Soy veterinario y estos son los 5 hábitos diarios que debes prohibir a tu perro
Estas costumbres, muy extendidas entre los dueños, pueden acarrear graves problemas de salud tanto para ellos como para los humanos.
En muchas ocasiones son los más queridos en el hogar. Su cariño incondicional así como el afecto que ellos esperan recibir de vuelta convierte a los perros -para muchos- en seres que merecen el mismo trato o importancia que cualquier persona.
Todo esto provoca que en determinadas situaciones nos dejemos llevar en exceso por la complicidad y amor que tenemos con ellos, algo que puede jugar malas pasadas tanto a ellos como a nosotros, ya que, aunque formen parte de la familia, no son personas y por tanto no debemos tratarlos como tal.
Esto es primordial para que la relación con nuestro perro sea sana, de modo que es fundamental establecer determinadas limitaciones que permitan que la situación entre can y dueño sea la mejor posible.
Por todo ello, la forma en la que se educa a los perros es un factor clave a la hora de convivir con ellos, ya que dejarles claro qué pueden y qué no pueden hacer, es un aspecto importantísimo.
En este sentido, la revista Business Insider ha publicado, tras consultar con especialistas y veterinarios, cómo debe ser este proceso educacional por parte de los dueños en todos los aspectos: higiene, hábitos alimenticios, salud, etc.
Cinco aspectos a tener en cuenta
1. Prohibir que muerdan palos
Pese a ser una de las actividades más comunes y habituales entre el mundo de los canes y que para ellos es una de sus principales diversiones, no es en absoluto una práctica saludable, ya que puede acarrear consecuencias muy negativas para sus dientes, al poder ocasionarles caries. Por ello, muchos veterinarios desaconsejan que muerdan palos en sus salidas y paseos.
Además, esto puede implicar graves riesgos debido a que una mala caída o posición del palo ocasionar que el perro se clave el palo y con ello, provocarle daños inesperados y en el peor de los casos, fatales.
2. No colocarles collares en la garganta
Otra de las prácticas extendidas por los dueños es la de atar al perro a la altura de la garganta en el momento de sacarlos a pasear. Esto puede ocasionarles graves problemas, como fracturas de sus huesos del cuello, especialmente si se trata de un perro pequeño y no tiene mucha fuerza.
De acuerdo con la experta Michelle Szydlowski, esto se debe a que "los perros tienen un hueso muy frágil justo debajo de la lengua que puede fracturarse con facilidad, lo que le ocasionaría multitud de problemas de salud".
3. No le pongas gafas de sol
Esta es otra de esas prácticas que pueden parecer graciosas pero que a los perros no les conviene en absoluto. Todos hemos visto infinidad de imágenes de perros a los que sus dueños les colocan las gafas de sol para hacerles alguna fotografía y que quede 'cool'.
Pero esto no es nada positivo para sus intereses, ya que la fibra óptica de las gafas puede ser muy dañina para los ojos de los perros. “Las gafas de sol contienen óxido de zinc que se desprende y puede ser particularmente dañino para los intestinos del perro si acaba llegando a su estómago”, afirma Rachel Barrack, otra veterinaria".
4. Nada de comida basura
Muchas veces creemos que el estómago o la forma de digerir la comida por parte de los perros es similar a la de los humanos, algo totalmente incorrecto y que puede provocar que caigamos en otro de los graves errores que se desaconseja realizar.
Y es que, determinadas comidas como el beicon, patatas fritas o similares, pueden suponer un grave problema para el correcto funcionamiento de su cuerpo, ya que el hígado de los perros no está preparado para digerir determinados alimentos grasos. Esto puede provocarles problemas digestivos que pueden derivar en problemas tan severos como pancreatitis u obesidad.
5. No le permitas entrar en el baño
Por último, otro de los hábitos que se recomienda evitar a toda costa es que entren en un lugar tan sagrado como el cuarto de baño, ya que se trata de una habitación dedicada al aseo e higiene personal y si el perro entra en él, podría ensuciarlo y ocasionar determinados problemas de higiene, ya que sus patas están en contacto directo y continuo con el suelo tanto en la calle como en casa.
Más importante si cabe es evitar su entrada si contamos con niños pequeños o bebés en el domicilio, ya que cualquier toque puede exponer a los más pequeños a determinadas infecciones o problemas para los que su cuerpo no está preparado. Además, pueden llegar a ingerir determinados productos que pueden ser muy nocivos para su organismo, como el agua de la taza del váter, jabones, champús, etc.