Querida mamá internauta, tengo un propósito de año nuevo para ti
¿Qué pasaría si, cuando nos dicen un comentario insensible, en vez de enfurecernos y soltar todo lo que pensamos en Internet, nos paráramos a pensar que a lo mejor estamos siendo un poco más sensibles de la cuenta? Yo he metido la pata muchas veces y, para mí, sería un alivio enorme empezar el año sin ese miedo a desatar la ira de las madres internautas.
Queridas madres internautas:
Ya estamos en 2016 y espero que podamos compartir un propósito de año nuevo. Puede parecer un poco absurdo, pero, ¿y si dejamos de ofendernos por cualquier cosa? Igual podemos intentar calmarnos un poco. Sinceramente, no soy capaz de llevar la cuenta de todas las cosas que no puedo decir a otras madres y de todas las cosas que se supone que me tienen que ofender. Es agotador.
Tengo cuatro hijos: un preadolescente y tres adolescentes. Gracias a Internet, ahora sé que me debería haber ofendido cuando gente desconocida me preguntaba: "¿Son todos tuyos?". Lo curioso es que a veces notaba una pizca de admiración, o incluso asombro, en las personas que sonreían a mis hijos. Pero veía eso porque por aquel entonces no contaba con la sabiduría de las redes sociales. Qué idiota era... esa gente estaba juzgándome y siendo sarcástica y yo no me daba cuenta.
Y todas esas veces que la gente me decía con maldad: "¡Seguro que no paras ni un momento!". ¿Cómo se atreven? Vale, estaba en la cola del supermercado sacándole la lista de la compra de la boca a mi hijo pequeño, sonándole la nariz a otro, escuchando cómo mi hijo de cinco años tarareaba y explicando por enésima vez al de 8 años que no iba a comprar patatas fritas. Todo a la vez. Pero ese no es un motivo para acusarme de ser mala madre o para insinuar que mis hijos son unos niñatos.
Sí que soy culpable de ser bastante insensible. Una vez describí a mi hijo de 2 años como "todo un chico". En mi defensa diré que estaba cantando mientras sacudía el pene... en fin. Una vez tuve el valor de preguntarle a una embarazada si tenía pensado dar el pecho, buscando consejo. Al fin y al cabo, he criado a cuatro bebés. Entonces me di cuenta de que esa pregunta no procedía. ¿Y si tenía pensado dar el biberón? ¿Y si mi simple pregunta hacía que la mujer cuestionara su decisión o se sintiera mal? ¿Y si me estaba mostrando un poco agresiva sin darme cuenta? Y luego está aquella vez en la que le dije a una mujer que nunca se arrepentiría de cuidar de sus hijos todo el día en vez de trabajar. ¿Y si insinué que no era capaz de aportar dinero a su familia? ¡Soy un monstruo!
Bueno, era un monstruo hasta que me volví más inteligente y empecé una lista de cosas que nunca se pueden decir a:
- madres de hijos únicos
- madres de muchos hijos
- madres de niños
- madres de niñas
- madres de gemelos
- madres que educan a sus hijos en casa
- madres mayores
- madres jóvenes
- madres que trabajan
- madres que dejan el trabajo para cuidar de sus hijos
- madres que dan el pecho
- madres que dan el biberón
- madres con hijos con necesidades alimenticias especiales
- madres con hijos que comen comida basura
- madres con hijos superdotados
- madres con hijos normales
- madres con tatuajes
- madres con perros
- madres con gatos
- madres que tienen blogs (un consejo: no ofender a las madres que tengan un blog)
Estoy segura de que podría alargar mucho más esa lista si prestara más atención a las redes sociales. Pero lo que quiero hacer en 2016 -lo que sugiero que hagamos todas- es tirar a la basura esta lista.
Puede parecer algo radical, pero, ¿qué pasaría si durante este año presupusiéramos que las personas tienen buenas intenciones para ver si nos convence y nos gusta? ¿Qué pasaría si, cuando nos dicen un comentario insensible, en vez de enfurecernos y soltar todo lo que pensamos en Internet, nos paráramos a pensar que a lo mejor estamos siendo un poco más sensibles de la cuenta? ¿Qué pasaría si, cuando un comentario nos parece agresivo de verdad, presumimos que sólo ha sido desconsideración o un descuido y no un ataque directo hacia nosotras o hacia nuestros hijos? ¿Qué pasaría si, de vez en cuando, recordáramos que la gente amable y decente también dice estupideces de vez en cuando?
Yo he metido la pata muchas veces y, para mí, sería un alivio enorme empezar el año sin ese miedo de equivocarme al hablar y de desencadenar la ira de las madres internautas.
Aunque es verdad que, a veces, los comentarios no son ni inocentes ni simplemente insensibles. En ocasiones, la gente es mala. Vamos a ignorar a esta gente. Vamos a escribir y a hablar sobre la gente amable. Vamos a hablar sobre lo divertidos o difíciles que son nuestros hijos. Vamos a hablar sobre lo complicado, maravilloso y estremecedor que es ver cómo crecen. Quiero leer más cosas sobre las dificultades reales que compartimos las madres, y menos sobre los enfados que sufrimos. Cuando lea blogs, artículos y me recorra las redes sociales en 2016, quiero reírme, llorar y sentir que tenemos cosas en común. No quiero enfadarme u ofender, necesito descansar. Creo que a todas nos vendría bien un descanso.
¿Qué decís, madres internautas? ¿Podemos conseguir que el 2016 sea el año de "no ofenderse por cualquier cosa"?
Empiezo yo: cuando me lea los comentarios de este artículo, pensaré que todos los que opinen que mi idea es estúpida lo dicen de la manera más amable y alentadora posible.
¡Feliz 2016!
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros