Así se desmontan los argumentos de una persona TERF

Así se desmontan los argumentos de una persona TERF

La activista trans Mar Cambrollé, la senadora Carla Antonelli y representantes de asociaciones pro LGTBI desmontan el ideario tránsfobo de las autodenominadas feministas radicales.

TRANSPRIDEEl HuffPost/Getty Images

En los últimos años, el discurso de las autodenominadas TERF (que, por sus siglas en inglés, significa Feminista Radical Trans-Excluyente), ha ido cogiendo fuerza. Este encuentra su razón de ser en la exclusión de las mujeres trans del movimiento feminista. Es un movimiento "basado en un discurso negacionista de los derechos y de la existencia de las personas trans", explica a este periódico la activista histórica por los derechos de las personas trans y presidenta de la Federación Plataforma Trans, Mar Cambrollé.

Consideran que reconocer a las mujeres trans como mujeres supone un borrado del resto de mujeres. Que es precisamente el sexo el que marca la desigualdad. "Y, aunque no lo digan, en el fondo lo que quieren es dificultarle la existencia a las personas trans", asevera Cambrollé.

Durante años, una de las formas que se han encontrado para discutir este sistema de creencias es apelar a una cuestión de Derechos Humanos. Sin embargo, esta no es la única baza a emplear. La vicepresidenta de la Federación Estatal LGTBI+ (FELGTBI+), Paula Iglesias; la primera mujer trans diputada y senadora, Carla Antonelli, y Mar Cambrollé, analizan otras tantas más en conversación con este periódico. 

¿Realmente se puede considerar al movimiento TERF una parte del feminismo?

"No", asegura rotunda la presidenta de la Plataforma Trans. "No existe ninguna parte del feminismo que sea una herramienta para infundir odio hacia las mujeres trans", añade la activista. Una idea que también comparte desde la FELGTBI+ Iglesias: "Habría que cuestionar muy mucho si un feminismo que se autodefine como transexcluyente puede ser feminismo".

"Un feminismo que excluye a otras mujeres y a mujeres que están en extrema vulnerabilidad, como son las mujeres trans, no sé si se le puede considerar feminismo", ahonda en la misma idea la vicepresidenta de la organización. En cualquier caso, sostiene que es una corriente "que pretende hacer creer que es mayoritaria". "Y yo creo que, cada vez más, la mayoría del feminismo es transincluyente", concluye.

"Un feminismo que excluye a mujeres que están en extrema vulnerabilidad no sé si se le puede considerar feminismo"
Paula Iglesias

"Yo no puedo entrar en hasta qué punto son feministas", apunta Antonelli, antes de añadir que, "desde luego, lo que sí es una falacia es lo del feminismo dividido". Desde el 8 de marzo de 2022, en jornadas como el Día de la Mujer o el Día Contra las Violencias Machistas –25 de noviembre– se convocan en algunas ciudades dos manifestaciones. El eje visible de la división radica en la abolición de la prostitución. Sin embargo, en una se desfila con la bandera del colectivo trans, mientras que en la otra, no. De hecho, ni todas las personas que simpatizan con la idea abolicionista son transexcluyentes, de la misma manera que tampoco lo son todas las feministas radicales. 

En este sentido, Cambrollé subraya que se trata de un movimiento que "intenta dividir al feminismo, porque lo que quiere es que el feminismo pierda su puesta revolucionaria". Por ello, destaca la importancia de que "todas las personas feministas y progresistas hagamos la revolución con la palabra". En esta línea, hace un llamamiento y pide que "dejemos de llamar 'una parte del feminismo' y llamémoslo como es: movimiento de mujeres transodiantes". Y concluye: "El movimiento feminista tiene que recuperar su condición revolucionaria y transformadora y tenemos que hacerlo juntas o nos seguirán matando por separado".

No, no ponen en peligro a otras mujeres

"¿Cómo el 0,1% de la población va a borrar a las mujeres?", se plantea Antonelli, en referencia al porcentaje de personas trans. En cifras más concretas, el sondeo que realizó Ipsos sobre población LGTBI+ concluyó que, en España, un 4% de la población se describía como persona transgénero, de género no binario, fluido o diferente de hombre o mujer.

"Desgraciadamente, somos la nueva ola de la moda y esa nueva ola se llama transfobia, aquí en España y en el resto del mundo", continúa la actual senadora. "Se nos ha colocado una estrella de David en la frente, se nos señala, se nos estigmatiza", apostilla. 

"Nos equiparan con conductas criminales llamándonos pedófilas, sustituyendo al sujeto que agrede sexualmente a las mujeres y que menoscaba sus derechos, que ha sido, es y será el patriarcado", considera Cambrollé. Sin embargo, "los casos de mujeres que son acosadas, violadas o que han sufrido una agresión en su vida, en más del 70% de casos, lo son por hombres", apunta.

De hecho, según la Encuesta Europea de Violencia de Género de 2022, el 89,2% de las mujeres víctimas de violencia física (incluyendo amenazas) y/o sexual fuera de la pareja, lo han sido por parte de un agresor hombre. Un porcentaje que, además, se ve incrementado cuando se ahonda en los casos de violencia sexual, en los que el 94,2% de las féminas víctimas de este tipo de agresiones lo han sido también por un hombre.

"No olvidemos que nosotras también sufrimos esa violencia brutal", prosigue explicando Cambrollé. Si se analiza el caso concreto de la comunidad trans, el último Monitoreo de Asesinatos Trans –que data de noviembre de 2023– recoge que, del total de 321 personas asesinadas trans y de género diverso, el 94% eran mujeres trans o personas trans femeninas.

Por lo tanto, "no es una cuestión de genitalidad, porque los hombres trans tienen vulva", empieza a concluir la presidenta de la Plataforma Trans. "No nos matan por lo que tenemos entre las piernas, nos matan por ser mujeres: nos matan por ser pobres y nos matan por ser racializadas, lo mismo que a todas las mujeres sean trans o sean cis", afirma.

"No nos matan por lo que tenemos entre las piernas, nos matan por ser mujeres"
Mar Cambrollé

En cuanto a la Ley Trans, esta tampoco "pone en peligro a nadie", asegura Paula Iglesias. "Lo que hace es combatir los peligros que sufren tanto el colectivo LGTBI en general como las mujeres en particular", añade. Lo hace, otorgando una serie de derechos, como garantizar el acceso a la reproducción asistida para parejas de mujeres, a la filiación de menores de parejas de mujeres no casadas y la adopción simultánea por parte de parejas de mujeres no casadas.

"O sea, que lo que hace es dar derechos a las mujeres, no quita ninguno", insiste la vicepresidenta de la FELGTBI+, que precisa que, en el texto, "cuando se utilizan términos inclusivos con las personas trans, también se menciona de forma explícita a las mujeres cis".

Tampoco a los niños

Otros de los bulos, recogidos por la FELGTBI+, sobre la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI que tiene que ver con el colectivo trans son cómo esta promueve la hormonación de menores y el "contagio" de casos entre menores trans.

"Hemos existido de toda la vida los niños, niñas y niñes trans", explica la que ha pasado a la historia como la primera diputada trans en España. "A ver si se creen que una persona de 60 años no fue niña, que aparecimos aquí por ciencia infusa", prosigue su relato. "Lo que pasa es que, de la misma manera que no hubo más gays cuando se aprobó el matrimonio igualitario, sino que las personas se sentían más seguras y, por lo tanto, manifestaban más su orientación sexual", lo mismo pasa a día de hoy con el colectivo trans, asegura Carla Antonelli.

En cualquier caso, afirma encontrar "paradójico, tirando a cínico" que aquellos que “nos negaban el pan y la sal hasta hace tres días y les importaba tres cominos que adolescentes nos estuviéramos autohormonando y poniendo en peligro nuestras vidas; ahora, que se regula por ley y se dan unas garantías sanitarias, se preocupen por las infancias", asevera. La política considera que "esta falsa preocupación por las infancias no es otra cosa sino lo que está debajo de todo eso: es un profundo rechazo y transfobia. Porque no nos quieren. Porque nos rechazan. Porque somos despreciables, para ellas".

Y, frente a "desinformación total y absoluta" de antaño, Antonelli cree que a día de hoy "niños, niñas y niñes tienen espejos en los que mirarse". Pero no sólo ellos, también sus familias. Estas, "como ya tienen la información, empiezan antes a permitir" que los más pequeños de la casa "puedan expresarse", considera la vicepresidenta de FELGTBI+, Paula Iglesias.

Por otro lado, Cambrollé va más allá y encuentra en la idea de que los niños sean educados en diversidad sexual y de género la posibilidad de caminar hacia una sociedad "que tendría menos violencia de género y LGTBIfobia". "Si no educamos en la diversidad como un factor enriquecedor y como un factor que habla de la diversidad humana, estamos adoctrinando a los niños", indica, antes de puntualizar que por 'adoctrinar', se refiere a "no crear ese freno contra violencia de género o contra la LGTBIfobia".

Aprovecharse de qué beneficios de ser mujer

La nueva legislación en materia de derechos LGTBI+ elimina la hormonación previa como requisito para poder llevar a cabo un cambio de sexo registral. Es decir, que en el Documento Nacional de Identidad (DNI) figure la expresión deseada. "Acuérdate que la primera que se dijo fue que los hombres iban a cambiar de sexo para poder entrar en el baño de las mujeres", recuerda Carla Antonelli.

"Es que iban a violentar la Ley de Violencia de Género", prosigue la senadora. Sin embargo, "la ley deja claro que todos los delitos cometidos con anterioridad se mantienen en el sexo con el que tú lo cometiste", prosigue. Y así queda registrado en el artículo 46.3 de la ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.

Por otro lado, la senadora plantea la siguiente cuestión: "¿Cómo puedes salir un 8 de marzo a la calle a denunciar la violencia de la desigualdad, si luego argumentas por otro lado que se van a aprovechar de los beneficios de las mujeres?". Lo hace en referencia a esa segunda manifestación que se convoca en algunas jornadas por parte del sector transfóbico. "¿En qué quedamos, las mujeres tenemos menos igualdad, menos beneficios o tenemos más? ", prosigue Antonelli. "Todas sabemos que estamos luchando por la plena equiparación", concluye .

"¿Cómo puedes salir un 8M  a denunciar la violencia de la desigualdad si luego argumentas que se van a aprovechar de los beneficios de las mujeres?"
Carla Antonelli

En esta misma línea se ha pronunciado en conversación con este periódico la portavoz de ATC llibertat Joana Lopez Roldan. "Teniendo en cuenta que las mujeres que las mujeres somos discriminadas en una sociedad heteropatriarcal, sería tonto querer aprovecharse de los privilegios que tienen las mujeres cis", considera, "porque, realmente, estamos subordinadas en una sociedad patriarcal".

Distingamos entre identidad y roles de género

Iglesias, desde la FELGTBI+, considera que el discurso de las personas TERF tiene entre sus argumentos que "los colectivos LGTBI niegan el sexo biológico y eso, en realidad, no es así". "Desde el colectivo LGTBI, y desde el colectivo trans, se niega que el sexo biológico condicione o determine una identidad de género", relata.

Y esa identidad de género viene a ser cómo se identifica cada persona, "independientemente del sexo biológico que se le haya asignado al nacer", afirma la vicepresidenta de la federación.

Esta, además, incide en la diferencia de esa identidad de género con los roles del mismo. "No hay una única forma de ser una mujer cis ni de vivenciar la feminidad", explica y lo evidencia detallando que hay féminas con vulva "que pueden tener una expresión de género en la que les gusta llevar falda o maquillarse y las hay que no". Lo mismo ocurre con las mujeres trans.

No, ser trans no es una moda

"Las personas trans no somos un fenómeno contemporáneo ni somos una moda", indica Cambrollé. "Existimos desde que la Humanidad existe y hemos pedido presencia en todas las culturas y en cualquier situación geográfica", apostilla. En esta línea, la activista considera que "la única manera de acabar con las personas trans es cuando también se acabe con la Humanidad".

"La única manera de acabar con las personas trans es cuando también se acabe con la Humanidad"
Mar Cambrollé

Por su parte, Antonelli precisa que todos estos aspectos que se comentan acerca de que ser trans es una moda, incluso el planteamiento del supuesto contagio social, "son las mismas cosas que utilizaron hacia el resto del conjunto [LGTBI] en otros momentos"

"Pero que, encima, algunas de esas personas sean lesbianas, es que ya apaga y vámonos", puntualiza. "El propio feminismo, en los años 70, no las quería dentro del movimiento, porque les daba mala imagen", explica la política, que considera que, actualmente, "están aplicando lo que sometieron sobre ellas hacia otras personas". Esto, a ojos de Antonelli, "viene a concluir que las historias se repiten y de perseguidos a perseguidores"