Reclamar democracia, denunciar desigualdad y estar con la gente
En esta campaña estamos viendo cómo hay candidaturas que quieren secuestrar el debate en cuestiones binarias. Y nosotros les decimos que las elecciones van de tantas preocupaciones como tiene la gente. Van de la relación entre Cataluña y España, pero también de las relaciones entre los catalanes. En ambos casos la desigualdad las caracteriza: con un Estado que impone, y con una minoría que se enriquece mientras la mayoría soporta los hachazos de la crisis.
El 27-S los catalanes nos enfrentamos a unas elecciones decisivas. Lo son porque se dirimen muchas cuestiones. Tenemos por delante grandes retos que se pueden resumir en tres ideas: resolver democráticamente la relación con España, devolver a los catalanes la confianza en unas instituciones que han sido saqueadas sistemáticamente, y garantizar una salida digna a la crisis económica, acabando con el modelo de precariedad y recortes.
En esta campaña estamos viendo cómo hay candidaturas que quieren secuestrar el debate en cuestiones binarias. Y nosotros les decimos que las elecciones van de tantas preocupaciones como tiene la gente. Van de la relación entre Cataluña y España, pero también de las relaciones entre los catalanes. En ambos casos la desigualdad las caracteriza: con un Estado que impone y no dialoga y con una minoría que se enriquece mientras la mayoría soporta los hachazos de la crisis y los recortes.
El PP de Rajoy se ha mostrado inmóvil frente a la reivindicación mayoritaria en Cataluña: el derecho a decidir. En Cataluña, la Convergencia de Mas ha aprovechado la situación para culpar al Estado y por extensión a España de todos sus males. Frente a este callejón sin salida al que nos quieren llevar, desde Cataluña Sí Que Es Pot proponemos una doble salida: por un lado, mantener la mayoría al lado de la celebración de un referéndum con garantías; por el otro, la necesidad de impulsar un cambio radical en la correlación de fuerzas en el Estado, de forma que se reconozca su plurinacionalidad y el derecho a decidir. No hay solución sin diálogo, como tampoco hay solución sin un referéndum.
Pero también nos interesa que hablemos de la relación entre los catalanes, un debate escondido expresamente y que tiene un hilo conductor: la desigualdad. Hoy la encuesta sobre condiciones de vida nos dice que hay más de un 40% de catalanes que no podrían enfrentarse a gastos imprevistos. Es gente normal, que vive su día a día al límite, contando los gastos y esperando que no sobrevenga ninguno más. La tasa de riesgo de pobreza entre menores de dieciséis años llega a un 30%, y mantenemos unos índices de paro alrededor del 20% que son insostenibles. El salario medio de los catalanes se ha reducido un 9% los últimos dos años mientras los datos de declaración de patrimonio indican que en 2013 se ha doblado el número de personas en el Estado que declaran disponer de más de 30 millones de euros.
Resolver el reto de la desigualdad no se puede hacer entregando, de nuevo, el Gobierno de Catalunya a los que la han provocado. CSQP nace precisamente para dar respuesta a este reto y también para acabar con la corrupción política que tanto ha avergonzado a los catalanes los últimos años, en los que se ha hecho evidente el saqueo constante de las arcas públicas a favor de determinadas empresas y partidos.
Para resolver todos estos retos, presentamos un programa de gobierno, a diferencia de otros, que les da respuesta. Planteamos la necesidad de celebrar un referéndum que dé un mandato democrático, pero también que necesitamos un Gobierno que gobierne. Planteamos que hace falta un Gobierno de la gente, porque es la única fórmula para que esté con la gente. Un Gobierno que rescate a las personas y no a los bancos. Un Gobierno activo frente al drama humano de los desahucios que impulse medidas como la prohibición de desahucios de primera vivienda sin que haya solución habitacional. Planteamos la necesidad de revertir las privatizaciones de servicios que han enriquecido a grandes empresas a costa del patrimonio de la gente: la sanidad pública, la educación pública, los servicios sociales, las políticas activas de empleo - hoy entregadas a las ETT-. Proponemos un Gobierno de la gente para echar a los corruptos de las instituciones con medidas como la prohibición de contratación pública con empresas envueltas en casos de corrupción. Queremos impulsar un nuevo modelo productivo basado en la economía verde y del conocimiento para que dé trabajo digno y de calidad.
Somos conscientes de las dificultades, pero no renunciamos a que desde la Generalitat de respuesta a todos los retos planteados y se deje de mirar hacia otro lado. CSQP quiere cambiar las cosas, y se ofrece como motor de cambio, un cambio que es posible además de necesario.