La ONU cifra en 423.200 millones de dólares las pérdidas económicas provocadas por las especies invasoras
La organización estima que son responsables de alrededor del 60% de la extinción de las especies.
Con el paso de los años se ha convertido en uno de los principales riesgos medioambientales y ya está teniendo un impacto considerablemente negativo en la vida cotidiana de miles de especies, ecosistemas, cosechas y por ende, en el ser humano.
Un reciente estudio de Naciones Unidas ha cifrado en 423.200 millones de dólares anuales las pérdidas económicas causadas por la pérdida de biodiversidad: plantas, animales, ecosistemas... Actualmente, estas especies han sido un elemento clave en el 60% de las extinciones de especies hasta el día de hoy.
A esta situación se ha llegado por diversos motivos, aunque fundamentalmente el cambio climático y la actividad humana han sido los principales, acelerando el proceso de manera muy notoria.
Según los datos aportados por la ONU, desde la década de los 70 hasta ahora, la cifra de especies invasoras se ha ido multiplicando por cuatro cada diez años, por lo que, según las previsiones y si la tendencia no cambia, en el año 2050 la población de estas especies será el triple que en 2005.
¿Cuándo se considera a una especie como invasora?
Técnicamente, una especie exótica es considerada como tal en el momento en el que, por determinados motivos, llega a un nuevo lugar en el que genera un impacto negativo en la biodiversidad y ecosistema local, que puede llegar a afectar incluso al estilo de vivir de las personas que habitan ese lugar.
Esto ocurre por diversos motivos, pero los avances tecnológicos que se han ido desarrollando a gran velocidad, han propiciado que el ser humano -mediante viajes y comercio a nivel mundial- haya propagado estos animales (insectos, anfibios, aves...), o plantas a nuevas regiones en las que por razones naturales no son aptas para el desarrollo y convivencia de las nuevas especies con las que ya habitaban la zona, provocando la extinción de estas segundas y generando desequilibrios en los ecosistemas.
Según el informe, estos traslados de especies por todo el mundo se ha multiplicado a un ritmo "sin precedentes", llegando a establecerse hasta 200 especies invasoras nuevas por año.
Por todo esto, de las 37.000 especies exóticas que se conocen, alrededor de 3.000 son catalogadas como dañinas, lo que ha provocado que actualmente sea visto por los organismos internacionales como una "grave amenaza mundial", al contaminar aguas y ríos, fomentar enfermedades y a medio plazo, ser causante de catástrofes naturales inéditas hasta el momento.
¿Qué se puede hacer?
Para este problema existen pocas soluciones, ya que el ritmo de vida a nivel mundial, la contaminación, el tráfico de animales y las condiciones climáticas cambiantes no permite que haya un cambio real de la situación, sino todo lo contrario, ya que todas las previsiones indican que este panorama se acentuará más si cabe con el paso de los años.
Según los especialistas, el mejor y único aliado para intentar cambiar en pequeña medida este escenario es la prevención "sobre todo cuando se trata de sistemas marinos", afirma Stoett, coautor del informe.
Por último, también sostiene que se necesita "un enfoque integrado" y particular para cada contexto y situación, al mismo tiempo que se busca soluciones destinados a la bioseguridad, como "el comercio y el transporte; la salud humana y vegetal".