Los tres movimientos que jamás debes hacer ante un perro enfadado
No importa tanto la raza sino cómo se comporte la persona.
Un perro enfadado, con problemas de conducta y con alguien que no esté acostumbrado a tratarlo o que no sepa reaccionar en estas circunstancias se puede convertir en una bomba de relojería que dé lugar a situaciones peligrosas.
Para evitarlas, los educadores caninos y etólogos dan varias indicaciones sobre cómo comportarse y qué hacer cuando un animal se ponga agresivo.
El educador canino italiano, Simone Parrinello, dio una serie de consejos a la web Today.it con motivo de un ataque el pasado mes de febrero en Roma, cuando un corredor fue atacad por tres rottweilers.
Lejos de lo que se pueda pensar, según Parrinello, que sea una raza potencialmente peligrosa no influye tanto como el comportamiento que tenga la persona ante estos animales.
"La responsabilidad recae en el ser humano y no es una cuestión de razas: creo que cada propietario debería seguir un curso para comprender lo que significa estar con un perro, un curso que ayude a desarrollarlo", explicó el especialista. Según indicó, en este curso debe darse una "sensibilidad básica para comprender cuáles son las necesidades del perro que luego varían de un sujeto a otro".
Por ejemplo, tras la entrada en vigor en España de la Ley de protección animal, quienes tengan un animal de compañía tendrán que hacer un curso que les habilite.
El adiestrador señaló que las conductas recomendables en estas situaciones son "contraintuitivas", es decir, son lo contrario de lo que se haría "de forma espontánea". "Debemos reaccionar si los perros se acercan agresivamente a nosotros, nos ponen contra las cuerdas. Lo mejor es quedarnos quietos e inmovilizarnos", indicó.
Uno de los consejos más importantes es "no agitar los brazos" para evitar convertirse en un objetivo, evitando también el contacto visual y frontal. "En este sentido, si llevas encima una mochila o bolso, puedes tirarlo lejos y ver si el perro se distrae de nosotros y lo persigue", señaló.
A la hora de moverse, Perrinello aconsejó que hay que hacerlo lentamente en posición lateral respecto al animal y manteniendo los brazos en los costados.
"Nunca debes mirarte a los ojos: en el mundo de la comunicación canina, girar la mirada forma parte de lo que se llaman señales de calma, es un gesto que los perros usan entre ellos, pero que podemos aplicarlo también a nosotros mismos", recalcó.