Ésta es la región de España donde los inspectores de ascensores 'hacen su agosto' por las multazas

La entrada en vigor, en pleno verano, de la nueva inspección que van a tener que pasar los ascensores, la llamada Inspección Técnica Complementaria (ITC) ha estropeado estos meses a los dueños de algunos inmuebles y ha provocado que los inspectores “hagan su agosto”, nunca mejor dicho en algunas comunidades autónomas, en las que se encuentran un alto número de ascensores que requieres modificaciones. Las multas por no cumplir la normativa nueva ya han empezado a llegar, y, en algunas partes, en gran cantidad.

Tal es el caso, por ejemplo de Comunidad Valenciana, donde se calcula que alrededor de 100.000 ascensores deberán sufrir modificaciones o sustituirse, ya que no cumplen con la nueva normativa de seguridad, que entró en vigor el pasado 1 de julio.

Uno de los principales problema lo ha suscitado la medida que no permite los ascensores se detengan “más allá de la planta” a la que quiere ir. La instrucción señala, en concreto, que para “la protección contra movimientos incontrolados de la cabina se deberán llevar a cabo las modificaciones necesarias para impedir o detener el movimiento de la cabina más allá de la planta. Dicha instalación debe hacerse en el momento en el que se efectúe la sustitución simultánea del grupo tractor y maniobra”.

Pero no es el único requisito que incumplen algunos ascensores. Otro de los problemas comunes hace referencia a la protección de cierre de puertas automáticas. A partir de ahora, “todos los ascensores tendrán que incorporar una cortina fotoeléctrica como dispositivo de protección, que cubra la apertura desde al menos 25 mm y hasta 1.600 mm sobre la pisadera de cabina”. Además, la nueva norma un plazo entre meses seis meses, en caso de accidente, y un año para que se haga esta inspección periódica.

También deberán las viviendas mejorar la nivelación en cabina y se les recomienda “el uso de un variador de frecuencia”. 

Algo que ya tienen muchos incorporado, pero no todos, es la llamada “comunicación bidireccional en cabina”. Es decir, que tienen que estar conectados a un centro de rescate que permita una intervención rápida en caso de atrapamientos”. Y, finalmente, la otra de las medias más relevantes es “la sustitución de guías”. Es decir, la norma prohíbe “que los ascensores existentes, salvo catalogados como patrimonio histórico artístico, tengan guías de cabina y/o contrapeso que incorporen paracaídas, de tipos cilíndrica, o de madera”.

Esta actualización hace especial mella en las zonas históricas de los centros urbanos, en los que muchos ascensores no están considerados como patrimonio pero sí mantienen sistemas funcionando razonablemente que nos se ajustan a estas nuevas normas.