente a una invasión prolongada. Incluso las fuerzas de seguridad y militares en España enfrentan restricciones ya que los cargadores de alta capacidad solo pueden adquirirse mediante procedimientos burocráticos, afectando la operatividad de estos cuerpos.
El registro de armas: ¿protección o peligro?
España exige el registro obligatorio de todas las armas, lo que podría convertirse en un arma de doble filo. Si bien facilita la confiscación por parte del gobierno, en caso de una invasión, estas bases de datos podrían ser utilizadas por un enemigo para identificar y neutralizar a los ciudadanos armados. Esto ya ocurrió durante la ocupación nazi en Checoslovaquia en 1939, donde lo primero que hicieron fue acudir a los registros de armas de la policía para identificarlos.
El modelo de defensa y la falta de preparación
En otros países europeos, como Suiza y Finlandia, los modelos defensivos están diseñados para involucrar activamente a la población civil en la defensa del territorio. Por ejemplo, Suiza permite a sus ciudadanos conservar rifles automáticos en casa, mientras que Finlandia mantiene una milicia híbrida entrenada anualmente. España, en cambio, no tiene un sistema organizado para integrar a los civiles en la defensa nacional, más allá de la figura del reservista, que ofrece pocas plazas y carece de regulación adecuada.
El papel de los civiles españoles en caso de guerra
Aunque los civiles armados en España podrían representar una última línea de defensa, las restricciones legales y la falta de planificación dificultarían una respuesta efectiva. Además, según afirma Jara y Sedal, posiblemente nos encontraríamos ante una confiscación gubernamental de todas las armas previa a la invasión, debido las políticas anti-armas y anti-caza puestas en marcha.
Sin embargo, la historia demuestra que la motivación, el conocimiento del terreno y el instinto de supervivencia pueden jugar un papel clave. No hay que olvidar que los españoles fueron los inventores de la guerra de guerrillas, una táctica que podría ser relevante en un escenario de invasión.
La actual normativa de armas en España, diseñada para restringir el acceso a armas y municiones, parece más adecuada para un contexto de paz que para uno de conflicto armado. Esto supone que las políticas actuales generan dudas sobre si España, en un hipotético caso, estaría preparada para enfrentar un escenario bélico en el que la colaboración ciudadana pudiera marcar la diferencia entre la resistencia y la vulnerabilidad.