La Nueve: el guisante de la Memoria
El hijo del General Leclerc, Charles, mantenía pese a los años el porte aristocrático de su padre. Alto, delgado, con los rastros de un fino bigote bajo la prominente nariz... Su aspecto recordaba a Charles De Gaulle, el hombre que por motivos estratégicos atribuyó la liberación de París a los franceses.
El hijo del General Leclerc, Charles, mantenía pese a los años el porte aristocrático de su padre. Alto, delgado, con los rastros de un fino bigote bajo la prominente nariz... Su aspecto recordaba a Charles De Gaulle, el hombre que por motivos estratégicos atribuyó la liberación de París a los franceses. Una verdad oficial repetida durante tantos años que Charles Leclerc de Hautecloque se resistía a quebrar en las declaraciones que realizaba a la prensa en aquel acto de memoria histórica que la periodista Evelyn Mesquida había propiciado con los inapelables resultados de su tozuda investigación sobre el decisivo papel que los republicanos españoles integrados en La Nueve habían jugado en la liberación de la capital francesa.
Al lado del hijo del héroe militar que dejó la política a De Gaulle, se agitaba a cada frase una mujer enjuta, de aspecto frágil, pero de acerada mirada. Montserrat Capdevila, cómplice de Mesquida en su condición de avanzadilla feminista y disidente del periodismo español en París durante los últimos años del franquismo, me sopló que se trataba de la verdadera guardiana de las esencias patrias. Era nada menos que la archivera de los documentos de la Fundación Leclerc y, por tanto, garante de la ausencia en la "historia oficial francesa" de las referencias a los carros blindados que con nombres como Guernika o Guadalajara habían tomado el Hôtel de Ville de París la víspera de su liberación oficial el 25 de agosto de 1944.
A pesar de la boca pequeña de los franceses, Evelyn estaba radiante. Aquel sencillo acto en el que participaba la discreta Anne Hidalgo, en su calidad de vicealcaldesa de París, era el final de una reivindicación iniciada varios años antes y el principio de un reconocimiento largamente postergado.
El apoyo de Anne Hidalgo fue decisivo. Convenció a Bertrand Delanoë, entonces alcalde de París, para que se rindiera homenaje a aquellos extranjeros que habían contribuido a liberar la ciudad en un momento en el los mensajes xenófobos del Frente Nacional tenían en Francia su eco en la izquierda más nacionalista por el referéndum sobre la Constitución Europea.
Recuerdo que la pequeña placa redonda que descubrieron en el Quai Henry IV, a orillas del Sena, con motivo del 60 aniversario de la Liberación en memoria de La Nueve nos pareció insignificante. Sin embargo, ha llegado a ser el guisante que no ha dejado dormir a la memoria de una nación orgullosa de su pasado.
El recoleto parque junto al Ayuntamiento que ahora han inaugurado los Reyes en compañía de la alcaldesa gaditana de París es un paso más en el reconocimiento de aquellos españoles de La Nueve que supieron sobreponerse a la añoranza de una República derrotada por el fascismo y pelearon desde el norte de África hasta el corazón de Europa por la libertad y la democracia en nuestro continente.
Jose María Patiño, periodista, escritor y autor de este blog, también habla sobre La Nueve en su libro Crónicas de Paname.