Un nuevo lince ibérico nacido en un pequeño pueblo de Extremadura da aliento a su conservación
Los datos son muy positivos.

El pasado 26 de febrero nació un ejemplar de lince ibérico en el centro de cría en cautividad de Zarza de Granadilla (Cárceles) tras poco más de dos meses de gestación, en lo que supone un mínimo alivio para la supervivencia de la especie en la región, tal y como apuntó el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco).
Tal y como informó Miteco unas horas después del parto, "Hubara (la madre) no se ha separado del gatito, brindándole todos los cuidados necesarios, desde el aseo y la lactancia hasta mantenerlo caliente. Los equipos veterinarios y técnicos del centro están supervisando la evolución de ambos".
Estos centros de cría en cautividad suponen un papel fundamental en la conservación ex situ, encargada de monitorizar especies fuera de su hábitat. Y según informaron, actualmente, 14 de las 31 parejas del programa están en los dos centros gestionados por el OAPN (organismo de parques naturales; tanto en El Acebuche de Huelva como en el de Zarza de Granadilla, de Cáceres.
Con estos programas, el lince ibérico ha conseguido dejar de estar en peligro de extinción a ser considerados como una especie vulnerable, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Así, muchos de los ejemplares nacidos gracias a estos programas de cautividad han jugado un papel esencial al ser liberados en zonas de Andalucía, Castilla La-Mancha, Castilla y León, Extremadura y Portugal.
Actualmente, el censo total de linces se ubica en los 2.021, siendo 1.299 adultos y 722 cachorros, todos ellos nacidos en 2023, de forma que su población se ha duplicado en solo tres años.