Una nueva Transición
En las últimas semanas estamos viviendo el nacimiento de nuevas propuestas políticas a derecha e izquierda. Ojalá nos lleve a un proceso constituyente en el cual forjemos una nueva Constitución para estos nuevos tiempos que vive España. Las nuevas fuerzas que surgen deberían venir ya con la calidad democrática incorporada: primarias abiertas a la ciudadanía, paridad, transparencia.
En las últimas semanas estamos viviendo el nacimiento de nuevas propuestas políticas a derecha e izquierda. Estos nuevos partidos se suman a proyectos recientes, como EQUO, que llevan ya algún recorrido en la arena política. Si esta semana hemos visto aparecer el partido VOX por la derecha, también se anunció por la izquierda el nacimiento del Podemos de Pablo Iglesias. Hay quien hace una lectura en negativo ante la aparición de nuevas propuestas políticas pero, más allá de las divergencias ideológicas, yo creo que son una muestra de que nuestro tejido social está sano, y la gente sigue confiando en la utilidad de hacer política.
Ya el 15-M fue un aldabonazo ciudadano sobre el hartazgo que el inmovilismo de los grandes partidos está generando en amplios sectores sociales. Es normal que esa desafección que se vive en la calle, se haga visible ahora también en la acción política. Recuerdo que en los años de la Transición democrática nacieron también muchos partidos, que hacían de las campañas electorales de aquel tiempo un muestrario muy diverso. Con el tiempo unos triunfaron, otros convergieron y muchos simplemente fueron desapareciendo. Una Ley Electoral favorecedora de los dos grandes hizo que muchas buenas propuestas quedaran por el camino, y así fue como llegamos a la situación actual.
Pero la diversidad de puntos de vista que hay en la sociedad no se pueden reducir a dos. Tampoco en política. Y el Parlamento debe dejar de ser un lugar en blanco y negro, para convertirse en un crisol de colores. Aunque para ello es necesario modificar la Ley Electoral, algo que no está ocurriendo, y que no interesa a los partidos establecidos.
Además, las nuevas fuerzas que surgen deberían venir ya con la calidad democrática incorporada: primarias abiertas a la ciudadanía, paridad entre géneros, transparencia en las cuentas, deben ser cualidades imprescindibles de los nuevos partidos.
Así que bienvenidos a esta nueva transición que, ojalá, nos lleve a un proceso constituyente en el cual forjemos una nueva Constitución para estos nuevos tiempos que vive España.