El vino de Jerez está condenado a muerte
La escasez de materia prima subirá sus precios ante una demanda cada vez mayor.
El pleno del Consejo Regulador ha dejado un aviso claro de que el precio bajo del vino de Jerez está abocado al fracaso y los problemas con la materia prima pueden elevar los precios de aquellos productos que suelen ser más baratos.
La vendimia de Jerez de este 2023 finalizó el pasado viernes 15 de septiembre, pendiente de los pocos lagares que permanecían abiertos fundamentalmente para la vinificación en dulce de estas uvas, con una mayor producción y un alto nivel de calidad.
En concreto, se ha saldado como un año de éxito para la Vendimia de Jerez con casi 50 millones de kilos de uva, que han valido para confección de los vinos y vinagres de las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez.
Según ha indicado el Consejo Regulador en una nota, se trata de una cantidad que incrementa en un 12,3% la producción del año anterior, una vendimia que fue especialmente corta y concluyó con 44,4 millones de kilos de uva.
Asimismo, ha explicado que la cosecha de este año se ha visto marcada nuevamente por la escasa pluviosidad en los distintos pagos de la denominación a lo largo del año agrícola, que situaron sus niveles entre los 425 y los 480 litros/metros cuadrados, muy por debajo de los 600 litros de un año normal. Las limitadas lluvias se concentraron especialmente en los meses de diciembre y enero, junto con las inesperadas precipitaciones en el mes de junio que ayudaron a aliviar la escasez hídrica del suelo.
No obstante, si bien la lluvia es un acontecimiento beneficioso en el proceso, algunas de estas precipitaciones en la época estival se produjeron en forma de tormentas de granizo, sobre todo en algunos pagos de Trebujena y Lebrija, lo que suponen una incidencia negativa en la producción final en estos en estos términos municipales del norte de la denominación de origen.
Fuentes del sector aseguraron a Diario de Jerez que "no tiene sentido reponer para vender barato", porque la demanda supera por mucho la oferta tras terminar la vendimia.
A pesar de ello, el Consejo ha indicado que gracias a la ya conocida disposición en suelos albarizos de los viñedos, el terreno ha retenido una enorme cantidad de humedad posibilitando un aprovechamiento máximo de esos litros.
En el Marco de Jerez la vendimia siempre se inicia en los pagos del interior, que alcanzan su nivel óptimo de maduración de forma anticipada, en tanto que los viñedos cercanos a la costa suelen vendimiarse ya bien entrado el mes de septiembre.
Este año, los primeros se beneficiaron de un mes de julio particular y relativamente suave, con la excepción de algunos días de calor acompañados de levante. Unas temperaturas que, acompañadas de noches frescas y frecuentes rociadas nocturnas, permitieron a la viña desarrollarse sin alteraciones en su particular ritmo de maduración. Los pagos más tardíos, sin embargo, sí se vieron afectados por días de levante y altas temperaturas en agosto, lo que ha influido en la reducción de la producción final.
En cuanto al estado sanitario de la uva, el Consejo Regulador ha afirmado que este ha sido de una extraordinaria calidad, presentando la uva con un magnífico aspecto final, un tamaño claramente superior al del año pasado y un adecuado equilibrio entre la acidez y el contenido en azúcar. La media final ha sido de 11,67 Baumé, superior nuevamente a la registrada en 2022.
Finalmente, ha señalado que el Consejo Regulador mantuvo durante todo el período de vendimia el operativo correspondiente para asegurar el control de la recolección en las más de 2.000 viñas inscritas, así como su transporte y molturación en las más de 30 bodegas de elaboración que se han dado de alta en esta campaña.