Cada vez más dueños se preocupan por la salud mental de sus mascotas

En los últimos años se ha generalizado una mayor sensibilización en el ámbito de la salud mental. Los problemas más frecuentes entre las personas, según recoge el Ministerio de Sanidad, en lo que se refiere a este ámbito sanitario son la depresión y la ansiedad. Y cada vez más las familias con mascotas también se han ido preocupando del bienestar de sus animales, incluyendo la parte conductual de los mismos. 

Así lo explica la veterinaria etóloga María Martínez en declaraciones a El HuffPost, que opina que "probablemente el incremento de la preocupación por nuestra propia salud mental haya dado un punto extra" a este interés. Sin embargo, "es una tendencia que ya se comenzó a ver con anterioridad", asegura. 

Martínez apunta que lo que sí están notando los especialistas en esta materia es que se dan con "frecuencia" casos en los que el motivo de consulta es "una conducta normal del perro o el gato que está suponiendo un problema dentro de la convivencia". 

Siempre que se entienda como "problema de comportamiento" la "aparición de conductas alteradas o que se encuentran fuera de lo normal en la especie o una conducta que genere malestar en los tutores", puntualiza la etóloga. 

Y ello aparece, según Martínez, "no tanto porque se estén empezando a patologizar" este tipo de conductas; sino por "un desconocimiento de las necesidades, el lenguaje y el comportamiento natural de perros y gatos". 

De hecho, la experta cree que la patologización de este tipo de conductas "sucedía más anteriormente". Puesto que la tendencia actual que han observado desde sus puestos de trabajo es que los dueños o tutores de los animales "muestren más curiosidad y empatía por entender y cuidar bien" a sus mascotas. 

¿Consumen las mascotas medicamentos?

Puede suceder que se den "casos graves" en los que el "bienestar del animal" se vea "muy afectado". Entonces, puede ocurrir que los profesionales pauten "psicofármacos de forma temporal para conseguir recuperar ese bienestar mientras la terapia conductual comienza a hacer su trabajo", detalla Martínez. 

Sin embargo, "la gente no está muy abierta a estas terapias y suele costar iniciarlas", añade. Y concluye: "Obviamente si las familias confían en el profesional y les explicas las razones lo hacen". Pero, "de base, hay rechazo y es en menores casos cuando vienen pidiendo medicación", subraya.