El ave española que siembra 200 encinas al año

El ave española que siembra 200 encinas al año

Es capaz de esconder más de mil bellotas por año y su influencia en el medio es clave.

UrracaDoug Farr

Pocas veces somos conscientes de lo imprescindible que son determinadas especies a la hora de mantener la estabilidad y equilibrio en los ecosistemas. Cada cual tiene su función y utilidad en nuestro planeta; en ocasiones su impacto es más notable para nosotros, mientras que otras veces, pasan casi desapercibido, pero no por ello son menos importantes.

Una de estas especies 'infravaloradas' por los seres humanos es la urraca. Y aunque pueda sonar extraño, es una de las aves que mayor peso tienen en la 'plantación' de encinas en España, gracias a su forma de recolección de de bellotas, almendras, avellanas, etc, que las ha convertido en una herramienta ideal para la reforestación.

Y es que, son pilares fundamentales a la hora de diseminar por el territorio todas estas semillas. De acuerdo con un estudio publicado por la revista Quercus, su eficacia se ha podido comprobar en espacios abiertos, ya que, con el paso del tiempo, estas semillas se han convertido en árboles.

El estudio, a cargo de un grupo de científicos, liderados por Lorenzo Pérez Camacho, de la Universidad de Alcalá, ha revelado que "los córvidos son los dispersores de bellotas más eficientes y beneficiosos para las especies del género Quercus", ya que son capaces de almacenar miles de ellas "superficialmente".

Además de la urraca común, históricamente se ha sabido que otra ave, el arrendejo euroasiático, era el 'rey' en la dispersión de bellotas en todo el país, pudiendo esconder entre 5.000 y 7.000 bellotas cada año, siendo estas, unas cantidades más que significativas.

Pero entre ambas especies hay una diferencia clara e importante: el arrendejo lleva a cabo su actividad en entornos forestales y zonas de bosque, mientras que la urraca común lo hace en entornos abiertos y con menos densidad de árboles que en los bosques.

Esconden unas 1.100 bellotas por temporada

Para el experimento, los investigadores utilizaron como muestra las urracas de Alcalá de Henares, y colocaron sistemas de radiotransmisores en las bellotas, pudiendo comprobar de primera mano que la reforestación llevada a cabo por esta especie era mucho mayor de lo que se creía.

Tras analizar los datos obtenidos, comprobaron que una pareja de urracas es capaz de esconder bajo el suelo, de media, unas 1.100 bellotas por temporada (2.000 como máximo), y de todas ellas, un 1'5% se localizaron en el mismo lugar donde fueron colocadas meses después, en primavera, y todas ellas germinaron hasta convertirse en árboles.

Es cierto que ese 1'5% no es una cifra especialmente elevada, ya que serían unas 200 encinas por hectárea, pero si se compara con los dispositivos utilizados en las operaciones de reforestación, ese porcentaje es muy similar, con el matiz de que las aves lo hacen todos los años mientras que este proceso se realiza con una frecuencia mucho menor.

Por todo esto, en el artículo se señala que “esta especie en una dispersora masiva y efectiva de bellotas, particularmente en formaciones arboladas abiertas en las que el arrendajo está ausente o es escaso, ofreciendo un servicio ecosistémico de regeneración forestal a coste cero para la sociedad".