El PC no se jubila y seguirá con nosotros una buena temporada
Los enterradores del PC exageraban porque, nada más la economía ha repuntado un poco, la venta de ordenadores también lo ha hecho. Según datos de IDC, en el primer trimestre de este año se comercializaron en España un 15% más de portátiles y sobremesas que en el mismo periodo de 2013.
Exageraban, y mucho, los que daban por muerto al PC (hablo del ordenador personal, y no del Partido Comunista, que quede claro). El frente anti-PC no es nuevo. A finales de los 90, el incombustible CEO de Oracle, Larry Ellison, y otros atacaban a Microsoft anunciando el advenimiento del NetPC, un equipo tonto que solo daba la talla si se conectaba a Internet, aunque Internet por aquellas fechas no daba para mucho y el invento no cuajó. Pero el enterrador más influyente del personal computer ha sido en los últimos tiempos Steve Jobs, ese santo laico a medio camino entre el artista, el ermitaño y el loco de los negocios. Un Jobs, eso sí, que mientras anunciaba el inicio de la era Post-PC en la primavera de 2010, se inflaba a vender sus tradicionales Mac, un PC al fin y al cabo.
Digo que los enterradores del PC exageraban porque, nada más la economía ha repuntado un poco, la venta de ordenadores también lo ha hecho. Según datos de IDC, en el primer trimestre de este año se comercializaron en España un 15% más de portátiles y sobremesas que en el mismo periodo de 2013. Y ojo: no pasaba que las ventas crecieran desde mediados de 2010.
Y es que el PC está casi tan imbricado en el tejido productivo como el petróleo o la electricidad, y a poco que la actividad se anime, la compra de ordenadores también lo hace. Al fin y al cabo: ¿frente a qué dispositivo pasa usted la jornada laboral escribiendo informes, diseñando casas o revisando las cuentas? Me juego la cabeza que no es ante un estilizado teléfono de última generación o un iPad.
Las ventas de ordenadores también recuperan terreno en Europa occidental y en Japón, siempre según IDC, mientras que en los países emergentes cayeron, como consecuencia de la ralentización de sus economías, y en Estados Unidos se mantuvieron estables.
Los analistas dicen que la renovación de equipos con Windows XP, que desde el 8 de abril no cuenta con actualizaciones o parches de seguridad, ha ayudado. También está el hecho de que muchas empresas simplemente no podían seguir estirando el ciclo de vida de sus viejos equipos.
No estamos pues en la era Post-PC anunciada de forma tan interesada por Steve Jobs sólo unos meses después de la salida al mercado del primer iPad, el supuesto killer del ordenador de siempre. Más bien estamos en la era Post-Post-PC, que anunció Satya Nadella, el CEO de Microsoft, hace unos días. Es verdad que ya se venden más tabletas que ordenadores, por no hablar de los smartphones, que multiplican por cuatro las de ordenadores. Sin embargo, difícilmente van a mandar los nuevos formatos al baúl de los recuerdos al sobremesa o al portátil. En España, se venden unos tres millones de ordenadores al año, y va a seguir siendo así durante una buena temporada.
Seguimos siendo mayoría los que cada mañana, después de mirar el WhatsApp en el móvil o ver la prensa o un vídeo en el iPad, posamos nuestros dedos en el teclado del ordenador y ahí seguimos hasta que apagan la luz. IDC dice que hasta 2018 se seguirán vendiendo unos 300 millones de ordenadores en todo el mundo. Eso sí, no serán como los que hemos tenido hasta la fecha. Es probable que se extiendan los híbridos, esos portátiles que permiten desgajar la pantalla táctil del teclado y convertirse en tableta. Puede que la Surface de Microsoft marque el camino. El sobremesa también cambiará. La pantalla táctil, que empieza a extenderse por los escritorios de casa, acabará llegando a la oficina. Y con ella otras formas de interacción, como la voz o los gestos, según nos dicen desde Intel o HP.
El mundo no es ni blanco ni negro, por más que nos digan los interesados o los perezosos. También se nos ha dicho hasta la saciedad que la nube borrará del mapa la informática tradicional de las empresas, pero creo que los servidores y las licencias de toda la vida seguirán siendo válidas para ciertas aplicaciones. No imagino a un banco poniendo en la nube las cuentas de sus clientes o a una compañía eléctrica las facturas de los suyos. Por eso, porque, aunque no nos guste, el mundo es gris, el PC no morirá. Más bien se reinventará. El mundo, como la vida, seguirá siendo diverso, matizado, y por tanto, rico.
La industria del PC ha demostrado a los largo de sus más de 30 años de existencia una capacidad de reflejos y una versatilidad a prueba de bombas. Puso al borde de la desaparición a la mismísima Apple a finales de los 90, después de que la compañía de Jobs se adelantara y conquistara el corazón de muchos usuarios con los primeros Macinstosh. Y yo creo que ahora también será capaz de reaccionar para ofrecer dispositivos atractivos que suplan las carencias de un teléfono con Android o de la tableta del señor Jobs, que tan bien funciona, pero que, no lo olvidemos, sigue siendo un jardín amurallado donde no se puede conectar un triste pincho USB.
[Una última prueba de que el PC tiene cuerda para rato: hoy leo en el periódico que Google está muy interesada en revitalizar sus portátiles con Chrome, los llamados Chromebooks, que intentó introducir sin éxito en el mercado español en 2011. Para ello, trabaja con fabricantes como Acer, Toshiba o HP, que ya tienen configuraciones con este sistema operativo]