Descubren un virus que se entierra en el cerebro y saltan las alarmas al relacionarlo con garrapatas

Descubren un virus que se entierra en el cerebro y saltan las alarmas al relacionarlo con garrapatas

Alrededor de 25 personas se han contagiado ya en China.

GarrapatasGetty Images

Una nueva amenaza para la salud ha surgido tras las publicación en la revista científica The New England Journal of Medicine, de un estudio realizado a partir del caso de una persona de 61 años infectada, en Jinzhou, China, en 2019, por un nuevo tipo de virus. Se trataba de un hombre con presentó síntomas graves, tales como fiebre alta, dolor de cabeza, falta de apetito, infección de los ganglios linfáticos y vómitos. Y empezó a notarlos poco después de visitar un parque situado en Mongolia Interior.

Se trata del llamado virus de los humedales (WELV, en sus siglas en inglés) y ha comenzado a considerarse una amenaza, ya que, de momento, se han contabilizado unas 25 personas afectadas por él en este país asiático.

Este virus ha sido identificado provoca infecciones cerebrales graves y se transmite a través de las picaduras de cierto tipo de garrapatas, como, por ejemplo, la especie Haemaphysalis concinna. Los científicos recogieron 14.600 garrapatas en este mismo parque y dieron con un 2% de casos positivos.

Según la investigación, en un primer momento, el paciente cuyo caso ha centrado el estudio fue tratado con antibióticos, pero no mostró mejoría. Posteriormente, los análisis revelaron que se trataba de una infección vírica desconocida hasta entonces, perteneciente a un grupo de virus que transmiten las garrapatas. Los científicos realizaron estudios con ratones que concluyeron que este virus puede afectar a diversos órganos y provocar infecciones graves e incluso mortales.

Estos tipos de agentes patógenos, al igual que el que provoca la conocida como fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, tienen la característica común de causar enfermedades graves en el cerebro y mortales en humanos a través de picaduras de garrapatas o también a través del contacto con fluidos corporales que se hayan infectado previamente. Además, es la primera vez que WELV se ha detectado en humanos o animales.