Cómo cinco 'hombres Marlboro' murieron por el tabaco
De los quince hombres que han protagonizaron los anuncios de Marlboro en los que aparecía un cowboy que pretendía hacernos creer que fumar cigarrillos con filtro era cosa de hombres, un tercio han muerto por enfermedades relacionadas por el tabaco.
Hace un año nos llamó la atención en Parece del Mundo Today la muerte por cáncer de pulmón de Eric Lawson, uno de estos vaqueros afamados gracias a una campaña de publicidad de Marlboro. Era el cuarto y parecía inverosímil que un vaquero pudiera morir del producto de hombres que anunciaba en un rancho, libre, rodeado de la naturaleza más apartada del mundanal ruido.
El origen de esta campaña, orquestada a la perfección por Leo Burnett, quería deshacer el mito de que los cigarrillos con filtro que Marlboro ofrecía desde 1924 eran cosa de mujer. Treinta años más tarde y una década después de la posguerra, la publicidad tiró de la imagen de macho cowboy en Estados Unidos para que esta marca de cigarrillos fuera también cosa de hombres.
Ahora ha vuelto el tema a la palestra. La prensa anunció el mes pasado la muerte del último hombre Marlboro estadounidense, Darrell Winfield. Residente en su rancho de Wyoming, fue conocido en todo el mundo por esa imagen de ranchero deseado con un Marlboro prendido en sus labios.
Su obituario dice que ha muerto de una larga enfermedad (lengthy illness), no desvela si fue debido al tabaco o a otra enfermedad. Aunque, como dice The Telegraph, permaneció fiel a Philipp Morris hasta su muerte y todo hace pensar que los cigarrillos han tenido parte de culpa.
Suponiendo que se haya librado de un cáncer de pulmón o una enfermedad respiratoria ocasionada por el tabaco, de los quince que han protagonizado un anuncio de este tipo, con datos conocidos a día de hoy, un tercio han muerto por enfermedades relacionadas con el tabaco: David McLean (cáncer de pulmón), Wayne McLaren (cáncer de pulmón), David Millar (cáncer de pulmón), Dick Hammer (cáncer de pulmón) y Eric Lawson (obstrucción pulmonar crónica). Muchos de ellos hicieron campañas antitabaco en sus últimos años de vida.
Otra noticia que nos llamó la atención en el blog fue la de un niño indonesio, ahora de siete años, adicto al tabaco desde que tenía dos. Hasta que su familia y el Gobierno pusieron cartas en el asunto por un vídeo que se hizo viral y dejó a todo el mundo ojiplático. Parece que en países como el de este niño es muy normal ver a menores echándose un cigarrillo en la edad de tomar chucherías. Casi el 80 por ciento de los mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, según la OMS.
Pero no hay que irse muy lejos, en España hemos leído titulares relacionados con el tabaco que también dan que pensar, como "Encuentran a un niño de 9 años solo en un bar fumando a las 3 de la mañana". Y no es el primero ni será el último.
"El tabaco puede matar", recuerda una cajetilla. Es cierto que hemos perdido glamour, los vaqueros de los ranchos ya no fuman Marlboro y en las redacciones ya no hay cigarrillos ni vasos de güisqui a media asta. Pero mejor que fumen las máquinas.