Las vacaciones deseadas

Uno de los destinos soñados por la mayoría de los ciudadanos europeos para pasar unos días de vacaciones son las paradisíacas playas del Caribe. Lugares donde la fina arena blanca se une a la espuma del mar y a la sombra de una palmera puedes beber una piña colada. Este tipo de destinos, que encabezan lugares como Riviera Maya, Punta Cana o Cuba se convierten en uno de los lugares donde una gran mayoría de recién casados pasa su Luna de Miel. Los paquetes turísticos de "todo incluido" hacen la delicia de los que quieren pasar unos días de relajación total.

Este verano he tenido la oportunidad de conocer Punta Cana e introducirme en conocer el porqué de su fama. Me alojé en el Hotel Gran Bahía Príncipe y desde luego entendí todo. Este tipo de resort tienen un todo incluido que te hace descansar como quieras, disfrutar y, ante todo, desconectar. Es un tipo de turismo que es demandado y además conocí varios matrimonios españoles que repetían anualmente, uno de ellos era la 11ª vez que lo hacían "porque como allí en ningún sitio para descansar, comer bien, tomar unas copas..." pero además otros tantos ya llevaban más de cinco años yendo. Descubres además la cantidad de grupos de amigos, parejas de hecho, familias... que se conceden ese capricho de "no hacer nada" y es exactamente lo que buscan.

En este hotel llegan a estar alojadas más de 6.000 personas que se distribuyen entre sus decenas de piscinas, restaurantes, teatros, avenidas, hoteles... y da trabajo a más de 4.000 personas residentes en la República Dominicana, un número de empleados nada desdeñable en un país que aún avanza hacia el progreso. Además existe un interés máximo en el cuidado de las playas. Pese a que éstas son de titularidad pública, cada hotel se encarga de limpiar, cuidar y proteger su espacio de playa. Paseando a lo largo del litoral te das cuenta que cuando llegas a una zona libre puedes encontrar latas, botellas y en cambio, algunos hoteles tienen bandera azul en los varios cientos de metros que gestionan.

Playa en Punta Cana.

Analizando la situación del país de puertas para afuera de los resort, los empleados llegan a comentarte que gracias a estos hoteles pueden mantener a sus familias y pueden vivir, porque lo que se genera de empleo en el resto del país es poco y, en la mayoría de los casos, sumergido. En este sentido hay que plantearse el compromiso social y ambiental que cumplen. He llegado a ver dentro de mi propio hotel cómo se había respetado la zona de manglar, de forma casi intacta, para preservar el ecosistema y la biodiversidad. Desde luego mucho mejor de lo que me hubiera imaginado y trabajando con empresas de reciclaje para la gestión de residuos.

Lo que sí me planteo es si este tipo de turismo sería extrapolable a nuestro país. Cada vez más se ve como norteuropeos, rusos, norteamericanos con un alto poder adquisitivo demandan este tipo de alojamientos y tan sólo contratan un par de excursiones para conocer un poco más allá.

¿Deberíamos plantearnos imitar estos modelos?