El restaurante de Castilla y León en mitad de una cueva donde degustar su plato más típico

El restaurante de Castilla y León en mitad de una cueva donde degustar su plato más típico

Un lugar que combina un ambiente único con una gastronomía inigualable.

Cueva natural.Getty Images

La gastronomía es uno de los mayores puntos fuertes de España, posicionándose como un destino culinario de primera categoría gracias a su rica variedad de productos locales, recetas tradicionales y una cultura que celebra el buen comer. Pero si a esta oferta ya de por sí extraordinaria le sumamos una ubicación única, como lo es disfrutar de una comida en el interior de una cueva, el resultado es simplemente inolvidable.

A lo largo de la historia, las cuevas han servido de refugio, de templos sagrados y hasta de hogares. Hoy en día, se les ha otorgado otros usos cuanto menos sorprendentes, convirtiéndose en tabernas, museos o incluso hoteles. Este es el caso de ‘La Cueva del Túnel’, un restaurante escondido en el interior de una cueva natural en el corazón de Castilla y León. Más concretamente, este lugar único se encuentra en la localidad de Valdevimbre.

Este pequeño municipio de apenas mil habitantes destaca en la comunidad leonesa por haber sabido combinar a la perfección su tradición vitivinícola con un enorme atractivo gastronómico. A su vez, Valdevimbre es popularmente conocido por sus bodegas-restaurante, donde se puede disfrutar de los mejores platos en un ambiente único: cuevas excavadas en las laderas. En la comunidad existen más de 300 cuevas catalogadas y algunas de ellas tienen más de 250 años de antigüedad. 

Su plato estrella

‘La Cueva del Túnel’ cuenta con una variada carta que incluye platos populares como el paté de berberechos, las suculentas tortillas guisadas, las mejores carnes a la parrilla o el magnífico bacalao. No obstante, el plato estrella del menú es, sin ninguna duda, el lechazo, tanto en su versión tradicional al horno como en chuletillas. Se trata de un auténtico símbolo de la tradición culinaria de Castilla y León.

Este manjar se elabora con cordero lechal, la cría de la oveja que no supera los doce kilos ni los treinta y cinco días de vida en el momento de sacrificarlo. Además, este animal se alimenta únicamente con leche materna, lo que hace que su carne quede extremadamente tierna, jugosa y con un sabor suave. La experiencia de degustar el lechazo en este restaurante es inigualable. El entorno rústico de la cueva, con su iluminación tenue y la calidez de las brasas, amplifica el encanto de este plato.

El primero de su especie

Este restaurante es un auténtico pionero en poner en marcha establecimientos en un lugar natural tan sorprendente como lo es una cueva. Concretamente, su origen se sitúa en 1979 y fue la primera bodega-restaurante del lugar, ofreciendo un menú sencillo basado en embutidos, morcilla y su famosa tortilla guisada. Hoy en día, sigue siendo un lugar de referencia en la región y ha conseguido la recomendación de la Guía Repsol. 

Así, tanto locales como turistas acuden a este lugar no solo para disfrutar de un buen banquete, sino también para vivir la experiencia de comer en un entorno que parece sacado de una leyenda. Un lugar natural donde las paredes son formaciones rocosas que narran historias ancestrales y el sabor a tradición se mantiene intacto en cada bocado.