Amenazan con multas de 200.000 euros al que le toque una pluma al pajarillo que llega a España
Estas aves no se cansan de volar.
Los vencejos, las incansables aves que cruzan los cielos con su estridente trino, empiezan a llegar en masa a España desde el sur de África, más de 11.000 kilómetros de distancia, para buscar zonas más cálidas para instalar sus nidos y reproducirse. Un momento vital para una especie protegida a nivel estatal que pueden volar a velocidades superiores a los 100 km/h y, además, pueden hacerlo sin posarse durante varios meses.
Sin embargo, la llegada de los vencejos a territorio español trae consigo preocupaciones sobre su conservación. La destrucción de sus nidos, especialmente como consecuencia de obras de rehabilitación, es una de las principales amenazas que enfrentan estas aves. Protegidos por ley sus nidos, pollos y huevos, quienes los perturben o destruyan pueden enfrentar el pago de multas de hasta 200.000 euros, según la ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Los vencejos suelen anidar en lugares elevados, ya que tienen serios problemas para remontar el vuelo en caso de caer accidentalmente al suelo. Por eso es normal encontrar colonias enterar anidando en un mismo edificio, en grietas o huecos disponibles.
El cambio climático también afecta a la supervivencia de los vencejos, alterando sus patrones de migración y cría. Según datos de la oenegé SEO/BirdLife, recogidos por el diario Información, el vencejo común ha experimentado un preocupante declive del 27,2% en España entre 1998 y 2020.
Además de cuestiones legales, la importancia de los vencejos en la conservación de los ecosistemas peninsulares es incuestionable. Son aves insectívoras que desempeñan un papel crucial en el control de plagas de mosquitos, moscas y otros insectos. En general, se estima que un vencejo adulto puede consumir entre 200 y 400 cada día. Sus presas favoritas son los mosquitos, moscas, escarabajos, libélulas y mariposas, a los que capturan en el aire mientras vuelan, utilizando su pico y sus garras para atraparlas.
Sin embargo, algunas personas pueden tenerle manía a los vencejos debido, sobre todo, a algunos aspectos de su comportamiento. Por un lado, está el sonido del trino. Estas aves pueden emitir sonidos agudos y repetitivos, especialmente durante la época de cría, algo que puede ser molesto para algunos, especialmente si viven cerca de una colonia.
Otra razón en contra de la presencia de los vencejos es la suciedad que generan: los vencejos defecan con frecuencia, lo que puede ensuciar calles, aceras o edificios, lo que puede ser un problema estético y, en algunos casos, hasta transmitir enfermedades.