El intercambio de archivos P2P no es lo que era
La última ola del EGM deja datos interesantes. Cae en picado el número de internautas que comparten archivos. No hay nada que el tiempo no pueda reparar. El intercambio P2P, que amenazaba con arrasar a industrias como la música o el cine, al cabo del tiempo se ha convertido en residual.
Son bastante interesantes los datos que muestra la última encuesta de audiencia de Internet del Estudio General de Medios correspondiente a febrero/marzo de este año. Esta encuesta, elaborada tras consultar los hábitos de uso de más de 30.000 personas de todo el país, hablan con más propiedad de la Red que muchos análisis de gurús y pseudogurús, y muchas veces desmontan leyendas urbanas difíciles de asumir.
Con respecto a la última ola de datos, se le ha dado mucho bombo en los medios al hecho de que, por primera vez, el correo electrónico no es la primera vía de comunicación usada por los usuarios, sino los sistemas de mensajería instantánea, como WhatsApp. Es un cambio significativo que refleja la decadencia del PC (al fin y al cabo el e-mail es su sistema de comunicación) y la adopción masiva del smartphone como puerta de acceso a la información. En un mundo de teclados pequeños y prisas, los jóvenes -sobre todo- prefieren los textos cortos a las llamadas (más intrusivas) y los correos, más formales y protocolarios, y que muchas veces quedan sin respuesta.
Pero la última ola del EGM deja otros datos interesantes. Así, nos dice que cae en picado el número de internautas que comparten archivos (pasan de un 32% en 2008 a un 12% en 2014). No hay nada que el tiempo no pueda reparar. El intercambio de archivos P2P, que amenazaba con arrasar del todo a industrias como la música o el cine, al cabo del tiempo se ha convertido en una actividad residual. En todo caso, la tendencia no debería suponer un alivio para los creadores de contenidos, que todavía tienen pendiente ajustar y darle una vuelta a su modelo de negocio.
Curiosamente, el relevo del intercambio de archivos no lo ha cogido el streaming, que también va a menos. Si en 2011 el 25% de los internautas veía películas y series por Internet en tiempo real, ahora lo hace uno de cada cinco. Los tiempos en que muchos estaban enganchados a SeriesYonkis han pasado. De hecho, esta página cerró a principios de este año sin dar explicaciones. Es probable que la amenaza del Gobierno de llevar a la cárcel a o imponer multas de cientos de miles de euros a los promotores de estos sitios de enlaces esté surtiendo efecto. Por otra parte, también tengo la impresión de que, con las redes sociales y con la mensajería, los internautas cada vez tienen menos tiempo para ver las películas o escuchar la música que se descargan.
Lo que sigue viento en popa son las aplicaciones. Si el año pasado eran un 18% los que afirmaban usarlas, hoy son un 32%. También es sintomático que hoy hay tres veces más de accesos a Internet desde la calle que en 2011, y ya es la segunda ubicación desde la que se conectan los españoles, por detrás del hogar, y por delante del sitio de trabajo, la escuela o la universidad. Son muestras de que la banda ancha móvil va como un tiro y que la conexión a través de un equipo anclado va siendo cosa del pasado.
Más cosas. Internet, que empezó siendo un asunto exclusivo de militares e ingenieros, se feminiza. La serie estadística del EGM parte de 1997 y permite apreciar el lento cambio de sexo de la Red. Y es que hoy un 48% de los usuarios son mujeres, el doble que a finales de los noventa. Las mujeres son las que más se socializan, e Internet, gracias a las redes sociales y a la mensajería, es sobre todo un espacio para el contacto personal. En una primera etapa en la que la red era más informativa y donde la interacción casi no existía, eran ellos los que acaparaban el tráfico.
También el estudio del EGM demuestra que los mayores empiezan a entrar en escena en el cibermundo español, echando por tierra esa idea de que Internet es cosa de chavales. Si en 1997 los internautas de más de 45 años no suponían más de un 10%, hoy son un 35%, y los jubilados de 65% ya suponen casi el 8%. Las redes sociales y las mayores opciones de comunicación también han ayudado a integrar a los mayores.
Por último, una nota final inquietante para los que escribimos en blogs personales y en foros. Y es que, según EGM, sólo un 7% de los internautas participan en bitácoras o en foros de opinión. Conviene tenerlo en cuenta, sobre todo para relativizar los estados de opinión que se generan en la Red, y que muchas veces presumimos como generales. Los más activos (bien sea porque escribimos u opinamos) somos bien poquita cosa en el universo online.