Desmontan el mito de los considerados como los animales más fieles en pareja

Desmontan el mito de los considerados como los animales más fieles en pareja

Una cosa es la fidelidad social que tienen algunas especies, como los pingüinos, y otra la fidelidad sexual.

Los pingüinos emperador se reúnen sobre el hielo en Halley Bay, en la Antártida.Art Wolfe

El secreto de las parejas felices ha dejado de tener como ejemplo uno de los referentes más recurrentes, los pingüinos. Siempre se ha dicho que eran de los pocos animales que son fieles a sus parejas. Estos animales son muy longevos, ya que tienen una esperanza de vida que ronda los 20 años, y se dice que pueden formar parejas que duran más de una década.

Sin embargo, la doctora en Ciencias Biológicas Josabel Belliure ha acabado con este mito, explicando cuál es en realidad el tipo de relación que mantienen los pingüinos, según explicó en el programa El Faro.

"Hay fidelidad porque las parejas quedan de año en año para reproducirse conjuntamente, lo que pasa que depende de a qué llamemos fidelidad", matizó la experta. Porque el mito de la fidelidad, ya que debido a su longevidad y al hecho elegir a un compañero o compañero para reproducirse, viene de que mantienen los vínculos durante años. Sin embargo, los expertos diferencian entre la fidelidad social y la fidelidad sexual.

Al hablar de la fidelidad social se hace referencia al compromiso entre un macho y una hembra para juntarse una vez al año para reproducirse; mientras que, en el segundo caso, la fidelidad sexual, hace referencia a la promiscuidad que puede existir en las parejas. “Las parejas repiten, pero puede que los hijos sean del vecino”, señaló Belliure con humor.

"Existen las cópulas fuera de la pareja", aclara esta bióloga, “a pesar de que exista una monogamia social y, una vez al año, un macho vaya en busca de su hembra para reproducirse”. Eso sí, de acuerdo a esta fidelidad social, ambos miembros de la pareja intervienen en la crianza, que suele durar un par de meses, aunque no haya certeza de que esas crías provengan de ese macho.

Y, en cuanto a nivel evolutivo se refiere, tanto el macho como la hembra tienen relaciones sexuales fuera de esa pareja para garantizar la eficacia biológica. "Esto significa que los individuos más eficaces son los que consiguen dejar al final de su vida el mayor número de descendientes, de la mejor calidad genética posible”, explica Belliure. Así, la hembra, con su promiscuidad, posibilita la competencia entre el esperma de distintos machos. “Y el esperma que consiga fertilizar el óvulo, sea el del macho que tenía las mejores condiciones genéticas", subraya esta bióloga.

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